La otrora aclamada desarrolladora de videojuegos Ubisoft, responsable de franquicias tan icónicas como Assassin’s Creed, Far Cry y Rayman, ha vuelto a quedar en el centro de la polémica. En una reciente actualización de su Contrato de licencia para el usuario final (CLUF o EULA, por sus siglas en inglés), la empresa ha introducido una cláusula que obliga a los usuarios a desinstalar y destruir todas las copias de sus juegos una vez que estos dejen de estar disponibles o cuando la empresa decida poner fin al contrato.

Un punto en su EULA que genera más distancia con la comunidad
Para gran parte de los jugadores, no es desconocido que en los últimos cinco años, Ubisoft haya visto caer estrepitosamente su valor bursátil y en un intento por mantenerse a flote, selló un controvertido acuerdo con Tencent, el gigante tecnológico chino ampliamente impopular entre los jugadores por sus prácticas comerciales invasivas y su enfoque centrado en las microtransacciones.
Pero lejos de apaciguar las aguas, este vínculo solo ha exacerbado el descontento. Según la cláusula en cuestión, incluida en la versión más reciente del EULA, establece sin ambigüedades que “Usted y UBISOFT (o sus licenciadores) podrán dar por resuelto este CLUF en cualquier momento y por cualquier motivo” indica la compañía.
Además, agregan que “la resolución por parte de UBISOFT surtirá efecto (a) cuando UBISOFT así se lo notifique; o bien (b) en caso de cierre de su Cuenta de UBISOFT (en su caso); o bien (c) cuando UBISOFT determine dejar de ofrecer o de prestar asistencia a este Producto”.
“Tras su resolución, por los motivos que fueren, Usted deberá desinstalar inmediatamente el Producto y destruir todas las copias del mismo que obren en su poder”, advierte Ubisoft.
Incluso, el documento faculta a Ubisoft a modificar unilateralmente sus productos “por cualquier razón o sin razón específica, en cualquier momento y a su entera discreción, particularmente por razones técnicas como actualizaciones.”

Los jugadores critican, nuevamente, a Ubisoft
Como adelantamos, este nuevo punto ha generado una ola de críticas en comunidades de jugadores y redes sociales, reavivando la percepción de que Ubisoft se encuentra en un continuo proceso de decadencia corporativa. Para muchos, la empresa ha dejado atrás sus años dorados y parece avanzar sin freno hacia una espiral descendente, tanto en reputación como en valor financiero.
Algunos jugadores indican: “¿Siento que esto se puede impugnar en los tribunales? Tal vez algunas de estas empresas necesiten una bofetada judicial”, mientras otro dice que derechamente: “Si comprar no es propiedad, entonces piratería no es robo”.


Y es que la medida no solo pone en tela de juicio la permanencia del contenido adquirido por los usuarios, sino que deja al consumidor como único responsable de estar al tanto de futuras modificaciones del acuerdo, lo que implica revisar periódicamente los términos de uso sin recibir notificación alguna por parte de la empresa.
En otras palabras, si un jugador no está al tanto de estos cambios o simplemente no está de acuerdo con ellos, su única opción legal sería dejar de usar el producto y destruirlo.
Junto a las palabras de la comunidad, para muchos analistas, este tipo de cláusulas representan un retroceso en la relación entre las empresas desarrolladoras y sus comunidades. La lógica del “juego como servicio”, en la que los títulos no se poseen realmente, sino que se accede a ellos bajo licencia, ha ido avanzando lentamente durante la última década, pero este paso de Ubisoft marca un punto de inflexión al exigir la destrucción de copias legítimamente adquiridas.

Para cerrar, hasta ahora Ubisoft no ha emitido declaraciones públicas frente al descontento generalizado. Pero lo cierto es que esta decisión se suma a una serie de tropiezos recientes, entre cancelaciones de proyectos, caídas de ingresos, malas decisiones estratégicas y una percepción cada vez más negativa entre los jugadores.
Stop Killing Games, la iniciativa para proteger el futuro de los videojuegos, supera el millón de firmas y alcanza el 100% de su meta
En una noticia que toca un tema similar, un hecho histórico para la preservación digital y los derechos del consumidor, la campaña Stop Killing Games ha superado oficialmente su meta inicial de un millón de firmas en la Unión Europea. Esta iniciativa, que busca evitar que las empresas cierren juegos comprados por los usuarios, ha logrado captar la atención global ante una práctica cada vez más común en la industria: desactivar juegos que dependen de conexión en línea, incluso si fueron pagados por completo.

Todo comenzó en 2024, cuando Ubisoft anunció el cierre definitivo de los servidores de The Crew, un juego de carreras de mundo abierto que, al depender completamente de conexión online, quedó inutilizable incluso para quienes lo habían comprado. Esta acción marcó un antes y un después en la discusión sobre la propiedad de los videojuegos digitales. Leer nota completa acá.
