Esta semana se lanzó Kingdoms of the Dump, un RPG de estética pixel art inspirado en los clásicos juegos de rol de Super Nintendo como Earthbound. En él encarnamos al Can Knight (Caballero del Basurero), Dustin Binsley, mientras combate a través de los Cinco Reinos y Medio del Vertedero. El videojuego fue desarrollado, sin ninguna ironía, por dos conserjes.
Si bien el título no ha alcanzado el nivel de popularidad de Ball x Pit o Dispatch, está recibiendo una acogida excepcional por parte de los jugadores que ya seguían el proyecto. Actualmente cuenta con un 96% de críticas positivas en Steam, basado en un total de 231 reseñas, en el que destacan su música, jugabilidad y estética que recuerdan a juegos de épocas pasadas.
“Ha sido un proyecto muy querido durante mucho tiempo”, comentó Adam Marshall, director del juego, en una entrevista reciente para Bloomberg. El reportaje, escrito por el periodista Jason Schreier, busca demostrar como los videojuegos se democratizaron a tal punto que cualquier persona puede crear uno por su cuenta.
La historia detrás de Kingdoms of the Dump
Adam Marshall tiene 36 años y lideró el proyecto mientras se desempeñaba como conserje en la escuela de un suburbio de Filadelfia. A pesar del sueldo bajo y de que físicamente era agotador, el desarrollador asegura que le permitió mantener su creatividad y mente activa. “Al final del turno, mi cabeza daba vueltas y quería poner en práctica todas mis ideas”, aseguró.
Matt Loiseau, amigo de la infancia y que también era conserje, empezó a experimentar con él en RPG Maker para después desarrollar un concepto original con sus propios personajes e universo para así: “con suerte, inspirar a otros como EarthBound y Chrono Trigger me inspiraron a mí”, dijo.
En 2013, el dúo dio finalmente con la idea de Kingdoms of the Dump. El proyecto comenzó como un cuento corto, luego evolucionó a una novela gráfica y, con el tiempo, terminaron decidiendo adaptarlo a un videojuego. A partir de ahí reunieron a un pequeño grupo de aficionados de la comunidad de RPG Maker para poner en marcha el desarrollo. Todos, con excepción del artista de píxeles, trabajarían gratis.
“Pensábamos: ‘Intentemos crear un juego que podamos vender’. Todos están muy involucrados y se siente la energía. Era justo lo que buscaba para dejar atrás los juegos de fans”, contó. En 2019, lanzaron su campaña de Kickstarter y consiguieron superar la meta al acumular 76.560 $.
“Siempre puedo volver a ser conserje si lo necesito algún día”
El equipo sufrió varias complicaciones por la pandemia y llego a un punto en el que Marshall decidió dejar su trabajo para poder terminar el juego. “Me costó convencerme de dejar el trabajo, porque me encanta, aunque tiene muchas cosas malas… pero era hora de seguir adelante. Me di cuenta de que, para terminarlo bien, tendría que dedicarme por completo a la recta final”.
Finalmente, el juego salió este pasado martes en Steam y ha conseguido vender un total de 7000 copias, una cifra bastante buena para el primer juego de un par de aficionados. Marshall esperará para ver como siguen las ventas y si eso lo permite dedicarse al desarrollo de videojuegos a tiempo completo. “Para el mes que viene tendremos una idea más clara”, afirmó.
Por increíble que parezca, al desarrollador no le molestaría volver a su vieja vida de conserje: “Es un lugar estupendo, y siempre puedo volver si lo necesito algún día”, concluyó.
Desarrollador indie renunció a su empleo de seis años para crear un juego que vendió 30,000 copias en un mes: “Me habría arrepentido de no hacerlo”→ Un mes después de lanzarlo gratis, desarrollador indie decide poner su juego de pago en Steam por no calcular los costos: “directamente al desastre”→
