Los desarrolladores de Battlefield 6 lograron que la optimización para Xbox Series S mejorara la estabilidad y el rendimiento general del juego, asegurando que la clave estuvo en ajustar cuidadosamente la memoria y algunos elementos gráficos sin sacrificar la experiencia.
Desde su lanzamiento en 2020, la Xbox Series S ha sido objeto de críticas por parte de desarrolladores y jugadores, quienes la consideran una consola de presupuesto limitada, incapaz de soportar con fluidez los títulos AAA más recientes.
La percepción general era que este hardware restringía el desarrollo y obligaba a los estudios a sacrificar calidad visual o rendimiento.
Sin embargo, el equipo de desarrollo de Battlefield 6 ha señalado que, si bien enfrentaron dificultades con la consola, la atención puesta en su optimización tuvo un impacto positivo en el juego.
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Desafíos técnicos en la consola de presupuesto de Microsoft
Christian Buhl, director técnico del título, reconoció en una entrevista con Kotaku que la limitación más significativa fue la memoria disponible en la Series S, considerablemente inferior a la de un PC de gama media.
Según Buhl, hace apenas unos meses, el juego sufría continuos cierres en esta consola, lo que obligó al equipo a replantear su estrategia de desarrollo.
Además, lejos de culpar al hardware, el estudio decidió invertir esfuerzos en optimizar la memoria del juego, tanto de forma general como específicamente para la Xbox Series S.
Este trabajo meticuloso permitió que Battlefield 6 alcanzara una mayor estabilidad y rendimiento en todas las plataformas, demostrando que con dedicación los juegos pueden funcionar adecuadamente incluso en consolas de menor capacidad.
Algo que los jugadores pudieron vivir, ya que en la beta de Battlefield 6, la Series S logró mantener 60 FPS constantes a 1080p, aunque con algunos sacrificios visuales mínimos, como sombras de menor resolución y terrenos simplificados.
Este enfoque, según el equipo, no solo solucionó los problemas en la consola de presupuesto, sino que benefició la experiencia general en todas las versiones del juego.
Un precedente en la industria
Cabe recordar que la experiencia de Battlefield 6 no es única, ya que estudios anteriores, como los responsables de Kingdom Come: Deliverance 2, señalaron que la buena optimización de sus juegos también se debía al esfuerzo específico por adaptar el título a la Xbox Series S.
Otro ejemplo es el de Black Myth: Wukong, el cual también corre en Xbox Series S a 60 FPS sin problemas, lo que ha hecho que jugadores digan que la pequeña de Microsoft, “sigue callando bocas”.
En los tres casos, queda claro que el éxito en consolas de menor capacidad depende más de la dedicación del equipo de desarrollo que de las limitaciones técnicas del hardware.
Al final, este enfoque desafía la tendencia reciente en la industria, donde algunos estudios atribuyen la falta de rendimiento a la consola, en lugar de invertir en soluciones técnicas.
Battlefield 6 demuestra que con planificación y atención al detalle, incluso la Series S puede ofrecer experiencias de juego fluidas y satisfactorias.
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