En la E3 de 2001, Grand Theft Auto III pasó desapercibido pese a que Rockstar confiaba en su potencial, pero meses después, su lanzamiento revolucionó el concepto de mundo abierto, salvó a Take-Two Interactive de la quiebra y marcó un antes y un después en la industria.
En mayo de 2001, Rockstar presentó Grand Theft Auto III en la E3, convencida de tener entre manos algo revolucionario.
Sin embargo, la industria lo recibió con frialdad, sin anticipar el impacto histórico que tendría unos meses más tarde, ya que lo que parecía un título más en medio de una feria cargada de novedades, terminaría convirtiéndose en un fenómeno.
Éxito que ya es un clásico legendario y que además, no solo cambió la manera de diseñar videojuegos, sino que también salvó a su distribuidora y por ende, a sus creadores, de la quiebra.
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Un debut frío y un futuro incierto
Dan Houser, uno de los nombres clave de Rockstar, recordó en una entrevista con IGN aquel momento en el que la compañía sintió que estaba a punto de redefinir el género.
“Pensábamos que teníamos algo muy emocionante a finales de marzo de 2001”, comentó.
Pero cuando el juego fue mostrado en la E3 de mayo, la respuesta fue tibia: “El resto del mundo no pareció estar de acuerdo con nosotros. Se mostraron completamente indiferentes ante lo que creíamos que podía ser increíble”.
El lanzamiento de Grand Theft Auto III estaba previsto inicialmente para septiembre de ese mismo año, pero los atentados del 11 de septiembre provocaron un retraso.
Finalmente, llegó a las tiendas en octubre de 2001, y aunque parte de la prensa especializada aún no comprendía su propuesta, el público sí lo hizo.
Las ventas fueron inmediatas y masivas, transformando al juego en un éxito que impulsó a Rockstar a la primera línea de la industria y el impacto no fue solo creativo, ya que Take-Two Interactive, la compañía matriz de Rockstar, atravesaba una grave crisis financiera, hasta el punto de haber sido retirada de la bolsa.
El éxito arrollador de GTA III no solo consolidó la reputación de Rockstar como estudio de vanguardia, sino que también rescató a Take-Two de la bancarrota, asegurando su permanencia en el mercado y abriendo paso a una de las franquicias más rentables en la historia del entretenimiento.
El contexto de los videojuegos en 2001 y el legado de un pionero
Cabe recordar que en esos años, Rockstar North aún se llamaba DMA Design, y desarrollaba el proyecto incluso antes del lanzamiento de la PS2.
El mercado estaba dominado por Nintendo 64, la primera PlayStation y Sega Saturn, lo que explica por qué un título como GTA III resultaba difícil de entender para una industria que todavía aprendía a diseñar en 3D.
A pesar de que otros estudios, como Nintendo, habían sentado las bases de la interacción con entornos tridimensionales en sagas como Super Mario 64 y The Legend of Zelda: Ocarina of Time, nadie había concebido aún una ciudad abierta y viva en tres dimensiones como la que proponía Rockstar.
Con GTA III, DMA Design no solo presentó un juego, ya que definió el futuro del medio.
Es así como para cerrar, lo que en un principio parecía un experimento arriesgado se convirtió en el molde del género de mundo abierto, un estándar que desde entonces han seguido sagas tan distintas como Assassin’s Creed, The Witcher o Red Dead Redemption.
Y en retrospectiva, sorprende que la industria no haya identificado de inmediato el potencial del título durante la E3 2001.
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