El CEO de Jagex, Jon Bellamy, redujo los eventos de Orgullo en RuneScape alegando que buscaba mantener el juego “lo más apolítico posible”, una medida que desató protestas de jugadores y críticas por considerarse un retroceso en inclusión.
Jon Bellamy, director ejecutivo de Jagex desde marzo, se ha convertido en el centro de una controversia que ha dividido a la comunidad de RuneScape y Old School RuneScape.
Esto, luego de tomar la decisión de reducir de manera significativa las celebraciones del Mes del Orgullo dentro del juego, la cual fue interpretada por empleados y jugadores como un gesto de alineación con el clima político adverso a las iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), particularmente bajo la influencia del gobierno de Donald Trump.
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El discurso del “apoliticismo”
El argumento de Bellamy fue presentado como una medida de protección y según señaló a su equipo, los contenidos vinculados al Orgullo dentro del evento llamado Tales of the Pride, “ahora son más controvertidos que antes, y esa controversia conlleva más riesgos, riesgos de los que personalmente debo hacerme cargo”.
Esta justificación no convenció a buena parte de la comunidad, que reaccionó con la campaña de protesta “No gay, no pay” (“No gay, no paga”), en la que jugadores llamaron a suspender suscripciones como señal de rechazo.
En declaraciones recientes a GamesIndustry.biz, Bellamy reafirmó su postura e insistió en que la reducción de eventos de Pride respondió a la necesidad de preservar lo que considera lo más importante.
Esto es la continuidad y mantenimiento de los juegos, lo que argumentó diciendo: “Mi trabajo es tanto de gobernanza como de protección. A veces hay que tomar decisiones duras para asegurar el futuro inmediato del juego”.
El ejecutivo también dejó abierta la puerta a repetir la medida en 2026, salvo que “el mundo cambie un poco y el entorno sea diferente”.
Para él, la prioridad consiste en mantener RuneScape como un espacio de “evasión” para cientos de miles de jugadores diarios, y en su visión esa evasión solo puede garantizarse manteniendo la operación de los títulos “tan apolítica como sea posible”.
No obstante, este planteamiento genera una pregunta en la comunidad difícil de resolver, ya que muchos creen que cancelar celebraciones de Pride tampoco es una decisión neutral.
Corporaciones, mercado y retrocesos sociales
Si bien Bellamy la presenta como un paso pragmático frente a la polarización, varios jugadores interpretan que la medida favorece el discurso de sectores conservadores en detrimento de la representación de la comunidad LGBT+ en el juego.
Como recuerdan en PC Gamer, la situación de Jagex ilustra un dilema que se repite en la industria, lo que es el choque entre la búsqueda de beneficios y las demandas de inclusión.
En un contexto de creciente reacción contra los avances sociales de las últimas décadas, muchas compañías optan por una discreta retirada antes que asumir posiciones firmes frente a gobiernos y sectores políticos hostiles.
Y las propias palabras de Bellamy lo sugieren, ya que si el entorno político cambiara, RuneScape podría volver a organizar grandes eventos de Pride.
Una postura que para cerrar, refleja la tendencia empresarial de adaptar sus políticas no a principios éticos permanentes, sino a las circunstancias del mercado y al clima social predominante.
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