Un desarrollador de juegos para adultos denunció que Steam ya no permite publicar actualizaciones gratuitas con contenido NSFW, lo que podría transformar la manera en que estos títulos se distribuyen en la plataforma. Aunque aún se permite lanzar DLC, la medida genera preocupación entre estudios independientes.
En los últimos meses, la industria de los videojuegos ha estado marcada por un debate creciente en torno a la censura digital. Empresas de servicios de pago y presiones de grupos activistas han forzado a las principales plataformas a limitar títulos con contenido adulto, afectando especialmente a estudios independientes que dependen de espacios como Steam o Itch.io para sobrevivir.
En este contexto, un nuevo caso vuelve a poner el tema en discusión. El estudio Crimson Delight afirmó que Steam habría prohibido las actualizaciones gratuitas con contenido NSFW en juegos ya publicados, una decisión que, de confirmarse, complicaría aún más el panorama para los desarrolladores de este tipo de experiencias.
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Restricciones a las actualizaciones NSFW
Aunque no existe un cambio oficial en los términos de servicio de Valve, el estudio Crimson Delight afirmó en una reciente publicación en Steam que ya no se les permitiría añadir contenido adulto mediante parches o actualizaciones gratuitas.
“Teníamos pensado añadir algunas escenas obscenas al juego base mientras trabajábamos en el DLC, pero Valve no permite contenido NSFW posterior al lanzamiento para una aplicación que ya ha pasado por su proceso de revisión y se ha publicado en la tienda. No podemos hacer nada al respecto; es su norma, y romperla resultaría en la eliminación del juego de Steam”, afirmó Crimson Delight.
De confirmarse, esta restricción respondería al intento de evitar que algunos títulos se vuelvan explícitos después de su lanzamiento, evadiendo así la revisión inicial de la plataforma. El inconveniente es que también impactaría a los juegos que ya son adultos desde el inicio, dejando a los desarrolladores sin la opción de expandir su contenido de manera gratuita y forzándolos a recurrir a modelos de pago.
La alternativa de los DLC
Según lo informado por el estudio, la única excepción que Valve mantendría sería la publicación de DLC con contenido NSFW. Esto permitiría a los desarrolladores seguir lanzando material, aunque ya no de forma gratuita, sino como paquetes opcionales. Aunque el modelo no es perfecto, evita que los títulos desaparezcan del mercado.
Sin embargo, en un mensaje publicado en Reddit, Crimson Delight aclaró que, a pesar de las restricciones, la plataforma no es el problema:
“Valve no es el problema aquí. Si algo, ellos han defendido a los desarrolladores. Podrían haber eliminado por completo la sección 18+, pero no lo hicieron. La presión viene de procesadores de pago y grupos políticos que siguen endureciendo las reglas.”
Una problemática que va más allá de Valve
El caso se enmarca en una tendencia más amplia de censura en la industria. Durante julio, decenas de juegos fueron retirados de Steam e Itch.io tras denuncias del grupo activista Collective Shout, una medida que afectó principalmente a pequeños desarrolladores. Para muchos, estas presiones externas están redefiniendo qué tipo de contenido puede existir en el espacio digital.
La preocupación es evidente: incluso grandes producciones como Baldur’s Gate 3, con sus conocidas escenas de romance, podrían haber tenido problemas para lanzar actualizaciones bajo estas reglas si hubieran estado sujetas a la misma presión. La frontera de lo “aceptable” es tan difusa que amenaza con extenderse mucho más allá del contenido estrictamente erótico.
Una industria condicionada
El futuro de los juegos para adultos en plataformas digitales como Steam se encuentra en una situación incierta. Aunque Valve permite la distribución de DLC, la prohibición de actualizaciones gratuitas con contenido NSFW podría debilitar la viabilidad de muchos estudios independientes.
Más allá de la compañía, el verdadero problema radica en cómo la industria está condicionada por factores externos, como las empresas de pago y los movimientos políticos, lo que deja en segundo plano la creatividad y la libertad de los desarrolladores.
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