Los juegos del Viejo Continente

Hace tiempo escribí algo sobre la crisis de los desarrolladores japoneses. Cómo parecían haberse estancado, o al menos era la impresión generalizada por lo menos desde algunos años atrás. Hay honrosas excepciones, como Keiji Inafune o Tetsuya Mizuguchi. ¿Pero en qué términos podríamos plantearnos una pregunta similar al respecto de los desarrolladores europeos?

[p]Pienso en Europa por la cantidad de cosas fuera de serie que han producido últimamente: The Witcher 2, Crysis 2 y Minecraft, por ejemplo. La distribución digital elimina las barreras arancelarias por las que algunos juegos no llegaban a todas partes del globo hace 10 o 15 años, y poco a poco esto será mucho más notorio; lo que quiero decir es que no importa de dónde provenga el desarrollador o dónde esté ubicado su estudio, los juegos pueden conseguirse con mayor facilidad que antes. Sin embargo, sigue existiendo algo como un “aire de familia”, por ejemplo, entre juegos japoneses o racers estadunidenses. A grosso modo, los estadunidenses trabajan para sacar más jugo a un género, los japoneses se enfocan en crear experiencias nuevas (o meter pulpos, siempre funciona...), y los europeos, ¿qué? ¿Será cierto para el caso del Viejo Continente?

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La excepción cultural

Para los americanos (y pienso aquí en la región desde Canadá hasta Argentina) Europa suele remitir al origen de la civilización moderna, a la Revolución Industrial inglesa, la cocina francesa, y el muro de Berlín, bueno, en Berlín. Y si bien es cierto que para la industria de los videojuegos Estados Unidos y Japón siguen siendo los productores y consumidores más grandes de consolas y juegos, Europa se ha venido haciendo de un nombre propio a través de pequeños estudios y pequeñas ideas radicales. Es como si los europeos tomaran las ideas Pensemos sólo en algunos ejemplos:

Minecraft

La versión Beta de esta pequeña joya ha superado ya el millón de ventas en la versión para compra y cuenta con más de seis millones de usuarios registrados para la versión gratuita. Muy impresionante para un juego cuya primera versión se desarrolló en una sola semana, según su creador, Markus “Notch” Persson, de Suecia.

La imagen de este puzze-sandbox-algo recuerda la textura de juegos de la era Doom, y aunque existe una forma de campaña individual con enemigos y objetivos, lo más interesante es la libertad creativa que le da al jugador para construir básicamente cualquier cosa que pueda imaginar. Ha ganado importantes premios para desarrollo indie, lo que demuestra que no es necesario que tu juego sea distribuido por Activision para que la gente lo reconozca.

The Witcher 2

Recientemente estrenado, el estudio polaco CD Projekt llevó la promesa del primer The Witcher a nuevas alturas con esta entrega. Basado en las novelas de Andrzej Sapkowski, el acercamiento al género RPG experimenta un impulso de frescura con esta entrega.

Los RPG en general suelen tener buenas historias, o al menos historias complejas, con muchos hilos narrativos que justifiquen muchas misiones y viajes épicos dentro de mundos extraordinarios. Si bien The Witcher 2 no es la excepción, su acercamiento al género es mucho más maduro que, por ejemplo, la sensación perenemente infantil del universo Final Fantasy (y conste que las entregas VII y VIII tienen un lugar en mis juegos favoritos de todos los tiempos). Ni qué decir que su propuesta visual es simplemente impresionante.

Las decisiones morales a las que se enfrentan los personajes en The Witcher 2 sacan partido de las ventajas narrativas del género. Si has leído ya nuestro review http://www.levelup.com/reviews/13286/The-Witcher-2-Assassins-of-Kings/pagina-2/ del juego, sabrás que tiene una cantidad sorprendente de finales, 16 en total. Nada mal para un estudio polaco que comenzó distribuyendo software en República Checa y Eslovaquia (seguro que pocos podrían decir dónde está Eslovaquia en un mapa).