Todos querían que jugaran, pero no que opinaran

El Feminismo, La Prensa y Los Videojugadores


Si se han dado una vuelta por diversos sitios web especializados y redes sociales, notarán que las masas de videojugadores andan más agitadas que de costumbre debido a diversos escándalos que se han destapado estas últimas semanas, creando un ambiente bastante inhóspito para todos. Antes de tomar cualquier clase de postura, bien nos viene ponernos al tanto de que es lo que está generando todo este caos y ver cada una de las partes involucradas en el asunto.

Feminist Frequency

El primer tema en el tapete es todo lo referente al Feminismo (según Wikipedia, "conjunto heterogéneo de ideologías y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres, así como cuestionar la dominación y la violencia de los hombres sobre las mujeres y la asignación de roles sociales según el género") (o el hembrismo extremo como algunos lo catalogan). Desde el año 2012, Anita Sarkeesian, el rostro prominente de Feminist Frequency, sitio dirigido por una amplia variedad de personas de ambos sexos, comenzó una serie de videos en Youtube llamada “Tropes vs Women in Videogames”, donde muestra los estereotipos con los que catalogan a las mujeres en el medio.

Todo esto comenzó una serie de acusaciones o acoso a Sarkeesian, donde fue acusada desde la poca transparencia en informar como utilizó el dinero de la campaña de Kickstarter que financió la serie (donde pretendían reunir 6 mil dólares y terminaron recibiendo 160 mil), la demora en la creación de esta y manipular la información a su antojo para su propio beneficio, entregando datos viciados, entre otros casos.

Muchos hombres no vieron con buenos ojos el trabajo de Anita en hacer notar un problema que siempre ha estado presente ahí y todo medio lo tiene, el feminismo, el tratar a la mujer como un objeto, no darle el peso necesario a su presencia, etc. esto en una demografía que demuestra que cerca del 48% del público gamer es mujer, y solo un 2% de toda la gente creando juegos son de dicho género, hablando específicamente de la dirección creativa de estos.

Comenzó un ataque personal a Sarkeesian y a sus seguidores que ha llevado a múltiples insultos, correos y mensajes de odio, hasta información de donde vive ella y su familia, llegando a las amenazas de muerte, las cuales hasta el día de hoy continúan. Su opinión no es bien vista ya que ella hasta antes de su serie de videos no era una persona activa en la comunidad, no desarrollaba juegos y no estaba dentro del mundillo gamer, de hecho ella comenzó analizando estos temas en medios como el cine y la TV. Se le desacredita por hablar del tema sin conocimiento de este, claro que como mencionamos, se desconoce que ella es solo la cara visible del equipo.

Zoe Quinn y los Five Guys and Fries

A mediados del mes de agosto se destapó la gran controversia que es el foco de todo el tema de discusión actualmente y que nuevamente puso a Feminist Frequency en el mapa, se trata de la desarrolladora independiente Zoe Quinn, quien creó un juego en base a texto y audio llamado Depression Quest, el cual relata las desventuras de un muchacho con depresión y como debe afrontar su vida día a día.

Curiosamente, a la par que el juego gratuito veía su lanzamiento en Steam y muchos sitios de prensa especializada hablaban de este de manera positiva, se destapó este escándalo respecto a la desarrolladora, cuando una de sus exparejas (el cual prefirió quedar anónimo, solo conocido como Arin) contó públicamente que Quinn había mantenido relaciones amorosas y/o sexuales con diversas personas involucradas a Relaciones Públicas y periodistas de diversos medios, entre ellos 5 nombres resonaron, Brandon McCarti y Kyle Pulver, desarrolladores indies, Robin Arnott y Joshua Boggs, quienes trabajaron con Quinn y el mas relevante y preocupante de todos, Nathan Grayson, periodista, previamente en Rock Paper Shotgun, ahora en Kotaku. Con esto mucha gente “levantó la ceja” y empezó a cuestionarse temas de corrupción en la prensa gamer, sobre como un periodista de un enorme medio le estaba dando preferencia a un juego/desarrolladora por acostarse con ella.

Antes de proseguir, es sumamente importante notar que esta información no ha sido ni nunca fue confirmada, se está dando a conocer en este artículo para que nuestros lectores sepan de donde se origina toda la discusión y aquí es donde se dan los dos puntos divergentes de la situación: quienes defienden/defendieron a Zoe Quinn por estar recibiendo amenazas y maltratos en línea por sus acciones y el hecho de actuar de este modo (entre estas personas se encuentra Anita Sarkeesian) y quienes están cuestionando el conflicto de intereses que podría haber en el medio del periodismo especializado por estas prácticas, de ser ciertas claramente.

#GamerGate

Esto dio el puntapié a una guerra en Twitter específicamente bajo los comentarios de #GamerGate, donde se desencadenaron ambos bandos de la discusión, teniendo a quienes defendían a Quinn, Sarkeesian y las mujeres en general ante los ataques que estaban recibiendo por parte de los jugadores, siendo estos en su mayoría periodistas y desarrolladores, y los jugadores en si que están demandando ser escuchados y no ser silenciados bajo la bandera misógina.

