La diversidad en los videojuegos vuelve a estar en el centro del debate, aunque en realidad nunca ha dejado de estarlo en los últimos meses y años. Y es que recientemente, Samantha Béart, actriz que interpretó a Karlach en el exitoso título Baldur’s Gate 3, afirmó que los desarrolladores están siendo presionados para recortar contenidos que abordan la inclusión y la representación diversa.

La industria comienza a ver con otros ojos la Diversidad, Equidad e Inclusión
Las declaraciones de la artista se dieron en una entrevista con el medio TheGamer, donde habló abiertamente sobre cómo la industria está retrocediendo en temas de diversidad, por temor a nuevas controversias con la comunidad de jugadores.
Béart indicó que: “Sin nombrar a nadie, sé que eso está ocurriendo. Las historias están siendo cortadas”, agregando que, “históricamente, el apaciguamiento ha sido algo muy negativo”. Esto en referencia a la autocensura que estarían ejerciendo algunos estudios, para así evitar el escrutinio del público.
Durante los últimos años, iniciativas como las de la consultora Sweet Baby Inc. promovieron activamente políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) en la industria del entretenimiento interactivo. Sin embargo, muchos de estos esfuerzos enfrentaron una ola de críticas, principalmente desde sectores que consideraron que dichas prácticas se imponían de manera forzada y afectaban la experiencia narrativa y el desarrollo orgánico de los juegos.

Otras grandes empresas ya se han sumado a este giro
Según varios reportes, el malestar generalizado en la comunidad, generó un viraje entre importantes editoras de la industria. Amazon Games, por ejemplo, ha comenzado a desmantelar progresivamente sus programas DEI, a los que consideran “materiales y políticas desactualizadas”. Junto a esto, el director ejecutivo de CI Games ha ido más lejos, asegurando que la implementación de estas políticas ha contribuido al cierre de estudios.
Además, dice que esto ha sido un factor directo al declive financiero de varios proyectos, llevando a la industria a lo que él describe como una “corrección de rumbo” ante el rechazo de los jugadores.
A pesar del clima adverso, Béart subraya que la diversidad no desaparecerá completamente de los videojuegos y, en su opinión, los estudios independientes continuarán explorando historias diversas, menos condicionados por las presiones comerciales y el temor al backlash digital. Aun así, reconoce que un juego como Baldur’s Gate 3, aclamado por su amplitud temática y enfoque inclusivo, tendría hoy dificultades para recibir luz verde en una gran editora.
El retroceso también ha impactado directamente a los profesionales del rubro, ya que tanto desarrolladores como actores de voz han sido blanco de acoso en redes sociales debido a su participación en proyectos con elementos inclusivos. El caso del estudio Naughty Dog, creadores de The Last of Us, ilustra este fenómeno.
Y es que según reportes recientes, la empresa ha implementado programas internos de entrenamiento para preparar a sus actores frente al posible hostigamiento online.

Para cerrar, la tensión entre libertad creativa, representación diversa y aceptación del público continúa siendo una herida abierta en la industria del videojuego.
Y lo que para unos representa una evolución necesaria hacia un medio más plural, para otros es un atentado contra la “esencia” de sus juegos favoritos.
Editorial de GTA elimina todo rastro de sus referencias a la diversidad en su informe anual
En medio de un clima político cada vez más hostil hacia las políticas de diversidad e inclusión en Estados Unidos, varias compañías han comenzado a suavizar o eliminar sus compromisos públicos en esta materia.
Take-Two Interactive, editorial de franquicias como Grand Theft Auto y Borderlands, ha modificado drásticamente su informe anual, omitiendo referencias a su historial de apoyo a trabajadores LGBTQ+ y acciones de equidad laboral.

En su informe 10-K correspondiente a 2025, presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), Take-Two eliminó la sección titulada “Diversidad, equidad e inclusión” (DEI) y la reemplazó por una más general llamada “Comunidad y compromiso”. La mención a “diversidad” ahora se limita a una vaga “diversidad de pensamiento”, sin detallar programas, becas o esfuerzos específicos de contratación diversa. Leer nota completa acá.
