El estudio Bungie, conocido por franquicias icónicas como Halo y Destiny, atraviesa una de sus etapas más delicadas. El juego Marathon, anunciado como el ambicioso regreso de la saga en formato extraction shooter, está envuelto en una tormenta de críticas, bajas expectativas y acusaciones internas.
Todo esto, según personas cercanas a su desarrollo, podrían provocar daños irreparables en la reputación y estructura del estudio.

Las perspectivas actuales del proyecto son desalentadoras
Según reporta el periodista de Forbes, Paul Tassi, basado en información de un insider con amplio conocimiento sobre la situación interna de Bungie, el diagnóstico es claro. Y es que Marathon no solo estaría condenado al fracaso comercial, sino que arrastraría consigo a su estudio desarrollador, debilitando incluso a su principal bastión, Destiny 2.
Los primeros indicios de alarma se dieron tras una serie de pruebas alfa que dejaron a los jugadores con impresiones tibias y desencantadas. A esto se sumaron graves acusaciones de plagio sobre elementos visuales del juego, lo que alimentó aún más la controversia. Todo apunta a que el título será retrasado hasta 2026, una decisión que, lejos de generar esperanza, refuerza la sensación de que el barco está a la deriva.
El insider citado por Tassi advierte que, si bien Marathon podría no compartir el mismo destino que Concord, otro título de Sony cuya recepción fue igualmente crítica, su impacto negativo sobre Bungie será profundo. Se anticipan nuevos despidos y un deterioro sostenido de la imagen del estudio.
“Esto va a herir a Bungie y a su verdadero hijo sano, Destiny. Habrá despidos”, afirma tajantemente la fuente.
Cabe recordar que Bungie ya ha enfrentado rondas de despidos en los últimos años, una señal de inestabilidad que parece agravarse con el paso del tiempo.

Exdesarrollador de Marathon dice que trabajar en su creación fue “tóxico”
Junto a lo anterior, una de las declaraciones más inquietantes acerca del juego proviene de un exempleado del estudio, conocido en redes sociales como Spirited. Este desarrollador, quien formó parte del equipo de ingeniería de Marathon, describió su experiencia como “extremadamente tóxica y humillante”.
En sus palabras, trabajar bajo el liderazgo del equipo fue una experiencia negativa que refleja una profunda crisis estructural. “El liderazgo de Bungie necesita ser completamente renovado”, afirmó, agregando que su equipo fue disuelto poco después de su salida, como parte de una ola de despidos.
Más allá de las críticas internas, Marathon también ha estado en el ojo del huracán por presunto robo de arte, otra mancha más en un historial reciente marcado por polémicas. El estado anímico dentro del estudio es descrito como una “caída libre”, con empleados preocupados por el futuro inmediato de la compañía.
“Todos tienen la misma preocupación: qué pasará con Bungie si Marathon fracasa. Y es algo que simplemente no pueden permitirse”, sentencia el informe original.

Para cerrar, en un contexto donde Sony podría tomar el control total del estudio si la situación continúa deteriorándose, la otrora legendaria Bungie enfrenta una encrucijada crítica. Lo que alguna vez fue un nombre sinónimo de innovación y excelencia en el desarrollo de videojuegos, hoy parece tambalear al borde de un abismo del que podría no regresar.
