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La de este año es, debatiblemente, una de las entregas más frescas de FIFA desde los días de FIFA 10 y FIFA 11, en los cuales se empezó a concretar la remontada de la serie en la categoría de futbol virtual. La reinvención obedece, en buena medida —si no es que completamente—, a la implementación del motor Frostbite en la saga de futbol, herramienta que ya constituye la piedra angular de casi todos los juegos de Electronic Arts. Así, FIFA 17 no solamente cambia en aspecto, sino también en cadencia, física y estructura, con lo cual es razonable decir que se trata de una entrega que satisface el eterno anhelo por verdadera innovación.
FIFA es un título de soccer que, como otros, trata de recrear la experiencia futbolística desde varios ángulos: la del director técnico, la del jugador y la de la mera diversión competitiva mediante múltiples modalidades cooperativas y de rivalidad locales y en línea; algunas de ellas, con apego a la realidad y otras de fantasía.
NUEVA PIEL
La primera diferencia que notarás cuando juegues FIFA 17 está, por supuesto, en la dirección de arte —una modificación obligatoria, cuando de juegos anuales se trata—. Eso quiere decir, en pocas palabras, que los menús despliegan un nuevo aspecto, pero su elegante filosofía modular de práctica navegación permanece igual que en años recientes. El cambio consiste en que algunos de los mosaicos ahora ocupan menos espacio en pantalla y lo ceden a la imagen de algún futbolista que aparece en segundo plano.
Debemos confesar que, cuando EA anunció Frostbite para su juego de soccer, cruzaron por nuestra mente imágenes de Star Wars: Battlefront y Battlefield 1. FIFA 17 no luce así sobre la cancha, pero definitivamente hay una evolución, sobre todo en términos de iluminación. EA Canada aplicó mayor volumetría y nuevos efectos de brillo que imprimen una majestuosidad inédita a todas las arenas. Estos nuevos recursos se perciben en cualquier condición climática, pero son más evidentes durante el atardecer, cuando llueve o cuando aparece un poco de niebla, pues los rayos de luz llenan el espacio como nunca antes y dan un realce completo al campo de juego. No por nada, en vez de correr el típico trailer, cuando estás inactivo en los menús por unos instantes, EA te deja ver sus estadios vacíos para presumir.
FIFA 17 es un paso firme en la dirección correcta y se nota
Los modelos de los jugadores también cambiaron. Las texturas y el sombreado de los rostros claramente mejoraron. Ahora hay sudor y algunas manchas sobre los cuerpos de los jugadores. Todo lo anterior, en mancuerna con la nueva iluminación, confiere a los cuerpos y a los uniformes una apariencia mucho más realista, aunque EA Canada todavía tiene trabajo por hacer antes de desbancar a los líderes gráficos del género deportivo, entre los cuales están NBA 2K, MLB The Show y otros. Dicho lo anterior, FIFA 17 es un paso firme en la dirección correcta y se nota.
Ahora bien, todos los años nos quejamos sobre el carácter desangelado o acartonado de los elementos extracancha, empezando por aficionados en gradas, pasando por fotógrafos hasta llegar a personal de seguridad e, incluso, suplentes. Eso sigue prácticamente igual, con excepción de los entrenadores, algunos de los cuales son fieles retratos de sus contrapartes reales este año. No son todos —jugamos con Tigres de la UANL en modo carrera y era necesario crear un D.T. ficticio, por ejemplo—, pero en muchas instancias, sobre todo de la Liga Premier de Inglaterra, aparecen los coaches auténticos en el banquillo, dígase Pep Guardiola, Mourinho, Claudio Ranieri y otros. Los entrenadores aparecen esporádicamente, como parte de las cinemáticas, cuando fallas gravemente o marcas un tanto dramático, lo que añade una nueva capa de autenticidad a la experiencia de juego.
NUEVOS NOMBRES EN LA ALINEACIÓN
En cuanto a modos de juego, la innovación más importante de FIFA 17 recae en Journey (El Trayecto, en español). La estructura base detrás de El Trayecto es similar a la de Carrera de Jugador —opción que permanece en paralelo—; es decir, llevas las riendas de un futbolista en específico, pero las mecánicas de progresión son un poco diferentes y existe una narrativa cinematográfica que inyecta frescura a la experiencia completa. Digamos que en vez de concentrarse solamente en el progreso superficial del jugador, el palmarés y el calendario, El Trayecto retrata la parte humana que yace detrás de la vida profesional. Así que, además de ver a Alex Hunter —el protagonista— entrenar y disputar partidos, conocerás a su familia, sus problemas personales, intervendrás en decisiones cruciales de su carrera como la de qué club le conviene más por fama y oportunidades, y moldearás sus relaciones con compañeros, entrenadores, reporteros y hasta fans. Todo eso mediante interludios cinematográficos esporádicos e interactivos —que seguramente fueron posibles gracias a Frostbite—, los cuales te van llevando paulatinamente a través de la carrera de esta joven promesa. Hablamos de amigos de la infancia con los que de pronto te ves compitiendo por la misma posición en el club, egos, envidias y otras "situaciones de la vida" que los títulos de futbol jamás habían considerado para las mecánicas.
