Un joven chileno identificado como “Mati” se volvió viral tras revelar que trabaja como “novio de alquiler” en Japón, cobrando aproximadamente 77 mil pesos chilenos por hora. La entrevista fue realizada por el creador de contenido Naka para su canal YouTube, y generó un fuerte impacto en redes sociales al mostrar cómo funciona este peculiar oficio.
En Japón, especialmente en zonas urbanas, existe desde hace años la figura de los llamados “novios de alquiler”, hombres que ofrecen compañía a clientas por horas a cambio de una tarifa previamente establecida. Esta práctica no necesariamente implica contacto físico ni citas románticas convencionales, sino experiencias personalizadas que van desde acompañar a paseos o restaurantes hasta servir de oyente o práctica de idiomas.
A través de diversas plataformas digitales, tanto locales como extranjeras, estos servicios han crecido significativamente entre mujeres jóvenes que buscan compañía temporal sin compromisos. Es en este contexto donde surge la historia de Mati, cuya experiencia llamó la atención de miles de personas en redes sociales.
Más de Japón
Una entrevista que se volvió viral
La historia salió a la luz a través del canal de YouTube de Naka, un creador de contenido argentino-japonés que recorre distintos aspectos de la vida cotidiana en Japón. En el video titulado “Lo Bueno, Lo Malo y Lo Inesperado de Japón: Shibuya SIN FILTRO”, publicado hace mas o menos un mes, el influencer explora el costado más real y contrastante de Tokio, incluyendo la cultura de los novios de alquiler.
En medio de ese recorrido, Naka conversa con Mati, quien revela que trabaja en este rubro desde hace dos meses. Él explica que consigue clientas a través de plataformas como Luxi, Sugar Book y Pato, y que la primera hora se paga por adelantado, mientras que la extensión depende de la decisión de la clienta. Este fragmento de la entrevista, compartido hace unos días en Instagram, fue el que se viralizó y ha desatado sorpresa en la comunidad.
“Yo soy novio de renta, novio de alquiler”, responde Mati cuando le preguntan a qué se dedica.
Un trabajo sin grandes requisitos
Según explica Mati, cobra 12.000 yenes por hora, lo que equivale a cerca de 80 dólares o 77.000 pesos chilenos. Aunque no domina completamente el idioma japonés, aclara que maneja un nivel básico y que la mayoría de las conversaciones las realiza en inglés, algo que incluso motiva a algunas clientas a contactarlo para practicar el idioma. Su perfil, asegura, ha logrado captar la atención de mujeres interesadas en experiencias más casuales.
Lo que más sorprende de sus declaraciones es la facilidad con la que describe el proceso para entrar a este mundo. Mati afirma que no se requieren permisos especiales ni procedimientos complejos para comenzar, lo que refuerza la percepción de que este tipo de trabajo es más accesible de lo que muchos imaginarían.
“Es facilísimo, la verdad”, asegura el joven chileno.
El lado menos visible de Shibuya
La entrevista de Mati forma parte de un recorrido más amplio realizado por Naka por Shibuya, un distrito famoso por su cruce peatonal y sus luces de neón, pero también por su intensa vida nocturna y sus fuertes contrastes sociales. El video aborda desde zonas de lujo extremo hasta la marginación en los alrededores del Parque Yoyogi, mostrando un Japón que escapa de los estereotipos turísticos habituales.
En este contexto, la historia del chileno no solo despierta curiosidad en Occidente por el alto valor que cobra por hora, sino también por lo que representa dentro de una cultura que fusiona lo tradicional con lo moderno, lo conservador con lo liberal. Aunque estos trabajos son poco visibilizados fuera de Japón, forman parte activa de la economía nocturna y de cómo muchas personas construyen sus relaciones en contextos urbanos.
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