Polémica fue la oleada de amenazas de sanciones por parte de Steam a las desarrolladoras de videojuegos de índole sexual implícito e implícito que actualmente forman una comunidad establecida regida por estrictas normas comunitarias sobre lo que se puede o no distribuir a través de la plataforma de Valve.
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A través de un correo electrónico, diferentes trabajadores fueron notificados con un mensaje certificado de parte de la compañía, asegurando que sus políticas comunitarias habrían sido nuevamente modificadas y que sus juegos que ya habían estado sujetos a aprobación debían ser nuevamente censurados o de lo contrario serían completamente eliminados.
Pánico en la industria y una sensación de molestia hacia nuevas políticas de sobre censura fue la reacción inmediata que habría ocasionado durante algunos días dichos mensajes. Para el descanso temporal de algunos de ellos, dicha osadía y supuesta persecución habrían acabado debido a que fue la misma Valve, quien jornadas después de lo sucedido envió otro correo electrónico pidiendo disculpas a muchos de ellos por lo sucedido, y que lo que habría ocasionado la confusión habría sido un error de software.
De manera preliminar la compañía sí está buscando apropiar más algunos tipos de contenidos sexuales que ya se encuentran disponibles pero no de la manera publicada, la cual implicaba re censurar nuevamente títulos que ya habían sido sujetos a evaluación por las directrices de la empresa.
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