En El Trayecto aparecen conceptos ya conocidos, como la progresión mediante entrenamiento, pero finamente hilvanados, están algunos nuevos, como la progresión mediante reputación. Así, para ganarse un puesto titular, no bastará con ser consistente y efectivo en las prácticas, sino que también será necesario decir las cosas correctas. Para ello, existe una mecánica de elección de diálogos, no muy diferente a la de The Walking Dead, con diversas respuestas. Algunas serán bien vistas por tu coach, quien las tendrá en cuenta a la hora de elegir el XI inicial; otras quizá sean más arrogantes, pero te ganarán followers y, eventualmente, un patrocinio para tus redes sociales; otras veces dirás algo que no complazca a nadie; y otras ocasiones quizá consideres mejor quedarte callado. Además, cada partido, existen metas diferentes que debes cumplir para satisfacer al entrenador y a tu equipo, y cuando viene el silbatazo final, Alex Hunter progresa sus estadísticas.
The Journey se percibe diferente e ingeniosamente diseñado
La idea de un modo historia no es nueva para el género deportivo, pero para efectos de la categoría futbolística, The Journey se percibe diferente e ingeniosamente diseñado. Simula una práctica en vez de jugarla y tal vez pierdas el puesto titular; di algo incorrecto y quizá el coach te saque de su cuadro de arranque; elige mal tu siguiente equipo y tal vez te cueste mucho más sobresalir. En fin. Es evidente que hay una buena dosis "escenificación" en la estructura, pero el concepto es como una bocanada de aire para una categoría que parecía irremediablemente estancada en las mismas dinámicas año tras año.
Curiosamente, y a pesar de que lo hemos visto miles de veces, el estadio de juego adopta una escala aplastante cuando entras en él por primera vez con Alex Hunter, mientras la multitud grita al unísono en las gradas "¿Quién eres tú?" y las implicaciones de un gol fallado se sienten más grandes cuando consideras las expectativas que de ti tienen tus familiares, además de tus compañeros y tu club. Vaya, el simple hecho de meter un argumento, le da un vuelco a la experiencia de juego y eso se agradece. Además —fiel a su nombre—, El Trayecto es largo, al abarcar una campaña completa. Con el tiempo, las pausas cinemáticas dejan de ser tan frecuentes, la historia no es muy superior a la de cualquier película de ¡Goool! —sí, la Kuno Becker— y hay puntos donde sientes que avanzas despacio pero el apetito por ver hacia dónde va tu carrera y cuál será el siguiente episodio en la historia, mantiene las cosas en movimiento.
Otro rostro nuevo en la lista de modalidades es el de los Desafíos de creación de plantilla dentro de FIFA Ultimate Team. Los Desafíos son una manera efectiva de inyectar vida a la modalidad de creación por sobres que ya todos conocen y que siempre corre el riesgo de perder chispa. En ella, la idea es diseñar plantillas conceptuales (equipos de cierta cantidad de jugadores, de la misma liga, del mismo país, de diferentes países, etcétera) y, a cambio, recibir recompensas de elevada rareza o valor con la condición de perder los jugadores usados. De primera instancia recuerda un poco a la mecánica de desencantar de Hearthstone pero un poco más ingeniosa porque involucra riesgo/recompensa, lo cual la vuelve emocionante y seductora. Al mismo tiempo, los Desafíos te ayudan a manipular con maestría la química como concepto base para crear escuadras. Los Desafíos de creación de plantilla constituyen, en otras palabras, un círculo virtuoso para FIFA Ultimate Team donde mejoras tu entendimiento de la mecánica de juego y, al mismo tiempo, recibes nuevos artículos para seguir jugando, incluso sin disputar partidos.
Una novedad adicional en FIFA Ultimate Team es FUT Champions que es un torneo de eliminación directa que, a su vez, te concede pase a un certamen adicional de fin de semana. Estos torneos brindan recompensas así como la oportunidad de crecer competitivamente a gran escala. Esta modalidad, por su carácter inmediato, añade una sensación de urgencia y emoción a la competencia con tu equipo (a diferencia de las temporadas, que son más lentas), la única inconformidad —y ésta aplica a todo Ultimate Team— es el grado de scripteo presente en los partidos, cuando menos, en aquellos de bajo nivel. ¿A qué vamos con esto? Es comprensible que tus primeras plantillas sean lentas y un poco torpes, pero llega al punto donde no son capaces de marcar un gol en un enfrentamiento uno a uno con el portero en 9 de cada 10 ocasiones, lo cual imprime muchísima frustración. Esto no es de ahora... es de siempre. Y nunca hemos estado plenamente seguros de que el balance opere adecuadamente. Si bien es razonable toparse con equipos de 100 en Química, en el entendido de que pertenecen a gamers que han invertido más tiempo en la estructura de su plantilla, no es aceptable que el sistema, frecuentemente, te empareje con rivales cuya calificación global es muy superior. Y eso ocurre más en FUT que en otros modos online.