Quienes se encuentran en el lado “feminista” de la discusión mencionan que no debería ser de incumbencia pública con quien se acueste cada persona, cada uno utiliza sus propios genitales como les plazca y que el ataque a las muchachas se produce efectivamente por eso, por ser mujeres en una sociedad machista y más aún en un medio donde predomina el actuar y decir del hombre.

Por el otro lado tenemos a los Gamers, quienes, para sorpresa de algunos, argumentan que no les interesa ni les importa a quien le esté ofreciendo su vagina una desarrolladora, alegan por los problemas de corrupción que esto demostró, donde no solo Kotaku se vio involucrado, sino además una serie de otros sitios que, a juicio de los jugadores, poseen periodistas con conflictos de intereses, por ejemplo notan como Ben Kuchera de Polygon apoyaba económicamente mediante Patreon a Zoe Quinn o como Patricia Hernandez de Kotaku publicó notas positivas sobre los juegos y libro de Anna Anthropy, quien fue su pareja y con quien convivió durante unos meses, así como Leigh Alexander escribe para Gamasutra pero a la vez controla una agencia de relaciones públicas donde tiene a múltiples compañías de videojuegos como sus clientes.

Los medios de prensa estadounidenses respondieron ante todo esto con diversos artículos y columnas sobre como el término “gamer” y la misma “especie” está desapareciendo, como vemos “comerse” los unos a los otros. Literalmente ya profetizaban el fin del videojugador, solo para que días después decidieran que todos nos reconciliemos.

#GamerGate nació como una búsqueda de los gamers a sentirse representados y exponer sus opiniones ante las inconsistencias que el medio y sus representantes postulaban, sin embargo el hashtag en las redes inmediatamente fue visto como una protesta misógina, lo que derivó en el problema mas grave hasta ahora, el extremismo.

Extremos de la discusión

El ejemplo más notable de todo lo ocurrido con el #GamerGate fue lo que ocurrió con el Youtuber Jon Jafari, mejor conocido como JonTron, el cual se admite no tiene un récord de hablar de la manera mas coherente o respetuosa posible previamente, tuvo un altercado en Twitter con Tim Schafer, CEO de Double Fine, ya que Jon considera que la discusión debe ampliarse a ambos extremos, evitando a los hombres queriendo tratar como un objeto sexual a una mujer y de las mujeres tratando a los hombres de cerdos sexistas por tener una opinión. Schafer lo desacreditó, diciendo que le daba pena que una persona tan popular como el tuviera esa mentalidad, a lo que Jon respondió que "claramente el debate solo busca irse por un lado y no se quiere discutir" y el apoya a las mujeres. Esto desencadenó otra subcampaña en Twitter, #IStandWithJontron donde la gente apoyó al youtuber por sus dichos.

Como puede verse aquí existen los dos extremos de los asuntos que el mismo Jon recalcó bien y por lo visto no es posible una buena discusión del tema mientras se continúe con la actitud extremista de gritar lo mas fuerte posible tu opinión para no escuchar la que está gritando el otro y ahí esta el mayor problema. Se pide respeto por el tema pero no se es capaz de escuchar o respetar a la otra parte involucrada. Esto no va solo para uno de los dos lados en este caso de “Gamers vs Feminismo”, afecta a ambas partes.

Poco ayudó el hashtag contrario a #GamerGate llamado #DescribeAGamerin4Words (Describe a un Gamer en 4 palabras), el cual estuvo lleno de mensajes de odio y estereotipos a toda clase de jugadores, metiéndolos a todos en el saco, haciendo que una pequeña parte extremista de cada grupo terminará encerrando a todos y que hay tener en mente que no todos están o quieren estar involucrados en el tema.

“No me ensucien el hobby”

Hablando de ello mismo, en un tercer bando se encuentran los que simplemente no quieren formar parte de la conversación, no desean generar debate, no buscan hablar del tema, hasta llaman a otros a hacer lo mismo. Consideran que hablar del feminismo y todo lo relacionado a Anita y Zoe es una pérdida de tiempo, algo en lo cual no deberíamos estar gastando nuestras energías y mantener la industria como está.

En una reciente columna del sitio Niubie, titulada “No nos ensucien el hobby”, estos toman la postura de hablar del asunto por una única vez y no volver a mencionarlo debido a que no lo encuentran relevante. En ella hablan de su postulado de que el género no es algo de importancia a la hora de crear un producto, en este caso un juego. No importa si lo creó un hombre o una mujer ni el género de los elementos utilizados, si el juego, el producto en si es bueno, la procedencia de este es lo de menos.

Básicamente es la posición de omitir lo que esté sucediendo alrededor y concentrarse en lo que encuentran verdaderamente importante, que en este caso son los videojuegos y disfrutar de estos y quieren evitar de que estas polémicas “ensucien” el mundo gamer desde su núcleo. Guste o no, es una posición válida, puede considerarse no la mejor, pero esta existe y convive con las otras dos.

