Un usuario compró una placa base de segunda mano y descubrió que aún contenía dos SSD olvidadas por el vendedor, pero en vez de guardarlas sin avisar, decidió contactarlo y devolverlas.
Como siempre sucede cuando los presupuestos de los gamers de PC son ajustados comprar hardware de segunda mano es una práctica que resulta más económica y, en muchos casos, igual de funcional que adquirir piezas nuevas.
Así ocurrió con un usuario que, al hacerse con una placa base Gigabyte B650 de segunda mano, descubrió un detalle que no estaba incluido en la descripción del producto.
Y es que al abrir la caja, notó que en las ranuras M.2 ya había dos SSD instaladas y en vez de quedarse callado, decidió avisarle al vendedor para devolverlas, en un acto que fue celebrado por la comunidad.
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Un hallazgo inesperado en una compra de segunda mano y un acto de buena fe
Según cuenta el usuario, que relató su experiencia en un foro de Reddit, el descubrimiento podría haber pasado inadvertido o ser interpretado como un “extra” de buena suerte.
Pero además planteaba en realidad un dilema ético: ¿quedarse con los dispositivos o devolverlos a su dueño original?
Algo que no se cuestionó demasiado, ya que como adelantamos, decidió contactar al vendedor para informarle del olvido, un gesto que sencillo pero significativo, fue recibido con gratitud por el antiguo propietario, quien organizó rápidamente el regreso de las unidades.
El episodio terminó en buenos términos, ya que las SSD volvieron a manos de su legítimo dueño y ambas partes quedaron conformes con la resolución.
Su relato despertó un intenso debate en la comunidad de Reddit, con varios comentarios felicitando la actitud del comprador, recordando que en circunstancias similares muchas personas habrían optado por quedarse con las unidades de almacenamiento.
“Conozco a demasiada gente que se los habría guardado”, escribió uno de los participantes.
Además, el creador del post contó que el vendedor “era un tipo súper relajado” y que le ayudó cuando “estaba confundido tratando de actualizar la BIOS”, por lo que su decisión de contactarlo por su error, fue natural.
Y es que en general, la honestidad, en este caso, fue reconocida como un valor poco habitual frente a la tentación de aprovechar un error ajeno.
Cuando un detalle marca la diferencia
Junto a lo anterior, el debate además generó otros cuestionamientos, ya que varios usuarios señalaron que, si el hallazgo se hubiera dado en una transacción con una gran empresa, quizá la reacción habría sido diferente.
Sin embargo, en este caso se trataba de una compraventa entre usuarios y además, jugadores, lo que hizo aún más clara la importancia de devolver lo que no correspondía.
Para finalizar, más allá de que sea imposible verificar de manera absoluta la veracidad de lo narrado, las capturas compartidas por el protagonista refuerzan su credibilidad.
Pero por sobre todo, dan cuenta de un gesto que contrasta con la tendencia generalizada a sacar provecho de descuidos ajenos.
Todo esto dentro de un relato que se convierte como recordatorio de que, incluso en un entorno digital y anónimo, la integridad personal sigue siendo una de las piezas más valiosas de cualquier sistema.
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