Relatos de terror del PlayStation 3

Desde el hackeo de la PSN hasta su costo inicial de $600 USD


¡¡¿¿$600 USD por un PS3??!!

El PlayStation 3 nació como una experiencia platino. Su color, tamaño, diseño y hasta forma de escribir su nombre —PLAYSTATION 3— exhumaban prestigio y un costo adecuado para un producto de alta categoría. Durante meses, la máquina de mercadotecnia de Sony declaró características que sonaban (y eran) imposibles. El problema principal fueron las altísimas expectativas que la compañía infundió en la mente de los consumidores.

Lo anterior, mezclado con la inexcusable arrogancia de algunas declaraciones y con decisiones tan extrañas como no añadir vibración a los controles, provocó uno de los lanzamientos más desastrosos que recuerdo. Agreguen a lo anterior que la consola costaba $600 USD y comenzarán a pensar que es casi un milagro que Sony haya logrado revertir esta tremenda tendencia negativa (en el siguiente punto trataré ese tema).

"Es probablemente muy barato," dijo con desdén Ken Kutaragi en 2006. Lo habían cuestionado sobre el elevado costo del PlayStation 3. Cuando la consola fue lanzada y Jack Tretton ofreció, poco tiempo después, una recompensa de $1200 USD a cualquiera que pudiera encontrar un PS3 que durara más de 5 minutos en los aparadores, Penny Arcade exigió en broma el pago de $13,2000 USD, pues ellos fotografiaron 11 unidades en tiendas de Seattle. Como éstos, hay decenas de otros cuentos de horror de relaciones públicas en torno al lanzamiento del PlayStation 3. Sin embargo, el problema más grave de todos lo descubrirían los primeros compradores del sistema.

El PlayStation 3 no tenía juegos. La oración se convirtió rápidamente en un meme e Internet se llenó de imágenes al respecto. Los consumidores que gastaron $600 USD tenían al menos la capacidad de reproducir Blu-ray, decían burlones los opositores del sistema. Al final, sabemos que el panorama mejoró y la consola despuntó, pero su comienzo estuvo saturado de juegos multiplataforma inferiores, actualizaciones de firmware tediosas y exclusivas débiles.

Los desarrolladores, desde su perspectiva de creadores, tampoco fueron amables con la arquitectura del sistema. Booby Kotick, presidente de Activision Blizzard, declaró en su tiempo que si Sony no corregía los problemas de la consola —sus altos costos de desarrollo y bajas ventas— su compañía dejaría de apoyarla. Gabe Newell, cofundador y presidente de Valve, también fue agrio respecto a la plataforma y recalcó que era un desastre en varios niveles. Aunque tiempo después él mismo aparecería en la conferencia de prensa de Sony en E3, su reacción inicial asustó a otros desarrolladores. Posteriormente, hubo una época de exclusivas temporales en el Xbox 360 provocada por la complejidad del PlayStation 3 y la astucia de Microsoft para entablar buenas relaciones con los estudios.

Al final, Sony tomó medidas apropiadas para contrarrestar este desastre. El resultado nos ha dado la oportunidad de disfrutar de una gran plataforma, exclusivas increíbles y el fantástico servicio PlayStation Plus; sin embargo, nada de eso se dio fácilmente. A pesar de haber sido una historia de terror, el lanzamiento del PlayStation 3 demostró que Sony es capaz de aprender de sus errores y responder rápidamente.

El rediseño de la marca PlayStation 3

Llegó el momento de hablar de un punto crucial en la vida de la consola. ¿Recuerdan cuando se escribía PLAYSTATION 3? Sony quiso olvidarlo e implementó una ardua campaña para dar una nueva imagen a la marca. Debo ser muy claro aquí y señalar que la historia de terror en sí no es el rediseño, sino que la compañía haya necesitado recurrir a una medida tan extrema para mejorar el desastroso curso que seguía la consola.

Cuando se lanzó el modelo Slim del PlayStation 3 en agosto de 2009, pocos notaron que el cambio iba mucho más allá de una mera revisión de hardware: el comunicado de prensa pedía a los periodistas escribir el nombre de la consola de manera distinta, su logo había sido alterado y, consecuentemente, las cajas de los juegos y la publicidad cambió en todo el mundo.

Sobra decir que el movimiento funcionó. La crítica calificó al PS3 Slim como un gran modelo y el mercado reaccionó coronándolo como un bestseller en muchas tiendas. En comparación al desastroso lanzamiento de la consola, el rediseño de su identidad de marca surtió efecto. Hoy en día, la plataforma es un éxito debido en parte a este agresivo movimiento.

