StarCraft II ¿El Rey de los Esports?

Pasan los viejos estandartes...


Si algo que siempre he encontrado fascinante en el mundo de los Esports con todo lo que he visto en esta última década es el reciente caso de que los fanáticos de StarCraft II que no se han percatado que actualmente son un nicho en el universo ciberdeportivo.

Este pasado primero de enero Peter “ppd” Dagger, nuevo presidente de la casa deportiva Evil Geniuses anunció mediante un video en Twitter que sacarían de su elenco a varios jugadores de la FGC (incluyendo a Justin Wong, Yusuke Mochimi, Eduardo "PR Balrog" Perez y Yuko "Chocoblanka" Momochi) y se despidieron de su actual escuadra de SC2, los veteranos Geoff "InControL" Robertson y Chris "HuK" Loranger.

Las reacciones no se hicieron esperar y los fanáticos de StarCraft II alzaron sus puños en protesta por la acción –incluyendo el hecho que nadie se había comunicado con InControl desde el cambio de directiva de EG- con muchos alegando de cómo pueden deshacerse de aquellos que ayudaron a construir la marca y que, citando al conocido caster del juego Leigh "Maynarde" Mandalov, “Al parecer Evil Geniuses desafortunadamente tiene una falta de interés en el pasado, lo que de una manera muestra su falta de interés en el futuro.”

El problema es que con StarCraft II no hay mucho futuro.

Fin del camino

Sean libres de encender sus antorchas pero hay una buena razón para eso y hay que verlo de una manera sumamente objetiva, quitándonos los lentes de nostalgia y dejando aparte el peluche de Zerling de Carbot. Es el fin del camino para StarCraft II, y no lo digo con ánimo de enfurecerlos. Los datos duros están ahí.

Para comenzar ya tenemos en nuestras manos el juego completo, sus expansiones, sus misiones adicionales, todo. Prácticamente el ciclo de desarrollo se acabó –fuera de los parches rutinarios- y están prácticamente dejando ahora a los jugadores jugar con la inteligencia artificial de SC2. Tanto control en juegos de ambiente controlado (valga la redundancia) de Blizzard solo podrían darse una vez que sabes que ya no es un foco de prioridad absoluta en la compañía.

Por otro lado veamos el mundo de los Esports, donde hay que ser sumamente honestos, StarCraft hace años dejó de ser el verdadero “rey de los Esports”. Para aquellos que no lo sepan, durante años se le nombró así al juego por sus estrafalarios torneos y amplias sumas de dinero (claro que este Boom se manifestó en su 80% específicamente en Asia), pero con la realidad actual, dicho apodo solo se mantiene por respeto, por haber dado la base y fundación para lo que se transformaría en un fenómeno mundial: jóvenes jugando videojuegos en competencias pagadas.

De hecho el último campeón occidental fue coronado en octubre pasado.

Hoy en día SC2 es solo una sombra de lo que fue alguna vez (incluyendo el primer juego), donde aún es posible encender una TV en Corea y toparte con un torneo del juego, pero simplemente, para decepción de los fans, la dura realidad es que el sueño de llegar a ese nivel en todo el planeta se quedó atrapado en la frontera asiática.

Existe un público sumamente fiel de las competencias de StarCraft y que lo defenderán hasta la muerte (incluyendo el patrocinio y bendición de Blizzard), el punto es que lamentablemente jamás llegará al estándar de los eSports actuales.

La escena actual

Querámoslo o no, los juegos de estrategia nunca han sido atractivos a nivel masivo, “mainstream”, un jugador casual o cualquier ser humano no puede entender todo lo que sale en pantalla, razón por la cual la masa (junto a los sponsors y dinero) se van a lo que esté pegando de momento, los FPS y MOBAs.

Actualmente la competición oficial de Blizzard, la World Championship Series, fuera de Blizzard y Twitch (que auspicia prácticamente todos los Esports) tiene apenas 1 sponsor, y que es principalmente uno coreano, el principal público del juego hoy por hoy.

Ese apoyo también influye directamente en los pozos de premios, cuando juegos como CSGO y Smite ya estaban teniendo 1 millón de dólares a repartir. Recién el 2016 Blizzard se atrevió a sacar más de su bolsillo para doblar la cantidad a medio millón de verdes, un lujo que como compañía se pueden dar, y lo hacen para mantener el vigor y mística de la competencia, pero no puede compararse con otros juegos y dudamos que lo hagan en el corto plazo.

Otro factor son los números de espectadores, donde hace años igualmente no se tiene una audiencia significativa en streams, la cual –como todo torneo- solo se dispara en las finales de competencia. Un fin de semana como promedio en Twitch tienen entre 6 mil a 7 mil espectadores, siendo sobrepasados por los otros 3 juegos activos actualmente de Blizzard (OW, HS y HotS), y si bien es seguro que en dicho momento servicios de streaming coreanos pueden hasta cuadruplicar dicha cifra, al mundo occidental, al bolsillo occidental, del auspiciador, sencillamente no les compete.

El futuro de los viejos estandartes

Volviendo a la frase inicio de esta reflexión, es increíble la falta de contacto con la realidad que tienen a veces ciertas personas. Dejemos las cosas claras, Si, StarCraft se convirtió lentamente en un juego de nicho, Esport de nicho. Es entendible por qué asociaciones grandes como Evil Geniuses no quieren seguir apoyando: no trae dinero. Y, tristemente, puede haber mucha pasión, pero lo que mantiene con vida a los Esports es el dinero.

Eso no quita que continuarán las competencias, seguirá la WCS, habrá más streams, los apasionados “hinchas” se las bancarán todas, y su nicho fiel permanecerá al lado de sus Zerglings hasta que la muerte (o StarCraft III) los separe.

Repitiéndonos, StarCraft II y su legado como franquicia seguirán siendo importante base e inicio de la historia del jugar por dinero y que debemos tratar con respeto a sus veteranos y leyendas que formaron el camino. Pero es momento de hacer un buen “chequeo de la realidad” y percatarse que, por mucho amor que haya, las decisiones corporativas deben entenderse con la cabeza fría, con el dinero sobre la mesa, pues, nuestras disculpas pero, hace bastante que StarCraft dejó de ser el legítimo “el rey de los Esports” y por eso entendemos que ciertas organizaciones eligan alejarse del juego.

No lo hacen con un aire de maldad o malicia hacia Blizzard o su comunidad, solo significa que es momento de dar el siguiente paso. El hecho de que MonteCristo y DoA dejen de transmitir League of Legends en favor de Overwatch no significa el fin de LoL, al contrario. Solo hay que entender con sentido común hacia donde van las cosas. No se molesten con organizaciones por no apoyar su juego favorito, tristemente todo es causa de hacia dónde nos lleva el futuro.

Hay que avanzar a futuro. StarCraft Ii continuará teniendo su base de jugadores, pero es hora de que dichos jugadores se pongan al día, vean lo que ocurra con Blizzard y sea momento de crear nuevas oportunidades.

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