Un estudio de la Universidad McGill demostró que diez semanas de ejercicios mentales intensivos, entre ellos con juegos de este tipo, pueden aumentar los niveles de acetilcolina en el cerebro de adultos mayores, en un cambio químico que equivale a revertir unos diez años de envejecimiento cognitivo.
Los juegos de entrenamiento mental, como los clásicos Brain Age o Brain Training de Nintendo, podrían tener un impacto mucho más profundo de lo que imaginábamos. Y es que según un nuevo estudio científico, dedicar apenas 30 minutos diarios a ejercicios mentales rigurosos puede revertir hasta una década de envejecimiento cerebral.
Los investigadores de la Universidad McGill comprobaron que el entrenamiento cognitivo aumenta los niveles de acetilcolina, una sustancia clave para la memoria y la atención, ayudando al cerebro a recuperar parte de su agilidad perdida con la edad.
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Volver atrás en el reloj del cerebro
Durante años, el neurocientífico japonés Ryuta Kawashima defendió la idea de que el cerebro puede “ejercitarse” como un músculo y ahora, la ciencia lo respalda, en especial un equipo liderado por el neurólogo Étienne de Villers-Sidani, de la Universidad McGill en Montreal.
Profesionales quienes descubrieron que diez semanas de entrenamiento mental diario bastan para mejorar los niveles de acetilcolina en personas mayores de 65 años, por medio de un estudio donde los participantes realizaron 30 minutos de ejercicios cognitivos al día.
Los resultados fueron llamativos, ya que los niveles de acetilcolina, que suelen caer un 2,5 % por década de vida, aumentaron un 2,3 %. En otras palabras, los cerebros de los voluntarios mostraron una recuperación equivalente a “rejuvenecer” diez años.
Incluso expertos ajenos a la investigación se mostraron sorprendidos como Michael Hasselmo, director del Centro de Neurociencia de Sistemas de la Universidad de Boston, quienconfesó que los resultados lo motivaron personalmente.
“Fue tan convincente que pensé: quizá yo también debería hacerlo”, aseguró.
El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), se desarrolló en medio del auge de aplicaciones y programas de entrenamiento mental como Lumosity, Peak, CogniFit, Elevate o BrainHQ, sin embargo, hasta ahora, pocos habían mostrado un impacto medible en la química cerebral.
De los 92 participantes, la mitad jugó títulos casuales como Solitaire o Candy Crush, mientras que la otra mitad usó BrainHQ, una plataforma diseñada científicamente para desafiar la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.

Los ejercicios exigían recordar objetos que aparecían y desaparecían con rapidez, obligando al cerebro a mantenerse alerta y adaptarse, mientras los escáneres PET revelaron aumentos notables de acetilcolina en zonas clave.
Esto es que la corteza cingulada anterior, relacionada con la toma de decisiones ,y el hipocampo, esencial para la memoria. En contraste, quienes solo jugaron de forma casual no mostraron cambios significativos.
Pequeños cambios, grandes resultados
Aunque el incremento de acetilcolina fue modesto, sus efectos pueden ser profundos, porque este neurotransmisor no solo transmite información, sino que también regula el funcionamiento de las neuronas que sostienen el aprendizaje, la atención y la memoria.

Los científicos recordaron que cuando se bloquea su acción, las personas pueden sufrir desorientación o delirios y por el contrario, aumentar ligeramente su nivel puede mejorar el pensamiento y la capacidad de recordar.
Para finalizar, se indica que no es casual que los primeros tratamientos contra el Alzheimer se centraran precisamente en elevar la acetilcolina y ahora, el entrenamiento cerebral intensivo aparece como una alternativa no farmacológica capaz de lograr beneficios similares.
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