Japón en estos momentos debe estar viviendo una de sus crisis más curiosas en años: La escasez de Papas Fritas. La gente está corriendo a los supermercados para abastecerse del producto debido a que los proveedores de estos no han podido conseguir unidades frescas y los precios están subiendo.
Según informa Nikkei Asian Review el problema se debe a que los agricultores del país no pudieron cumplir con la demanda de las papas de la temporada de otoño para el cometido, esto debido a los múltiples tifones que azotaron el archipiélago de islas el 2016, sumado a que los agricultores no querían cultivar la papa especial para las fritas, que son diferentes a las de mesa (las que comes en cazuelas o puré), la mayoría proveniente de Hokkaido.
Como consecuencia de esto Calbee, una de las principales productoras de papitas del país, el pasado 10 abril suspendió la producción de 14 variedades de papas, sin fecha de regreso estimada para ellas, y la planta de esta empresa ubicada en Hiroshima no posee la cantidad suficiente de empleados para poder mantener la demanda por papas. Una compañía rival, Koike-ya Inc., debió suspender producción de nueves productos.
¿Que ocurre con la importación de papas? Es posible de realizar pero el gobierno japonés es muy conservador en ese sentido, poniendo trabas a productos de afuera por miedo a contaminen la agricultura local.
Todo esto ha provocado que los supermercado y tiendas de conveniencia se estén quedando sin las preciadas papas fritas y sus precios en línea están alcanzado precios de hasta 10 veces su valor, con un paquete de papas alcanzado los $18.000 CLP en tiendas. Hasta ahora lo único que podría calmar la crisis sería la intervención estadounidense, ya sea en importación de las papas o los snacks ya listos para vender.
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