Vivimos en un momento donde muchas personas no ven con buenos ojos a tecnologías basadas en Inteligencia Artificial (IA), e incluso, temen que sus trabajos los hagan estos softwares y terminen siendo despedidos. Algo que le ha pasado a un ingeniero de software quien, luego de perder su puesto en una empresa tecnológica y tras enfrentar el rechazo en más de 800 postulaciones laborales, hoy sobrevive en un pequeño remolque.
Y según él, todo debido a que una IA lo reemplazó.

Un futuro brillante en su campo laboral que, dice, perdió por la Inteligencia Artificial
Se trata de la historia de Shawn K de 42 años quien, la cual ha sido compartida en una entrevista reciente y que ha sido vista como una radiografía cruda de los efectos colaterales que la IA está generando en el mercado laboral. Según cuenta, no siempre vivió al margen ya que durante años, se desempeñó como ingeniero de software con un sueldo de hasta $150.000 dólares anuales.
Superó la crisis financiera de 2008, se reinventó tras el colapso económico causado por la pandemia de COVID-19, y logró mantenerse vigente en una industria en constante evolución. Sin embargo, en abril de 2024, llegó un nuevo golpe: la automatización impulsada por la IA lo dejó sin empleo por tercera vez en su carrera.
Esta vez, sin embargo, la recuperación se le ha hecho cuesta arriba.
“Perdí mi trabajo porque la empresa decidió que podía reemplazar a varios desarrolladores con una sola herramienta de inteligencia artificial”, relata Shawn en una entrevista con la revista Fortune.
Pero además, comenta en la conversación, es que lo más frustrante es que muchas compañías usan la IA para ahorrar dinero recortando talento. “Lo vi suceder frente a mis ojos. No fue algo hipotético, fue real, inmediato y devastador”, asegura.
De desarrollador a repartidor
Sin ingresos estables y con los ahorros agotados, Shawn se mudó a un remolque y desde allí intenta mantenerse a flote. Vende objetos domésticos en eBay y realiza entregas de comida para una aplicación de reparto. Estas actividades apenas le generan algunos cientos de dólares al mes, una fracción de lo que ganaba en su anterior empleo.

Aunque ha considerado volver a estudiar para obtener una certificación técnica o incluso sacar una licencia comercial para conducir camiones (CDL), las barreras económicas son insalvables por ahora. “No puedo costear la matrícula, ni siquiera el transporte hasta una escuela”, lamenta. Pero pese a que su despido fue consecuencia directa del avance de la IA, Shawn no guarda rencor hacia la tecnología. Al contrario, reconoce su potencial y su capacidad para mejorar procesos.
“Si una IA puede hacer mejor mi trabajo, no me voy a sentar a llorar porque me reemplazó. Lo acepto. Pero es frustrante ver cómo las empresas aprovechan esa eficiencia para recortar personal en lugar de ampliar sus capacidades o producir más valor”, argumenta.
Shawn critica lo que considera una mentalidad empresarial retrógrada: “Si antes necesitábamos diez desarrolladores para una tarea y ahora solo uno, no deberíamos despedir a los otros nueve, sino pensar en cómo multiplicar por mil lo que podemos lograr con ese equipo ampliado por la IA”.
Un aviso para el futuro
Su caso, asegura, no es un hecho aislado, ya que para él, es solo el inicio de una tormenta de consecuencias sociales y económicas profundas. “Esto no se trata solo de mi situación. Lo que estamos viendo es el comienzo de una catástrofe social y económica. Y muchas más personas se verán arrastradas por esta ola”, advierte, y todo por una revolución tecnológica que avanza más rápido que las estructuras laborales y sociales, capaces de absorber su impacto.

Y para cerrar, mientras vive entre cables, cajas y recuerdos de una vida distinta, Shawn espera que su historia sirva como advertencia. Porque, como él mismo dice, “si no aprendemos a adaptarnos como sociedad, no habrá tecnología que nos salve de nosotros mismos”.
Jugadores odian demo de Quake II hecho con IA, pero el creador de Quake lo llama “un trabajo impresionante”
Un nuevo experimento de Microsoft ha generado debate en la escena tecnológica y de los videojuegos, generando además controversia entre la comunidad de jugadores y creadores de la industria.

Y es que la compañía tecnológica ha revelado una demo jugable de una reinterpretación del icónico Quake II, desarrollada íntegramente con su sistema de inteligencia artificial Copilot AI. Propuesta que ha sido recibida con duras críticas por parte de los jugadores, las cuales han sido respondidas sorprendentemente, por el creador de Quake, quien defendió el proyecto.