Un Alto al odio

Esta mañana del martes 2 de septiembre, una carta abierta a la comunidad fue publicada por el desarrollador independiente Andreas Zecher y que fue firmada por cerca de 2500 personas, incluyendo desarrolladores de múltiples compañías (Riot, DICE, Harmonix, PopCap, EA, Ubisoft, NVIDIA, Bungie, etc), devs independientes y periodistas de medios de todo el mundo, donde llaman a un “alto al odio”.

“Creemos que todos, sin importar su género, orientación sexual, etnia, religión o discapacidad tienen el derecho de jugar, criticar y crear videojuegos sin tener que ser atacados o amenazados. Es la diversidad de la comunidad la que le permite a los juegos florecer. Si ves conductas violentas o dañinas en comentarios en Steam, YouTube, Twitch, Twitter, Facebook o Reddit, por favor tómate un minuto para reportarlo en sus respectivos sitios. Si ves cualquier clase de discurso violento o de odio, toma acción al respecto y haz de la comunidad gamer un espacio mas cómodo para estar en el.”

El mensaje es claro, buscar detener la violencia o el maltrato hacia diferentes personas por ser como son por dar una opinión y que es totalmente válido, son acciones que deben frenarse y todo en búsqueda del respeto mutuo entre seres humanos con conciencia. Los gamers por otra parte consideran esto una suerte de acto de censura, todos los sitios donde fue publicada la nota llenan los comentarios sobre como esto llama a silenciar gente opinando y que por opinar se les puede acusar de “atacar”. También llaman a los mismos involucrados en la carta a predicar con el ejemplo, de comenzar a ser más inclusivos en su trabajo y mas abiertos.

Una conversación necesaria

Volviendo al tema duro y de donde nace todo esto, el feminismo y la corrupción en la prensa, creemos que no podemos hacer oídos sordos al tema, considerando que este es un problema que se ve en todos los medios del entretenimiento, la música, el cine, la TV, etc. y si buscamos que los juegos sean realmente considerados arte o un deporte, debemos hacernos las preguntas duras. Por una parte mucha gente en la misma prensa prefiere hacer oídos sordos ante las acusaciones de corrupción, por otra parte, mucha gente prefiere hacer como que el tema del feminismo es innecesario y está demás.

Las muchachas de RocketWin publicaron hace unas semanas un artículo sobre como los jugadores reaccionan ante Anita Sarkeesian y como es necesario tener un debate al respecto y saber de que quiere hablar con puntos muy ciertos, incluso citando como Neil Druckmann admitio que durante su tiempo en Naughty Dog, la influencia de Sarkeesian fue clave en la creación de Ellie en The Last of Us.

La discusión es requerida y es mejor que ocurra ahora a que nunca suceda o esta pase a la oscuridad de la Internet en las próximas semanas para que en unos meses más vuelva a resurgir y comience otra batalla al respecto. ¿Se necesitan mas personajes y roles modelos de mujeres en los juegos? Por supuesto. ¿Hay que ampliar el tema de discusión sobre todas las aristas? Más que claro. Del mismo modo tenemos una responsabilidad como medio a aceptar nuestros errores públicamente y saber que, como en todo otro medio, la prensa gamer especializada está bajo la mirada de la gente, gente que busca que esta sea más profesional, tratada éticamente de manera correcta, con periodistas reales y no blogueros. Los jugadores quieren sentirse representados de manera correcta por los medios que leen y es una pelea que hay que dar, siendo transparentes con nuestras actitudes y acciones.

Igualmente no está demás mencionar que en vez de prestarle atención a dos mujeres en específico, hay que tener en mente todo un universo de féminas que han hecho grandes aportes a la industria que realmente han sido notables y que nuestra atención y apoyo debería estar con ellas, desde Dona Bailey, programadora de Centiped, Anna Kipnis, programadora tras Psychonauts, Brutal Legend, Manami Matsumae, compositora de la serie Mega Man, Kim Swift, quien nos dio Portal y Left 4 Dead, Yoko Simomura, quien trabajó en Street Fighter 2, Super Mario RPG, Kingdom Hearts, hasta Laura Shigihara, compositora de Plants vs Zombies y To The Moon, y muchas otras más que no incluimos por temas de espacio.

Después de toda esta muralla de texto que ni idea cuantos habrán llegado a este punto, ahora solo nos queda decir que es hora de actuar. Sea cual sea tu bando, es hora de discutir con altura de miras y de dar el ejemplo. Tal como mencionó Paulo Muñoz, editor jefe de Colemono en Twitter, “los cambios se hacen por otras vías, más tangibles.” Es momento de validar todos esos twits, vlogs, escritos, etc. Esto no solo va para los gamers, sino para los periodistas y desarrolladores igualmente, comenzar a realizar cosas concretas es mucho mejor que gritar como orangutanes en redes sociales. Sarkeesian fue la que empezó el cambio, un cambio constante y necesario en cualquier medio, es nuestra labor ahora ser y hacer más.

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