No quiero, sin embargo, imaginar el nivel de estrés vivido en las salas de juntas de Sony. Piensen por un momento que tan escalofriante debe ser el panorama para un producto como para que una compañía decida replantear completamente su imagen. Por fortuna, el movimiento tuvo éxito, pero si no hubiera ocurrido así, la plataforma habría sufrido una prematura muerte.

Transformar la marca también implicó dejar atrás el viejo discurso de venta "sólo lo hace todo". Fue en esta época que la consola abandonó la capacidad de correr Linux. Las campañas publicitarias se enfocaron en el software que ofrecía el PS3 y dejaron un poco de lado la aproximación todo en uno que plagó (algunos argumentarían que también dañó) su lanzamiento. Recordamos como historia de terror no el éxito posterior que gozó la consola, sino la oscura época previa a la reinvención de la marca PlayStation 3.

Hack a la PlayStation Network

Llegamos ahora a uno de los terrores más grandes de la generación. Es abril de 2011 y en Sony están preocupados. El día 20 admiten públicamente que ciertas funciones de la PlayStation Network están fuera de servicio. Las alarmas no suenan todavía. El servicio estará restablecido en 2 días, señala el blog oficial de PlayStation. Los usuarios ignoran el problema real.

Una semana después, la compañía sugirió que cierta información de la red había sido comprometida. Esto incluía nombre, dirección, contraseña y dirección de correo electrónico de las cuentas de la PSN. Como precaución, sugirieron a los usuarios verificar de cerca las transacciones bancarias de las tarjetas de crédito asociadas a las cuentas afectadas. ¿El problema? El ataque había ocurrido hace una semana y la advertencia llegaba tarde.

El 4 de mayo de ese mismo año Sony confirmó una de las filtraciones de datos más grande de la historia: 77 millones de clientes habían sido afectados. El ataque había ocurrido entre el 17 y el 19 de abril. Durante ese lapso, ciertas actividades sospechosas relacionadas con el ataque inicial apuntaban a que los servicios de Sony Online Entertainment también habían sido afectados. Las cifras son escalofriantes: 12,000 números de tarjetas de crédito robados e información de más de 24 millones de usuarios de SOE comprometida.

Sony debía responder rápidamente a la crisis. Ofrecerían pólizas de seguro contra robo de identidad por la cantidad de $1 MDD a cada usuario de la PlayStation Network por medio del servicio AllClear ID Plus, que sería otorgado de forma gratuita durante 1 año.

La espera apenas comenzaba. Incluso Sony ignoraba la extensión y magnitud del ataque hasta ese momento. No sería sino hasta el 15 de mayo que algunos servicios comenzaban a restablecerse en ciertas regiones. Para el 23 de mayo, ya que las aguas de la tormenta estaban más calmadas, la compañía anunció que el costo total del ataque había sumado $171 MMDD.

La indisponibilidad de la PlayStation Network afectó también a desarrolladores y jugadores. Algunos juegos debieron retrasar sus Betas e incluso hubo algunos títulos de Capcom que no funcionaban en modo offline. Servicios de entretenimiento, como Hulu y Netflix, tampoco estuvieron disponibles para la mayoría de los afectados. Con el fin de recuperar la confianza del público consumidor, Sony preparó un programa especial: 30 días gratuitos de PlayStation Plus, protección antirrobo de identidad, así como 2 juegos de PlayStation 3 y 2 juegos de PSP gratuitos. Los títulos elegibles variaron según cada región. Hoy en día pocos lo recuerdan, pero ese año la industria padeció una de sus crisis más severas.

Este repaso ha servido para ver algunos de los tropiezos más grandes que ha sufrido Sony en esta generación de consolas; sin embargo, también es un ejemplo patente de la fortaleza de la compañía y de su increíble capacidad para resolver crisis y regresar a la jugada aún cuando las circunstancias son completamente desfavorables.

En cierta forma, Sony ha sido moldeada por sus fracasos: el PlayStation 4 posee la misma filosofía de diseño que hizo funcionar al rediseñado PS3; la infraestructura en línea de la compañía es mucho más robusta y segura ahora gracias al hackeo de la PSN y, además, su nueva consola no sólo no tiene un precio exorbitante, sino que es $100 USD más barata que su competidor directo. Nos quedamos entonces, con recuerdos de terror que, afortunadamente, están en el pasado.

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