A propósito de otros modos, Patada Inicial, Torneos, Juegos de Habilidad, Temporadas en línea, Clubes Pro, Temporadas cooperativas y Amistosos Online siguen presentes con tiempos de espera reducidos y relativa estabilidad —aunque eso también depende de tu conexión y la de tu rival—, mientras que por el lado negativo de la ecuación caen los modos de Carrera tradicionales, como Director Técnico y Jugador, los cuales no cambiaron considerablemente con respecto al año previo. ¡Y antes de que se nos olvide! El futbol femenil reaparece con algunas nuevas selecciones.
NUEVOS BOTINES
Y así llegamos a lo que ocurre sobre la cancha, un tema crucial cuando de juegos deportivos se habla. Este año, FIFA experimentó varios cambios en los controles, pero el primero y más notorio tiene que ver con el compás de juego. Es evidente que el conteo de animaciones creció considerablemente para FIFA 17. El resultado es una cadencia todavía más realista y orgánica pero un ritmo proporcionalmente pausado —sí, incluso más que en FIFA 16—.
Ahora bien, comparado con FIFA 17, la entrega del año anterior se percibía atrabancada, entrecortada y relativamente robótica. En 2017, las cosas fluyen con más gracia pero un poco más despacio. Y seguramente, lo anterior también tiene que ver con el rediseño de la física. Los empellones hombro a hombro, la disputa de los balones aéreos y la lucha por darle el primer puntapié a esa pelota filtrada son acciones que se sienten justas y perfectamente bajo control con el mando entre las manos. Percibes cómo estás empujando a tu rival y él a ti; sientes cómo te estiras para alcanzar ese balón con la cabeza o cómo tu pie se extiende dramáticamente para llegar al esférico antes que el guardameta quien corre hacia ti para achicar. Pero probablemente el cambio de mayor alcance es el logrado con el sistema Pushback.
En años pasados existía la opción de cubrir la bola, dando la espalda a tu rival, pero era una mecánica algo limitada que funcionaba en momentos muy específicos y estaba desprovista de flexibilidad. Ahora, cuando tienes el balón de espaldas a la portería, dispones de un radio de viraje muy amplio para proteger el esférico desde cualquier ángulo, puedes empujar al defensa con la cadera y existe la alternativa de pedir asistencia de un compañero al oprimir el hombro derecho del control. Entre todos: física rediseñada, compás pausado y sistema pushback, obtienes una dinámica que promueve el juego sesudo, donde más vale frenar para repensar la estrategia o esperar apoyo, que simplemente correr como cuchillo entre líneas, aunque también puedes hacerlo. El lado negativo de esto es que, como defensor, te sientes un poco limitado. Si un mediocampista cubre la pelota, da la sensación de que es poco lo que puedes hacer para quitársela además de aplicar doble marca, así que, de cierta forma, el sistema pushback también causa un ligero desbalance en la dinámica entre defensa y ataque.
Cabe acotar que los futbolistas se mueven de un modo magnífico cuando están jugando, pero la parte histriónica de los saludos, los reclamos al árbitro, los abrazos al finalizar el encuentro y los gestos finos en general, todavía delatan cierto descuido así como un aire robótico que contrasta mucho con el meticuloso cuidado que se puso en The Journey. Dicho de otro modo, a tus hombrecitos virtuales les falta expresividad.
Ahora bien, EA Canada también hizo mucho énfasis, durante la promoción, en una inteligencia artificial rediseñada al ataque. Nunca nos sentimos desprovistos de opciones para pasar la pelota, pero para ser honestos, tampoco percibimos un incremento brutal en las pasadas de los compañeros o que fueran especialmente astutos a la hora de jalar la marca ni mucho menos. ¿Tu equipo se mueve bien? Sí, pero mucho más que en FIFA 16, no lo notamos. Y de hecho, todavía hay frenadas incómodas cuando tus compañeros están por caer en fuera de lugar, en vez de que se muevan en paralelo con la línea de los zagueros.
Lo que sí notamos fueron los cambios a la pelota parada, desde tiros libres hasta corners, pasando por los controvertidos penales… todo mejoró cuando hablamos del contacto con la pelota. Puedes olvidarte de las barras de poder, los indiscretos indicadores de dirección y todo eso. Este año, la cosa es más directa y se reduce a la forma cómo te perfilas al balón… o, por lo menos, eso aplica cuando de tiros de castigo se trata. En los penales, el stick izquierdo sirve para poner en marcha al cobrador y la dirección en la que lo inclines, combinada con la potencia, determinarán dirección y fuerza del cobro. Es así de simple. Se percibe natural, preciso y justo. Lo es.
