A los ojos de cualquier persona, Kim se ve como el típico millonario excéntrico. Su -amplia- figura me da a entender que satisfacía cualquier deseo inmediatamente y no podría ser de otra forma, porque el dinero que ganó siendo director de Megaupload le hubiese permitido adquirir el mundo entero. Pero su historia en los negocios truculentos y estafas se remite a mucho tiempo atrás.
Cuando tenía veinte años, Kim Schmitz se dedicaba a realizar transacciones con tarjetas de crédito hurtadas. En 1998 fue condenado por crackear una red empresarial y abusar del servicio telefónico, pero jamás llegó a la cárcel.
No fue hasta el 2001 que sus negocios fraudulentos comenzaron a rendir suculentos frutos cuando Kim adquierió el sitio LetsButIt.com luego de que este se declarara en quiebra. Luego, anunció que invertiría 50 millones de euros en la compañía -dinero que claramente no poseía- para así provocar una abrupta subida del valor de las acciones de la empresa. Gracias a esto vendió su parte del sitio a millón y medio de dólares y luego lo abandonó.
Logró que una empresa de la que era presidente, Monkey AG, le diera un préstamo de 280 mil euros para pagar servicios a Kimvestor AG. Kim no utilizó el dinero para lo que había planteado, se lleno los bolsillos y provocó la quiebra de ambas entidades. Producto de todos los crímenes que había cometido hasta aquel momento, es que el 2002 fue detenido en Bangkok y deportado a Alemania. Allí recibió una cóndena de un año y ocho meses con una multa de 100 mil euros. Obviamente no llegó a la cárcel y el pago de la multa no afectó de gran manera la gran fortuna que ya había mancillado.
Su estilo de vida siempre estuvo lleno de excesos y lujos que solo un millonario podría pagar. Era fanático del Gumball 3000, rally que recorre media Europa por autopistas públicas, evitando ser atrapado por la policia -un poco más emocionante que Hot Pursuit, ¿no?-, cuya inscripción cuesta 20 mil euros y que llegó a ganar en su versión del 2001. Fue detenido por conducir a más de 240km en Bélgica, golpeó a un ciclista, compró la mansión más cara de Nueva Zelanda, sobornó a la policia en incontables ocasiones y fue el orgulloso dueño de un Rolls Royce Phantom, el mismo auto del popular futbolista inglés, David Beckham.
Luego de fundar Megaupload se perdió el rastro de este millonario estafador. Cambió sus sobrenombres en varias ocasiones, también su nombre legal y consiguió un pasaporte finlandés. Lamentablemente -para él y para nosotros también- no fue suficiente, pues un reportaje periodístico publicado el 2010 daba cuenta de su control sobre Megaupload y desde aquel entonces el FBI lo ha estado buscando.
Mansión de Schmitz en Nueva Zelanda
Video con la detención y presentación de cargos al creador de MegaUpload y su Equipo
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Su vida de excesos y lujos
Kim Schmitz participando del Gumball 3000
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