Algunos jugadores critican que los RPG más recientes están adoptando una “Netflixización” de sus narrativas, con diálogos que explican en exceso y eliminan toda ambigüedad, poniendo el caso de Dragon Age: The Veilguard como ejemplo de esta tendencia, con personajes que repiten información evidente.
En los últimos años, algunos jugadores han notado una tendencia particular en los juegos de rol más recientes, con diálogos y escenas diseñados para no dejar nada a la interpretación, como si la narrativa estuviera construida para una audiencia distraída.
Este fenómeno, al que se ha llamado “Netflixización”, responde a una lógica narrativa que asume que cualquier momento de confusión del público es un fracaso total. Y según un jugador , quien ha compartido su análisis en el medio The Gamer, el caso de Dragon Age: The Veilguard se ha convertido en un ejemplo recurrente.
Aunque muchos jugadores disfrutaron de su propuesta, varios coinciden en que la historia, con explicaciones redundantes y personajes que verbalizan información obvia, terminó afectando la experiencia.
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Narrativas diseñadas para no perder al jugador
Se trata de Harvey Randall, quien ha trabajado en varios medios gamers, quien comparte una crítica la cual apunta hacia lo más alto de la cadena de desarrollo.
Pese a contar con escritores talentosos, dice, la narrativa de The Veilguard refleja una imposición de tendencia la cual es hablarle al público como si estuviera viendo una serie en su teléfono, con varias pantallas abiertas y poca atención.
“La trama mejora ligeramente, pero la mala primera impresión nunca se me quitó”, comenta, luego de abandonar la partida después de 60 horas.
Esta lógica encuentra eco en estudios académicos sobre plataformas de streaming, comenta Randall, donde guionistas relatan cómo reciben instrucciones de “mostrar y decir” absolutamente todo, para evitar que una audiencia distraída se pierda.
El problema es que esta mentalidad se ha trasladado al diseño narrativo de los videojuegos, pese a que no son, salvo contadas excepciones, productos de consumo “de segunda pantalla” y el resultado son historias sobreexplicadas, con personajes que repiten obviedades y escenas que parecen temerle al silencio o a la duda.
La consecuencia, argumenta el análisis de PC Gamer, es doble, teniendo por un lado a los jugadores que nunca prestan atención, quienes seguirán saltándose las cinemáticas sin mayor problema
Y por otro, quienes sí buscan una narrativa profunda sienten que los tratan como si tuvieran “memoria de pez dorado”.
Esta tendencia también se percibe en títulos como Final Fantasy XIV: Dawntrail, criticado por un exceso de explicaciones que, en lugar de enriquecer, terminan cansando a su público más entregado.
Lo que en teoría debía evitar la confusión, acaba erosionando la capacidad de sorprender y de invitar al análisis.

Una llamada de atención: confiar más en el jugador
Harvey Randall recalca también que los expertos y jugadores más exigentes, coinciden en que el problema no está en la coexistencia de estilos, ya que existen personas que prefieren saltarse cada cinemática y otras que buscan diseccionar cada diálogo.
Ambas formas de jugar son válidas y el verdadero error, asegura, surge cuando las compañías diseñan historias con la premisa de que nadie está prestando atención, lo que termina privando a los más involucrados del placer de descubrir, teorizar y debatir sobre el relato.
Para terminar, el principio clásico de “mostrar, no contar” no significa exponer todo al instante, sino confiar en la capacidad del jugador para deducir y contextualizar.

Y según este gamer experimentado, un ritual peligroso no necesita ser descrito en exceso si el simple hecho de que los protagonistas intenten detenerlo ya lo transmite.
Y la confusión, señala, no es un estado fallido; es una herramienta narrativa que genera curiosidad y expectativa.
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