Todo mejoró cuando hablamos del contacto con la bola
En el ámbito de los tiros de castigo, el stick derecho que solía resultar prácticamente inútil, ahora tiene la función de perfilar al cobrador con respecto al balón —ya sea en un ángulo hacia la derecha, izquierda o en el centro— y moviéndolo hacia atrás o adelante, también dicta la cantidad de vuelo que tomará, mientras que la palanca izquierda sirve para indicar el lugar preciso de la portería al que estamos apuntando. Ambos sticks, en conjunto con el botón de disparo, se traducen en distintos efectos, direcciones e intensidades de tiro, un concepto que, por cierto, también recibió cambios pues ahora el hombro derecho del control funge como modificador para nuevos tipos de disparo, algunos de ellos potentes pero a ras de césped y otros más precisos. Incluso los saques de manos gozan esta vez de mayor flexibilidad, pues te puedes mover unos pasos sobre la línea de banda e incluso hacer amagues.
Y, finalmente, están los tiros de esquina que, mediante un elegante ajuste, ahora son más tácticos y orgánicos que nunca. Si no nos falla la memoria, antes seleccionabas la dirección y la potencia con el stick izquierdo y ¡listo! Tiro de esquina. Había la opción de controlar a un jugador en concreto, pero el lugar exacto donde aterrizaría el balón era una incógnita y, como tal, no podías planear mucho del trámite del corner. En FIFA 17, existe un discreto indicador con resistencia en el centro del área chica, mientras que, con el hombro izquierdo del mando, designas al futbolista que quieres controlar y puedes cobrar bombeado o a media altura. Todo eso, sumado a las tácticas predefinidas con el D-Pad, dan como resultado, literalmente, una jugada de pizarrón, donde sabes más o menos el punto en que debe aterrizar el balón y puedes anticipar lo que vas hacer, si rematar a puerta directamente, peinar el esférico para un segundo cabezaso o algo más. Es un sistema altamente versátil y muy sencillo de comprender.
EL COLOR
El tema de las licencias no suele ser crítico para FIFA, pero es importante mencionar que el juego añadió a los equipos de Brasil, la J1 League, así como algunas nuevas selecciones femeniles, aunque perdió el logo de la liga italiana (no a los equipos), así como al estadio del Barcelona, por nombrar algunos cambios en este frente. Dicho eso, en general, FIFA 17 ofrece un repertorio gigantesco de equipos y competencias (50 torneos), con la relevante omisión de certámenes continentales oficiales.
También es importante mencionar que el realismo de los modelos sigue supeditado a su relevancia, así que jugadores como Messi o Ronaldo son lo más parecidos a sus contrapartes reales como es posible, mientras que los futbolistas de otras ligas tienen un aire genérico más notorio.
En cuanto al audio, no hay queja y la Premier League, en especial, es un espectáculo de cánticos y porras que hacen que se te enchine la piel, y que juegan un rol en la narrativa de El Trayecto; mientras tanto, las narraciones de Mario Alberto Kempes y Fernando Palomo siguen aportando una deleitante mezcla entre pasión y experiencia, con aportes históricos que resultan interesantes de escuchar y desgarradores gritos de gol que no dejan de emocionar. Detectamos incluso algunas nuevas líneas, como una donde Kempes reclama a Palomo por aquello del "…oso pero con garras" —los fans reconocerán la referencia—. La crónica también hace referencia a traspasos y situaciones recientes de los clubes, así como a la historia de Alex Hunter sin que se sienta demasiado forzado.
Y finalmente está la música que con sus cerca de 50 temas licenciados, ofrece algo para todos los gustos, desde electrónica latina con Mexican Institute of Sound, pasando por el house tropical de moda con Kygo, bandas de culto como Beck y Kasabian, Empire of the Sun, Tourist y mucho más.
EL MARCADOR FINAL
Como dijimos al comienzo, FIFA 17 representa el avance más notorio para la franquicia en varios años y aunque sigue sin ser un juego perfecto, se siente como uno claramente mejor y muy diferente al de 2016. The Journey es un agregado magnífico que lleva la inmersión a un nuevo nivel, pero las demás modalidades individuales necesitan atención, al igual que la defensa, mientras que los gráficos siguen teniendo margen de mejora. Dicho eso, cuando reúnes los cambios, aunados con todo lo que la saga ya hacía bien de años atrás a la fecha, tienes la mejor entrega de la serie esta generación —por mucho— y un juego de futbol soccer redondo y delicioso de jugar.
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