Los problemas financieros y de confianza golpean fuerte a la industria de los videojuegos. Por un lado, Xbox Game Pass registra un máximo histórico de cancelaciones tras la subida de precios, mientras que EA enfrenta un futuro incierto debido a una deuda de 20.000 millones que podría provocar despidos masivos.
La industria del gaming atraviesa un momento complejo, con compañías que hasta hace poco parecían intocables ahora bajo una presión creciente. La confianza de los jugadores y la estabilidad financiera de las editoras están siendo cuestionadas, lo que amenaza con redefinir el panorama.
En el caso de Xbox, los aumentos de precios en Game Pass han desatado una ola de cancelaciones sin precedentes, mientras que Electronic Arts afronta un escenario sombrío tras su adquisición y el enorme peso de una deuda catalogada como “bomba de tiempo” por analistas.
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Xbox Game Pass enfrenta su mayor crisis
Hace unos días te contamos cómo la comunidad de Xbox reaccionó a la subida de precios de Game Pass con cancelaciones masivas que incluso provocaron la caída temporal de la página oficial. Ahora, los datos de búsquedas en Google muestran la verdadera magnitud del problema.
Las solicitudes de cancelación alcanzaron las 100 por día, superando el récord previo de 34 durante el boicot motivado por despidos en la compañía. Esto marca un aumento cercano al 200 % y deja en evidencia la insatisfacción de los usuarios con el servicio.
El principal reclamo de los fans es que las suscripciones más económicas ya no incluyen los lanzamientos de día uno, mientras que el plan Ultimate ha visto un aumento en su precio, alcanzando los 360 dólares anuales. Los jugadores sienten que Game Pass ha perdido su atractivo, ya que, aunque pagues, no eres dueño de los juegos.

Pérdidas y dudas en torno al servicio
La llegada de Call of Duty a Game Pass, tras la compra de Activision, parecía un punto de venta clave para el servicio. Sin embargo, las cosas no han resultado como esperaba Microsoft, con pérdidas estimadas en 300 millones de dólares debido a la caída en ventas tradicionales.
Lejos de ser un incentivo universal, el juego solo está disponible en la suscripción Ultimate, lo que ha generado aún más frustración entre quienes optan por planes de menor costo. Esta estrategia ha acelerado las cancelaciones, debilitando uno de los productos más importantes de Xbox.
Con las cancelaciones alcanzando niveles históricos y los costos en aumento, el panorama para Game Pass es incierto.
EA y la deuda que amenaza con despidos
Mientras Xbox lucha con la pérdida de confianza de sus usuarios, Electronic Arts enfrenta una amenaza financiera masiva. Su adquisición por parte de un consorcio ha generado una deuda de 20 mil millones de dólares, lo que, según el analista de Alinea Analytics Rhys Elliott, representa un riesgo directo para los estudios de la compañía.
Aunque la compañía genera entre 2.000 y 2.500 millones en flujo de caja, el peso de la deuda obliga a pensar en “eficiencias”, término que en la práctica suele traducirse en despidos masivos, ventas de IP y posibles cierres de estudios.
“Los 20.000 millones en deuda son una bomba de tiempo”, advirtió Elliott. “Muchos de los recortes ocurrirán fuera de las franquicias deportivas que generan dinero, pero nada estará completamente a salvo.”

BioWare y otros estudios en riesgo
Entre los nombres que más preocupan está BioWare, responsable de Mass Effect y Dragon Age, que ya enfrentaba cuestionamientos internos antes del acuerdo. El analista también mencionó a Motive, actualmente involucrado en el desarrollo de Iron Man y en apoyo a Battlefield 6.
La lógica detrás de estos posibles recortes es evidente: mantener estudios cuyo costo anual supera los 200 millones de dólares resulta difícil de justificar cuando los títulos deportivos como FIFA garantizan ingresos mucho mayores y más rápidos.
El análisis también subraya que el fondo de inversión PIF de Arabia Saudita, uno de los principales impulsores de la compra, busca diversificar su portafolio y alejar la atención internacional de las críticas por violaciones a los derechos humanos, algo que ya ha hecho con inversiones en CAPCOM, Nintendo y Embracer Group.
Un futuro poco alentador
Entre subidas de precios que erosionan la confianza de los jugadores y adquisiciones que amenazan con reestructuraciones masivas, la industria del gaming se encuentra en un punto de inflexión. El futuro inmediato parece marcado por recortes, tensiones y una fuerte presión por volver a ganarse la lealtad de los usuarios.
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