Siguiendo la línea de muchos investigadores que buscan encontrar los efectos negativos de los videojuegos, un nuevo estudio viene a apoyar esta teoría al asegurar que los jóvenes están cayendo en una nueva adicción: mezclar videojuegos y pornografía. Se trata de una investigación liderada por Philip Zimbardo, ex presidente de la Asociación Americana de Sicología, quien aseguró en el marco de una charla sobre la crisis de identidad sexual entre los jóvenes que estos “ven como un relajo o descanso la mezcla de jugar videojuegos con un promedio de dos horas a la semana de pornografía”. Asimismo, Zimbardo declaró que juegos como World of Warcraft y la pornografía han “recableado y sometido digitalmente” las mentes de niños y jóvenes en una “crisis social en ebullición de graves consecuencias y costos”, agregó.
La base de sus dichos se encuentra en una encuesta hecha a 20 mil personas, donde encontró que los jóvenes se están viendo afectados en ámbitos sociales, académicos y afectivo-sexuales debido a que la mezcla de juego excesivo y pornografía genera una dinámica de sometimiento al potenciar el aislamiento del individuo, al tiempo que quiebra con los valores morales que los vinculan con su universo referencial inmediato: familia, relaciones personales, entidad religiosa y cultura del propio país.
Sin embargo, Philip Zimbardo no es el único que apoya este tipo de teorías pues David Greenfield, psicólogo, profesor clínico asistente de psiquiatría en la Universidad de Connecticut School de Medicina y director del Centro para Internet y Tecnología del apego, destacó en su momento que la parte del cerebro usada para tomar decisiones, basadas en la moral y los valores, explícitamente comienza a ser apagada por el consumo de pornografía. Asimismo, en noviembre de 2014 un nuevo estudio estableció que los jóvenes de 18 a 35 años que consumen porno es poco probable que lleguen al matrimonio.
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