La voracidad de la industria de la Inteligencia Artificial se ha tomado el suministro global de DRAM, condenando al mercado de consumo a una inflación histórica y sin retorno a corto plazo, por lo que G.Skill advierte que el ensamblaje de PC atraviesa su fase más crítica, con precios que se han triplicado ante la absoluta prioridad de los centros de datos.
El mercado de hardware para PC atraviesa uno de sus momentos más críticos de la década y G.Skill, uno de los fabricantes de módulos de memoria más influyentes del sector, ha roto el silencio para explicar la meteórica subida de costes que está sufriendo el consumidor final, apuntando que la causa no es un aumento en los costes de fabricación ni fallos en la cadena logística tradicional.
Como se ha reportado en las últimas semanas, la marca indica que la razón es la voracidad de la industria de la Inteligencia Artificial (IA), la cual está acaparando la producción mundial de chips DRAM, una situación que ha provocado que el estándar DDR5 alcance precios prohibitivos, con incrementos que, en algunos casos, superan el 250% en apenas un trimestre.
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El origen del caos, la IA como “agujero negro” de componentes
Como quienes han seguido de cerca las noticias acerca de las subidas de precios de la RAM sabrán, la industria tecnológica se enfrenta a un cambio de paradigma donde el usuario doméstico ha dejado de ser la prioridad para los proveedores de semiconductores. Según ha confirmado G.Skill a través de un comunicado oficial, la volatilidad actual de los precios de la memoria DRAM no tiene precedentes.
El culpable es el sector de la IA, cuya expansión explosiva requiere cantidades masivas de memoria de alto rendimiento, dejando las migajas de la producción para los fabricantes de módulos para consumo y como ensamblador, G.Skill depende de proveedores externos para obtener los circuitos integrados (IC). Al dispararse los costes de adquisición en origen, la empresa se ha visto forzada a trasladar ese gasto al consumidor.
El análisis de mercado de los últimos 90 días revela cifras alarmantes, donde ciertos kits de memoria DDR5 han experimentado subidas de entre el 178% y el 258%. Esta situación refleja una realidad cruda, ya que mientras las empresas de IA sigan dispuestas a pagar primas altísimas por el suministro, el mercado minorista seguirá sufriendo una inflación asfixiante.
A diferencia de crisis anteriores provocadas por desastres naturales o incidentes puntuales en fábricas, la actual escasez parece ser estructural y aunque las proyecciones sugieren que los precios podrían “estabilizarse” hacia finales de 2026, los expertos y la propia industria advierten que el término “estabilización” no implica un regreso a los precios económicos de antaño.
En el lenguaje financiero actual, estabilizarse significa simplemente que los precios dejarán de subir de forma descontrolada, manteniéndose en una nueva y elevada meseta, haciendo que el pronóstico para el futuro cercano sea desalentador, pensando que se espera que la falta de stock de chips DRAM para el mercado de consumo dure años.

De acuerdo con los analistas, la única variable que podría revertir esta tendencia de forma repentina sería un “estallido de la burbuja” o una implosión económica en la industria de la IA que liberara capacidad de producción. Sin ese escenario, el hardware seguirá siendo un bien de lujo por un tiempo indefinido.
El entusiasta del PC en peligro de extinción
Junto a lo anterior, cabe destacar que las consecuencias de esta crisis van mucho más allá de una simple etiqueta de precio en un módulo de memoria, ya que están alterando el comportamiento de todo el mercado de informática y mientras, los entusiastas y ensambladores de PCs se están viendo expulsados del ecosistema ante la imposibilidad de costear componentes básicos.
Esta presión ha generado un efecto rebote inesperado, donde la demanda de plataformas antiguas, basadas en DDR4, ha repuntado drásticamente e incluso, los procesadores de generaciones anteriores están viendo aumentar su valor, ya que los usuarios prefieren actualizar sistemas obsoletos antes que enfrentarse a los costes de una nueva plataforma DDR5.

Para cerrar, si la tendencia no se revierte, el año 2026 se perfila como un periodo oscuro para la industria del hardware, donde la innovación podría verse frenada por una barrera de entrada económica insalvable para el usuario medio y el PC, tal como lo conocemos, está perdiendo la batalla contra los servidores de datos.
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