Final Fantasy XI, el MMORPG de Square Enix lanzado en 2002, sigue tan vigente que sus servidores no dan abasto. Tras cerrar el primero en julio de 2025, ahora los desarrolladores anunciaron que el servidor “Bahamut” también será bloqueado, impidiendo la creación de nuevos personajes y transfiriendo la presión de jugadores a otros mundos.
En la mayoría de los casos, un MMORPG con más de dos décadas de antigüedad lucha por mantener activa a su comunidad, sin embargo, Final Fantasy XI desafía la lógica del mercado. Publicado en 2002, fue el primer intento online de la icónica saga y, lejos de apagarse, hoy atraviesa un renacimiento inesperado.
El título continúa atrayendo a miles de jugadores que buscan un estilo más clásico, con roles marcados y un nivel de dificultad exigente, lo que ha provocado una sobrecarga en sus servidores. Por este motivo, Square Enix anunció nuevas medidas para controlar la afluencia de usuarios.
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El cierre del servidor Bahamut
En julio de 2025, los desarrolladores ya habían advertido que la población en los servidores estaba creciendo rápidamente, lo que llevó al cierre del servidor más concurrido, Asura. Ahora, la misma situación obligó a bloquear el segundo más popular, Bahamut, donde a partir del 9 de octubre será imposible crear personajes nuevos o transferir los ya existentes.
La decisión busca frenar la congestión, aunque de momento no logró equilibrar la carga de jugadores. De hecho, los responsables aclararon en una nota publicada en playonline.com que no descartan aplicar otras medidas en el corto plazo, lo que abre la posibilidad de que un tercer servidor también quede restringido.

Un veterano más vivo que nunca
Lo sorprendente del caso es que, a 23 años de su lanzamiento, Final Fantasy XI mantiene una base de jugadores tan sólida que sus servidores colapsan, algo prácticamente inédito para un MMORPG de su generación. Esto demuestra que su fórmula de dificultad elevada, farmeo constante y la cooperación entre roles clásicos sigue atrayendo a miles de usuarios.
La mezcla de nostalgia y comunidad activa ha sido el motor principal de esta permanencia. Aunque la experiencia es demandante, con progresión lenta y retos que requieren coordinación, justo esos elementos son los que diferencian al título frente a ofertas más modernas, consolidando su estatus de “old-school MMORPG” aún vigente.

La fuerza perdurable de Final Fantasy XI
El fenómeno de Final Fantasy XI pone en evidencia que la longevidad de un MMORPG no depende solo de la innovación gráfica o de grandes expansiones, sino de una comunidad fiel y una jugabilidad capaz de mantener el interés. Sin duda, que Square Enix se vea obligada a cerrar servidores por exceso de jugadores en 2025 es una muestra clara de que algunos clásicos nunca pierden su fuerza.
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