Un fanático de Pokémon demostró en un video lo complicado que es transferir criaturas desde las ediciones originales de Game Boy hasta las más recientes en Nintendo Switch. El proceso requiere múltiples consolas, cables y aplicaciones, y puede superar fácilmente los 1.000 dólares en hardware y juegos antiguos.
Pokémon ha acompañado a millones de jugadores durante casi dos décadas, marcando la historia de los videojuegos portátiles de Nintendo. Sin embargo, esta evolución (que ha pasado del Game Boy a la Nintendo Switch) también ha convertido el simple acto de transferir un Pokémon antiguo en una tarea monumental, llena de obstáculos técnicos y logísticos.
El YouTuber Luis Miranda decidió documentar este proceso en un video titulado “Tutorial: Cómo perder las ganas de vivir mientras transfieres Pokémon. Paso 1: Llora”. Aunque el título tiene un claro tono humorístico, refleja con precisión la frustración que muchos fans experimentan al intentar rescatar a sus criaturas originales de los años 90.
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Una lista que pone a prueba la paciencia y el bolsillo
Para lograr llevar un Pokémon desde las primeras ediciones hasta Pokémon Escarlata o Púrpura en Nintendo Switch, se necesita una cantidad considerable de consolas, juegos y adaptadores, algunos de los cuales ya no se consiguen oficialmente.
Dispositivos y juegos necesarios:
- 2 consolas Game Boy Advance y un cable Link
- Juegos de las generaciones 1, 3, 4, 5, 6 y 9 (Rojo/Azul, Rubí/Zafiro, Diamante/Perla, Negro/Blanco, X/Y, Escarlata/Púrpura)
- Tarjeta Everdrive GBA con Poké Transporter GB
- Consolas Nintendo DS, DS Lite y 3DS
- Aplicaciones Poké Transporter, Pokémon Bank y Pokémon Home
Con estos elementos, el jugador puede comenzar una cadena de transferencias que cruza nueve generaciones de hardware, desde cartuchos físicos hasta aplicaciones en la nube.
El largo viaje de un solo Pokémon
El proceso comienza conectando dos consolas Game Boy Advance mediante un cable Link para transferir los Pokémon de la Generación 1 a la Generación 3, utilizando una herramienta no oficial llamada Poké Transporter GB. Desde ahí, se insertan los juegos de GBA y DS simultáneamente en una consola Nintendo DS o DS Lite para moverlos a la Generación 4, siempre y cuando el jugador haya completado la Pokédex de Sinnoh y vencido a la Liga Pokémon.
Luego, con dos consolas DS, se realiza el traspaso de la Generación 4 a la 5 a través del Poké Transfer Lab, disponible únicamente tras obtener el Pokédex Nacional. A continuación, en una consola 3DS, los Pokémon pueden migrar a la Generación 6 mediante las aplicaciones Poké Transporter y Pokémon Bank, herramientas que ya no se pueden descargar de manera oficial tras el cierre de las tiendas digitales. Finalmente, se usan Pokémon Bank y Pokémon Home para mover las criaturas a las versiones modernas de Switch.
En total, el proceso puede requerir horas de configuración, múltiples verificaciones y hasta dispositivos de terceros, sin mencionar el riesgo de incompatibilidades o pérdida de datos.

Un pasatiempo caro y cada vez menos accesible
Además del tiempo y la complejidad técnica, los costos se disparan rápidamente. Entre consolas retro, juegos, accesorios y aplicaciones, el gasto puede superar los 1.000 dólares, especialmente si se incluyen copias físicas de títulos antiguos que hoy alcanzan precios de colección. Algunas herramientas, como el Poké Transporter GB, tampoco son oficiales, lo que obliga a recurrir a métodos alternativos o de segunda mano.
Una alternativa más directa consiste en usar las versiones de Pokémon Rojo, Azul o Amarillo disponibles en la Virtual Console del 3DS, que permiten transferencias más rápidas hacia Pokémon Home. No obstante, con el cierre de las tiendas digitales, esta opción ya es limitada y no aplica a los cartuchos originales.

El precio de la nostalgia
El experimento de Miranda se ha convertido en una muestra clara de la pasión de los jugadores por preservar su historia dentro del mundo Pokémon. Sin embargo, también revela la falta de continuidad y accesibilidad en una franquicia que ha acompañado a generaciones enteras.
Mantener viva una criatura capturada hace veinte años ya no depende solo del esfuerzo del entrenador, sino también de la supervivencia tecnológica de cada consola que marcó su viaje.
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