Durante años, el principal consejo para fomentar las habilidades sociales entre los niños y adolescentes, ha sido dejar de lado los videojuegos o las pantallas y salir al mundo real a, por ejemplo, jugar con los vecinos. Sin embargo, un nuevo estudio revela un giro en esta idea, ya que los videojuegos no solo no aíslan, sino que estarían fortaleciendo los lazos sociales entre los más jóvenes.
Y lo más sorprendente es que los padres, muchos de ellos de la “generación boomer”, quienes son personas que han crecido con un pensamiento diferente, ahora lo confirman.

Mejorando la comunicación con otras personas, jugar además con amigos y con la familia
Esto ha sido revelado gracias a un informe publicado en junio de 2025 por la Entertainment Software Association (ESA), titulado Essential Facts About the U.S. Video Game Industry, el cual presenta datos sólidos sobre el impacto de los videojuegos, en la vida social de los jugadores. Según el estudio, el 89% de los jóvenes de la Generación Z (de 13 a 28 años) considera que los videojuegos les han ayudado a hacer nuevas amistades y establecer relaciones.
Esta percepción no es exclusiva de los más jóvenes, ya que como adelantamos, una mayoría significativa de personas de la generación boomer (61-79 años) y de la Generación Silenciosa (80-90 años) también reconocen el valor social de los videojuegos.
El estudio abarcó distintos formatos de juego, desde videojuegos móviles hasta consolas, computadoras y dispositivos de realidad virtual. Los resultados reflejan que el 55 % de los jugadores entre 8 y 90 años juega con otras personas al menos una vez por semana, y el 72 % ha jugado acompañado en alguna ocasión. En el caso de la Generación Z, esa cifra alcanza un impresionante 93 %.
Además, el 70 % de los miembros de la Generación Z y el 61 % de los millennials (29-44 años) afirman haber conocido personas a través de videojuegos que de otro modo no habrían conocido. Aún más significativo, ya que el 63 % de los jóvenes y el 49 % de los millennials dicen haber entablado una amistad profunda o incluso haber conocido a una pareja sentimental en estas plataformas virtuales.
La Generación Alpha (de 8 a 12 años) también fue incluida en el informe, y los resultados indican que el 79 % de los niños y adolescentes de esta franja, junto con los de la Generación Z, juegan videojuegos con sus amigos. Además, un 55 % de los niños de la Generación Alpha juega habitualmente con sus padres.
Y es que, al parecer, los adultos no solo permiten estas dinámicas, sino que las fomentan: el 82 % de los padres encuestados afirma jugar videojuegos con sus hijos.

Un medio de entretención que de apoco deja de verse como “antisocial”
Como principal razón de todo esto, el 61 % asegura que es una actividad divertida para todos, el 55 % lo considera una forma valiosa de socializar y pasar tiempo en familia, y el 51 % cree que fomenta habilidades como la resolución de problemas y el pensamiento creativo.
Y sobre la pregunta de si importa el tipo de videojuego, la respuesta es sí. Un estudio publicado en 2024 en Games for Health Journal analizó a estudiantes varones de cuarto a sexto grado en Irán y halló que algunos videojuegos fomentan el comportamiento social positivo. Juegos como Clash of Clans promovieron conductas apropiadas y relaciones positivas entre compañeros, mientras que Fortnite tuvo un efecto significativamente favorable en las relaciones entre pares.

Sin embargo, y para cerrar, no todos los juegos tienen un impacto positivo. El mismo estudio mostró que Mortal Kombat tuvo un efecto negativo en la agresividad y los comportamientos no sociales de los jugadores. Además, la cantidad de tiempo dedicada a jugar también importa, ya que sesiones prolongadas pueden vincularse a un deterioro de las habilidades sociales, sin importar el tipo de juego.
En cualquier caso, el mensaje final es claro, ya que según este estudio, los videojuegos ya no son solamente una forma de ocio individual, sino una herramienta social poderosa, capaz de conectar a personas de todas las edades y fortalecer vínculos familiares.
La Generación Z está optando por trabajos que muchos rechazan en lugar de ir a la universidad, además de perder una habilidad que la humanidad ha conservado durante 5.500 años
Durante décadas, la universidad ha sido vista como el camino ideal para garantizar un futuro profesional estable, especialmente entre los Millennials, sin embargo, entre los miembros de la Generación Z, nacidos entre 1996 y 2012, está ocurriendo un cambio significativo en la percepción de las carreras universitarias.

Según un informe de CNBC, basado en datos del servicio de análisis Gusto, un creciente número de jóvenes entre 18 y 25 años está optando por formarse en oficios calificados, como mecánica, fontanería y soldadura, en lugar de seguir el camino tradicional de la educación superior.
Este cambio responde tanto a factores económicos como a una revalorización de trabajos considerados esenciales, pero que muchas veces habían sido dejados de lado por generaciones anteriores.
