Confirmando el contrabando masivo de tarjetas RTX 5090 estándar en China y desafiando las sanciones de EE. UU. mediante una sofisticada red de mercado gris, fotografías filtradas han dejado en evidencia fallos en los controles de exportación, dejando de paso a los compradores con hardware de alto costo pero sin garantías oficiales.
Una reciente filtración proveniente de la plataforma Reddit ha reavivado la controversia sobre la eficacia de los controles de exportación tecnológica impuestos por el gobierno de Estados Unidos, ya que una serie de fotografías, que aparentemente muestran el interior de un centro de distribución en China, han revelado la presencia de cientos, y posiblemente miles, de tarjetas gráficas GeForce RTX 5090 estándar.
Estas imágenes muestran palets enteros apilados en almacenes, cajas que, según el análisis visual, corresponden al modelo insignia de NVIDIA que actualmente tiene prohibida su venta en territorio chino bajo las regulaciones de exportación vigentes. La magnitud del stock visible sugiere una operación logística sofisticada y no meros envíos individuales, listos para el llamado “mercado gris”, o sea, venta de productos auténticos fuera de los canales de distribución oficiales
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Eludiendo las estrictas sanciones comerciales de Estados Unidos
Por si no se entiende la magnitud de la situación, demos aclarar que es particularmente delicada dado que NVIDIA, en un esfuerzo por cumplir con las normativas estadounidenses, había diseñado específicamente la línea GeForce RTX 5090D para el mercado chino. Esta variante, y su posterior revisión RTX 5090D V2, reportada con 24 GB de GDDR7 y un bus de 384 bits, fueron creadas con especificaciones técnicas ajustadas para no violar los límites establecidos por el Departamento de Comercio de EE. UU.
Sin embargo, el hallazgo de las versiones estándar “no D” en estos almacenes indica que la demanda por el hardware sin restricciones sigue siendo lo suficientemente alta como para justificar operaciones de contrabando a gran escala, dejando a los modelos legales en un segundo plano dentro del mercado entusiasta y profesional.
Un análisis detallado de las imágenes filtradas, realizado tanto por la comunidad tecnológica como por expertos del sector, ha arrojado luz sobre un patrón inquietante, lo cual es que la mercancía parece estar dominada casi exclusivamente por dos ensambladores específicos, ZOTAC y PNY. Los usuarios en los foros de discusión notaron rápidamente que las cajas visibles en los palés pertenecen a estas marcas, una observación que se corrobora con listados recientes en mercados digitales chinos.
Este fenómeno plantea interrogantes sobre si ciertos canales de distribución regionales son más porosos que otros, o si existen intermediarios específicos focalizados en desviar el inventario de estas marcas hacia regiones restringidas.
La mecánica detrás de este flujo es puramente económica, donde los controles de exportación crean artificialmente una brecha de oferta, lo que dispara los precios y genera un margen de beneficio lucrativo para los intermediarios dispuestos a correr el riesgo. Investigaciones previas de medios especializados como Gamers Nexus han documentado cómo funciona este ecosistema: aunque sus reportes solían centrarse en GPU para centros de datos, la lógica se aplica idénticamente al hardware de consumo.
Y es que como adelantamos, este llamado “mercado gris” aprovecha la disparidad de precios y la demanda insatisfecha, para mover productos a través de terceros países o mediante declaraciones aduaneras falsas, convirtiendo las sanciones geopolíticas en una oportunidad de negocio para redes de distribución no oficiales.
La responsabilidad corporativa y el riesgo para el consumidor
La interrogante que resuena en la industria es cómo los socios de fabricación (Board Partners) pueden ignorar el desvío de miles de unidades “selladas de fábrica” hacia un país donde su venta está vetada. No se trata de unas pocas unidades en una maleta, sino de cargamentos industriales y además, la industria ya cuenta con precedentes recientes cuando a principios de este año, el fabricante MSI enfrentó una situación similar.
En su momento, la compañía declaró públicamente que cualquier unidad de sus modelos de gama alta que apareciera en China constituía una “importación paralela” proveniente de distribuidores no autorizados. Esta postura oficial busca eximir al fabricante de responsabilidad legal ante las autoridades estadounidenses, argumentando que el producto fue vendido legalmente en un primer punto y luego desviado sin su conocimiento.
Pero, para cerrar, esta dinámica traslada la totalidad del riesgo al usuario final y al tratarse de productos que no deberían existir en ese mercado, las garantías oficiales son inexistentes. Y aunque las empresas afirman que el soporte técnico y la responsabilidad recaen sobre el vendedor del mercado gris, la realidad es que el comprador adquiere un hardware de miles de dólares sin respaldo real.
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