Ante la inminente venta de su consola para costear un tratamiento oncológico, la comunidad digital del “Consejo de Hombres” transformó una tendencia viral, en una masiva recaudación de fondos que salvó la vida y el patrimonio de un joven gamer mexicano, demostrando cómo la empatía en redes sociales puede revertir una crisis familiar.
Un joven gamer mexicano llamado Juan de Dios, quien padece un tipo raro de cáncer que se produce en los huesos o en el tejido blando alrededor de ellos, planeaba empeñar su Xbox para pagar su tratamiento final, viéndose en la para él dolorosa obligación de considerar deshacerse de una de sus pocas distracciones en medio de la enfermedad, la cual es su consola Xbox.
Y tras publicar su historia en TikTok, utilizando una tendencia viral conocida como el “Honorable Consejo de Hombres”, la comunidad virtual primero le “negó” la petición y se movilizó para donarle los fondos necesarios, evitando la venta de sus pertenencias y cubriendo la totalidad de sus gastos médicos.
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Un “Permiso denegado” que derivó en una movilización y ayuda directa
Lo sucedido fue tan inusual como conmovedor, teniendo como centro la tendencia del “Honorable Consejo de Hombres”, el cual suele ser un espacio satírico en redes sociales como TikTok, presentándose como una asamblea ficticia con aires medievales donde los usuarios solicitan “permisos” para situaciones absurdas o cómicas.
Juan de Dios rompió el esquema lúdico con una realidad bastante dura, diciendo: “Solicito al honorable consejo de hombres autorización para empeñar el Xbox y pagar mi última quimioterapia”, haciendo que, en este juego de roles, la comunidad que habitualmente responde con humor, reaccionara con una seriedad y empatía fulminantes.
El veredicto del “Consejo” fue unánime, diciendo que el permiso para vender la consola fue denegado y, en lugar de la autorización, se desató una cadena de favores inmediata.
Fue así como la sección de comentarios se convirtió en un centro de organización logística donde hombres y mujeres de todo México solicitaron los datos bancarios del joven. Las notificaciones en el teléfono de Juan de Dios dejaron de ser meras interacciones sociales para convertirse en alertas de transferencias bancarias.
Las donaciones variaron desde aportes simbólicos de centavos hasta sumas considerable y la viralidad del caso trascendió el algoritmo, ya que en esos bellos momentos que nos entrega Internet y sus comunidades, la comunidad digital asumió el compromiso de costear no sólo la quimioterapia.
Y es que además, muchos apoyaron también en la hospitalización y los estudios posteriores, logrando la meta económica en un tiempo récord y demostrando que, bajo la superficie del entretenimiento, las redes sociales pueden tejer redes de salvación real.
Un respiro familiar y el final de la pesadilla
El impacto de esta solidaridad tomó por sorpresa a Juan y a su círculo íntimo y, en un video posterior, visiblemente emocionado, el joven agradeció el respaldo abrumador, confesando que la situación económica había llevado a su familia al límite, al punto de estar analizando la venta de una camioneta familiar para cubrir los gastos clínicos.
“Gracias a Dios y gracias a ustedes, eso no será necesario”, declaró, aliviado de que el patrimonio familiar y su querida consola, la cual como muchos gamers sabrán es un objeto necesario para poder distraerse de este tipo de problemas graves, permanecieran intactos gracias a la generosidad de extraños.
Todo aquello ya que, como indicamos, la intervención de la comunidad virtual, que incluyó palabras de aliento de reconocidos creadores de contenido, le otorgó a Juan no solo el dinero, sino la fuerza anímica para enfrentar la recta final de un año que él mismo describió como “muy difícil”.
Es así como para cerrar, con el tratamiento cubierto y la moral en alto, la perspectiva de Juan de Dios ha cambiado radicalmente. “Hoy más que nunca estoy convencido de que esta pesadilla está próxima a terminar”, afirmó con convicción, asegurando que confía plenamente en los pronósticos médicos que señalan esta quimioterapia como la última necesaria.
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