Casi el 90% de los juegos de Windows ya funciona en Linux, gracias a los avances de Proton y WINE, llevando a que el sistema viva su mejor momento como plataforma de videojuegos, justo cuando Windows 10 se acerca a su final.
Nuevos datos del sitio web de base de datos colaborativa ProtonDB, revelan que casi nueve de cada diez juegos diseñados para Windows, ya pueden ejecutarse en Linux sin mayores inconvenientes.
Un logro que para los expertos, marca un punto de inflexión en el mundo del gaming de PC, justo cuando Windows 10 llega al final de su ciclo de vida y los usuarios buscan alternativas más abiertas y flexibles.
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Un ecosistema que madura mientras Windows pierde terreno
Como los veteranos usuarios de PC y jugadores de esta plataforma sabrán, durante años, Linux fue considerado un terreno hostil para los videojuegos, pero de un tiempo a esta parte, la situación ha cambiado radicalmente.
Esto, gracias a los avances de herramientas como WINE y Proton, desarrolladas con el apoyo de Valve y comunidades de código abierto, siendo tecnologías que han permitido que títulos diseñados exclusivamente para Windows funcionen con sorprendente fluidez en varias distribuciones, como el propio SteamOS, el sistema operativo del Steam Deck.
El más reciente informe de ProtonDB, analizado por el medio especializado Boiling Steam, confirma este salto histórico, reportando que casi el 90% de los juegos de Windows son hoy jugables en Linux.
La cifra, impensable hace apenas una década, llega en un momento de transición entre Windows 10 y 11, un periodo en el que cada vez más usuarios exploran alternativas al ecosistema cerrado de Microsoft.
Aunque el dato general es impresionante, los especialistas aclaran que la compatibilidad no siempre es absoluta, ya que hay distintos niveles de funcionamiento que los jugadores deben tener en cuenta antes de lanzarse a instalar sus títulos favoritos en Linux.
El análisis de Boiling Steam clasifica los juegos en cinco categorías de jugabilidad, un sistema muy similar al que Valve utiliza para calificar la experiencia en el Steam Deck.
La diferencia principal es que Boiling Steam no toma en cuenta las limitaciones propias del hardware portátil, lo que hace que sus resultados sean más útiles para usuarios de PC de escritorio o portátiles.

Las categorías van desde “Platinum” (verde), que incluye los juegos que corren perfectamente sin ajustes, hasta “Borked” (rojo oscuro), donde el título directamente no arranca.
En el medio se encuentran los niveles Gold (verde claro), Silver (amarillo), donde se detectan fallos menores pero el juego es funcional, y Bronze (rojo), reservado para casos donde el rendimiento o estabilidad son inciertos.
Un futuro diversificado para el gaming
Esta clasificación permite a los usuarios evaluar con mayor precisión qué tan fluida será su experiencia, especialmente en entornos Linux que aún requieren cierta pericia técnica.
Aún así, la comunidad indica que las tendencias reflejadas en el informe son alentadoras, ya que cada vez más lanzamientos recientes alcanzan la categoría “Platinum”, mientras las zonas “rojas” del gráfico se reducen año tras año.
Este crecimiento indica no sólo la madurez del entorno Linux, sino también un mayor interés por parte de los desarrolladores en garantizar la compatibilidad multiplataforma.

Al final, en un contexto donde Windows 10 se aproxima a su fin y Windows 11 no convence a todos, el gaming en Linux puede ser una gran alternativa que va creciendo en el tiempo.
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