Juegos que nos hacen sentir como niños

Recordamos la infancia con 22 títulos que evocan el pasado


Recomendaciones por Víctor Rosas

Star Fox 64

Mi perspectiva de la industria, en los ahora lejanos mediados de los 90, me hacía pensar que el futuro, evidentemente ubicado en el 3D, se determinaría por la manera en que los nuevos juegos mostrarían el espacio y esa visión existente en los libros y el cine. Para mi, Star Fox 64 representaba eso, era el aviso de que el futuro había llegado en forma de un Nintendo 64 y por fin llegaría el momento de ir más allá de los polígonos de su antecesor; jamás olvidaré la emoción al ver la portada de la caja en 1997.

Desde ese año y hasta la fecha, Star Fox 64 ha sido ese vínculo con el pasado, con esos sentimientos generados por la idea de tener un enorme universo. Así lo veía yo, en un cartucho y por tener un juego que en conjunto, mecánicas, arte, audio e historia, me daba una visión muy cercana a lo que imaginaba al jugar el título de SNES. Aun siendo un shooter en rieles, el trabajo de Nintendo EAD contaba con la suficiente profundidad, contenido y acción en cada nivel para hacerte sentir en un planeta enorme. Las batallas con los jefes, los caminos que podías tomar al cumplir con ciertos requisitos, los momentos dramáticos y llenos de emoción, como aquella batalla que de inmediato te hacía pensar en lo sucedido en Día de la Independencia; Star Fox 64 lo tenía todo y si hubo un juego en el que pasé horas y horas en aquella época, fue este.

Han pasado 23 años desde aquel viaje al espacio que inició con Star Fox 64 y aunque el tiempo avanza, siempre existe la posibilidad de encontrarme con ese pasado, volver a vivir esta aventura y recorrer cada nivel como si fuera la primera vez. Este juego, uno de los primeros hits del Nintendo 64, es uno de aquellos que me hacen sentir como niño y solo me resta decir, ¡gracias, Nintendo!

Street Fighter II

Hablar de Street Fighter II: The World Warrior o cualquier versión posterior hasta Super Street Fighter II Turbo es un inevitable viaje al pasado y a mi niñez pues, en 1991, me tocó ver un hito en la historia de la industria, aquel Arcade cuya existencia se transmitía de boca en boca y que marcaba el inicio de una nueva época dorada para las maquinitas. Años antes ya había tenido contacto con diferentes juegos Arcade, pues era un niño pequeño al que le llamaban la atención las luces, los colores y los sonidos de esos gabinetes, pero que todavía no tomaba en serio.

Sin embargo, fue hasta la llegada de Street Fighter II: The World Warrior que mi perspectiva cambió y me convertí en testigo de este hecho que terminó por convertirse en un fenómeno a nivel mundial, pero que en México pegó como ninguno. Primero como observador, luego como jugador que solo servía de sparring para los más experimentados y después como jugador que ya ganaba peleas, mi experiencia con Street Fighter II: The World Warrior fue muy importante y podría decir determinante para mi relación con los videojuegos pues crecí con Street Fighter II y el juego se convirtió en un punto de encuentro para todo tipo de jugadores muchísimos años antes de que los videojuegos fueran una moda o algo aceptable por las generaciones adultas.

Convivir con otros jugadores, platicar con ellos, aprender de ellos y divertirnos por horas alrededor de Street Fighter II: The World Warrior fueron momentos importantes para mi vida como jugador y hoy como alguien que se dedica a escribir sobre videojuegos. Rara vez me encuentro en la actualidad con alguna versión de Street Fighter II, pero cuando lo hago no dejo pasar la oportunidad y, tal como andar en bicicleta, me queda claro que hay cosas que una vez aprendidas jamás se olvidan y disfrutar una reta en esta obra maestra de Capcom siempre, siempre es un regreso a mi niñez.

Mario Kart 8 Deluxe

Mario Kart es una de las franquicias a las que más cariño le tengo no solo por los grandes ratos de diversión que me ha brindado desde su primera entrega, también por los momentos memorables que viví con algunos de mis amigos; diversión pura y directa. De ahí que cuando por fin pude comprar un Switch decidiera comprar Mario Kart 8 Deluxe, pues pasé de largo por la era de Wii U y hacía mucho que no vivía esa emoción por tener en las manos un producto de Nintendo.

Desde la primera sesión la diversión no paró y para mi fue impresionante lo logrado en Mario Kart 8 Deluxe, pues unió el pasado con el presente de la franquicia en un juego que desborda diversión por todos lados. Obviamente el flashback fue inevitable al ver las viejas pistas, con un toque renovado, pero que existen como testimonio del desarrollo de uno de los mejores party games que ha habido, pues sabemos que no se trata de competir, sino de divertirse y hacerle la vida imposible a los demás rivales para reclamar la victoria de la manera más altanera posible. Asimismo, Mario Kart 8 Deluxe y las pistas contemporáneas han dejado una sonrisa en cada sesión, pues muestran hasta dónde ha llegado la franquicia manteniendo su esencia. Sí, las gráficas mejoran, los detalles y lo que quieras, pero la mecánica sigue siendo la misma, simple pero poderosa, básica pero divertida.

Es común establecer un vínculo con Nintendo, sobre todo para quienes los productos de la compañía japonesa fueron su primer acercamiento con los videojuegos. En mi caso fue así, crecí con Nintendo y aunque me brinqué una generación, el volver a disfrutar Mario Kart hace meses fue uno de los momentos más divertidos que he tenido.

Donkey Kong Country 2

La música es algo poderoso y cuando se combina de forma magistral con un videojuego el resultado se queda en tu memoria para siempre. Era 1995 cuando el SNES vivía un segundo aire gracias a lo realizado por Rare con Donkey Kong Country y aunque esa primera entrega fue impresionante para mí, fue el segundo título, Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest, el que se convirtió en uno de mis favoritos.

Como plataformero, Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest me divirtió y me divierte como pocos pues una vez dominado puedes convertir el paso por cada nivel en una danza digna de un speedrun de buen nivel, algo posible gracias a su control bien implementado. Sin embargo, esta entrega logró atraparme por su excelente soundtrack compuesto por David Wise, cuyas piezas destacaban por sí solas, pero integradas en cada nivel lo hacían disfrutable en mayor medida. A la fecha, queda claro que la trilogía de Donkey Kong Country no sobrevivió al paso del tiempo, pero su música sigue siendo referente de la composición para videojuegos.

Escribiendo estas líneas suena en mi PC Mining Melancholy, uno de los temas emblemáticos de Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest que ya en aquel lejano 1995 emanaba nostalgia y 25 años después lo hace todavía mejor. Personalmente, suelo relacionar mi pasado con los videojuegos y música de cada época o momento, y si se trata de hacer un viaje hacia mi niñez, hay pocos juegos tan representativos para mí como Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest.

Lista de contenido:

Comentarios

  • Facebook

  • Tarreo

 
 
  • Mejores

  • Nuevos

    Advertising