La adicción a los videojuegos sigue siendo un tema que genera debate en la actualidad. Por eso, llaman especialmente la atención casos como el del jugador estadounidense Craig Smallwood, quien en 2010 decidió demandar a la compañía surcoreana NCSoft tras volverse adicto a Lineage II, un MMORPG ambientado en un mundo de fantasía que se lanzó en 2003 y que, gracias a sus constantes actualizaciones y a su fiel base de jugadores, se mantiene vigente hasta el día de hoy.
En más de una ocasión se han conocido casos de personas que pasan miles de horas frente al monitor o la televisión, dedicadas a su juego favorito, completamente desconectadas de la realidad y sin preocuparse por su bienestar. No es casualidad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya catalogado este tipo de adicción como una “enfermedad mental” cuando no se trata adecuadamente.
Mas de 20.000 horas al Lineage II
En la demanda presentada en el estado de Hawái, Smallwood argumentó que había perdido la capacidad de realizar actividades cotidianas como “levantarse, vestirse, bañarse o comunicarse con su familia y amigos” tras dedicar más de 20.000 horas a Lineage II entre los años 2003 y 2009. Además, aseguró que, de haber sabido el nivel de adicción que podría generarle, jamás habría considerado jugarlo.
Por estas razones, el jugador solicitó una compensación económica por los supuestos daños que el juego le había ocasionado. “Actuaron de manera negligente al no advertir o instruir adecuadamente, al demandante y a otros jugadores sobre las características peligrosas y defectuosas del juego, así como sobre el método seguro y apropiado para utilizarlo”, comentó.
En respuesta, NCSoft recurrió a una táctica habitual entre las empresas en este tipo de casos: afirmó que el acuerdo de términos y condiciones del usuario la eximía de toda responsabilidad por los supuestos daños que podría ocasionar jugar a Lineage II. Por lo general, este suele ser el punto en el que estos casos concluyen y la compañía termina saliendo impune.
El juez le dio la razón al jugador
Sin embargo, en esta ocasión, el juez Alan C. Kay determinó que las legislaciones de Texas y Hawái prohíben las cláusulas contractuales que limitan el derecho a presentar reclamaciones por negligencia grave, por lo que decidió no desestimar la demanda.
Después de aquello, no se supo con certeza si el caso llegó finalmente a juicio o si el jugador obtuvo algún tipo de compensación. Aun así, quince años después de aquel suceso, sigue siendo difícil encontrar un precedente similar en el que un jugador haya podido demandar a una compañía por hacer un videojuego “demasiado adictivo”.
En cualquier caso, aunque la idea de llevar a una empresa a los tribunales pueda parecer atractiva, quizá lo más sensato sería reflexionar sobre nuestros propios hábitos de consumo para evitar caer en la adicción.
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