Jensen Huang ha oficializado la transformación de Nvidia en una empresa de infraestructura de IA, dejando atrás su identidad exclusiva de gaming al confirmar que el 90% de sus ingresos provienen ya de los centros de datos y aunque la división de videojuegos sigue creciendo, dejan en claro el auge mundial de la inteligencia artificial.
Nvidia ha presentado recientemente los resultados financieros correspondientes al tercer trimestre de su año fiscal 2025/26, estableciendo una vez más marcas históricas que desafían las expectativas de Wall Street, pero más allá de las cifras astronómicas, el titular principal ha surgido de las palabras de su CEO, Jensen Huang.
En una declaración recogida por Dexerto, Huang ha formalizado un cambio de paradigma que se venía gestando desde hace años, sentenciando que la etiqueta de “fabricante de tarjetas gráficas para juegos” es cosa del pasado, ya que con unos ingresos trimestrales de 57.000 millones de dólares impulsados casi en su totalidad por la demanda tecnológica empresarial, la compañía ha completado su transición.
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La redefinición corporativa: De las gráficas al cerebro digital
La narrativa de Nvidia ha sufrido una evolución persistente, pero nunca antes había sido tan tajante, y si bien en 2019 Jensen Huang ya había comenzado a describir a su organización como una “empresa de centros de datos”, en aquel entonces matizaba sus palabras calificando el movimiento como una “expansión de negocio”. La retórica actual, sin embargo, elimina cualquier ambigüedad y marca un punto de inflexión definitivo.
“Nvidia se ha desarrollado en los últimos 25 años, pasando de ser una empresa de GPU para juegos a una empresa de infraestructura de centros de datos para IA”, afirmó Huang. Esta declaración no es solo un cambio de eslogan, sino el reconocimiento oficial de una nueva realidad operativa, dejando claro que la compañía ha dejado de mirar a los jugadores de PC como su cliente principal para centrarse en ser el arquitecto de la infraestructura computacional del futuro.
La identidad gamer, que cimentó la fama de la marca verde durante décadas, ha sido oficialmente archivada para dar paso a un rol mucho más sistémico en la economía global. Además, desde una perspectiva estrictamente económica, la afirmación del CEO es irrefutable y los libros de contabilidad de la empresa ilustran este desplazamiento con una claridad aplastante.
Durante el trimestre reportado, los ingresos totales de Nvidia alcanzaron los 57.000 millones de dólares, lo que supone un incremento interanual del 62%. Sin embargo, el desglose de esta cifra es lo que verdaderamente expone la nueva naturaleza de la compañía.
El segmento de Centros de Datos generó por sí solo 51.200 millones de dólares, registrando un crecimiento del 66% respecto al año anterior. Esto implica que, a día de hoy, aproximadamente el 90% de los ingresos totales de la corporación provienen de la infraestructura de Inteligencia Artificial.
La demanda es insaciable y proviene de todos los frentes, desde los gigantes proveedores de servicios en la nube hasta grandes corporaciones tecnológicas, pasando por iniciativas gubernamentales que buscan la soberanía digital.
El gaming como un nicho de lujo en la sombra
A pesar de haber perdido el trono como la principal fuente de ingresos, el negocio de los videojuegos no está en crisis; simplemente ha sido empequeñecido por la magnitud del boom de la IA. La división de Gaming, impulsada por el lanzamiento y la tracción de la serie RTX 5000, logró un rendimiento respetable con un crecimiento interanual del 30%.
Esta división aportó 4.300 millones de dólares a las arcas de la empresa. En cualquier otro contexto, o para cualquier otra compañía, esta cifra sería motivo de celebración masiva. Sin embargo, dentro del nuevo ecosistema de Nvidia, el gaming se ha convertido en un negocio de nicho estable y rentable, pero que opera completamente a la sombra de las colosales cifras que mueven los centros de datos.
Y para cerrar, mientras los países invierten miles de millones en construir “autopistas de IA” y centros de cómputo soberanos, las tarjetas gráficas para jugar han pasado a ser, paradójicamente, el actor secundario en la película que ellos mismos protagonizaban hace apenas una década.
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