"Desde el principio pensamos "Queremos que este sea un juego que realmente quisiera ver y jugar, y también ser un homenaje a una era antigua, lo que significa que la dificultad debe ser un reto."
Una vez que determinaron dicha filosofía Jared vio a gente jugar Cuphead para determinar la capacidades de los jugadores y ver si algo era demasiado complicado. Todo esto fue muy útil al momento de recabar feedback. También probaron el juego con gente que nunca ha jugado en su vida, pero el estudio no quiso hacerlo más fácil solo para apelar a una audiencia más casual.
"Parte de eso fue que tratar de ajustar la dificultad hacia abajo para una persona que nunca ha jugado un juego dejó de ser algo divertido, al menos para mi," explicó Moldenhauer.
Jared cree que "la ideal de la dificultad es solo un concepto libre" y es relativo para cada jugador. "Pensamos que si nos estamos divirtiendo y hemos trabajado tanto tiempo en esto y si es que aún no odio muchísimo a este jefe… debe ser decente para gente como nosotros."
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