La escasez global de memorias DRAM forzará un inminente aumento de precios en las tarjetas gráficas de AMD y NVIDIA a inicios de 2026, revirtiendo la tendencia habitual de descuentos por antigüedad debido a la renovación de contratos de suministro al alza, una inflación de componentes impactará también al sector de consolas con incrementos estimados de hasta un 15%.
Las noticias sobre el oscuro panorama para los entusiastas de la tecnología y los videojuegos de cara al año 2026, siguen llegando, ya que el sector se enfrenta a una tormenta perfecta de desafíos económicos, dominada principalmente por una inflación galopante en los costos de componentes clave, debido a una crisis mundial de desabastecimiento de DRAM. Una escasez que como hemos reportado anteriormente, está golpeando con fuerza al mercado de la electrónica de consumo, lo que los usuarios ya han notado en el incremento en los precios de las memorias RAM y las unidades de estado sólido (SSD).
Y ahora, las tarjetas gráficas (GPU) son las siguientes en la lista de afectados y lo peor, inmediatamente comience el 2026, ya que según fuentes internas de la industria, se confirma que tanto AMD como NVIDIA están ultimando los preparativos para una escalada de precios significativa que entrará en vigor en los primeros meses del próximo año, alterando la lógica habitual del mercado donde los componentes antiguos suelen bajar de precio, afectando también al mercado de consolas.
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El fin de los contratos de suministros
La gravedad de la situación radica en una anomalía del mercado, ya que las series RTX 50 de NVIDIA y RX 90 de AMD cumplirán un año de antigüedad en 2026 y en un ciclo normal, los consumidores esperarían descuentos y promociones para limpiar el inventario, sin embargo, ocurrirá todo lo contrario, lo que evidencia la fragilidad actual de la cadena de suministro. Según reportes de la industria, el factor determinante es la finalización de los contratos de compra de chips de memoria que ambas compañías mantenían a precios de 2025.
Al renovar estos acuerdos bajo las nuevas condiciones de escasez, el costo de producción de cada unidad se elevará inevitablemente, trasladando este gasto extra al consumidor final. La implementación de estas subidas dependerá del calendario fiscal de cada gigante tecnológico, por un lado, teniendo al año fiscal de NVIDIA que comienza en febrero (dado que enero de 2026 aún contabiliza como su cuarto trimestre de 2025); por lo tanto, se espera que el “Equipo Verde” anuncie sus nuevas tarifas a partir de febrero.
Y por otro lado, AMD cierra su cuarto trimestre fiscal este mismo mes, lo que implica que el “Equipo Rojo” podría revisar y aumentar sus etiquetas de precio tan pronto como en enero. Además, el informe sugiere que esto es solo el comienzo: la crisis de DRAM es tal que NVIDIA podría verse obligada a cancelar el lanzamiento de su esperada línea RTX 50 Super, al no poder garantizar la viabilidad económica o el suministro de componentes.
Impacto en consolas y recomendaciones para el consumidor
El efecto dominó de la crisis de semiconductores no se limitará exclusivamente al ecosistema de PC ya que como adelantamos, las proyecciones indican que el mercado de las consolas de videojuegos sufrirá un incremento de precios estimado entre un 10% y un 15% durante el próximo año.
Esto deja claro que la situación es crítica, ya que si la escasez de memoria se prolonga más de lo previsto, los fabricantes podrían verse forzados a tomar medidas drásticas, incluyendo el retraso indefinido de la próxima generación de consolas, lo que estancaría el avance tecnológico del sector del entretenimiento interactivo.
Para cerrar y ante este escenario de incertidumbre y alza de costos, los expertos del mercado lanzan una advertencia clara y urgente, adelantando que aunque parezca algo loco, el momento de adquirir hardware es ahora. Se insta a los jugadores y profesionales que planean actualizar sus equipos o adquirir nuevos sistemas a que realicen sus compras de inmediato.
Y es que estos analistas aseguran que esperar a que pase la temporada navideña o apostar por las rebajas de enero podría resultar en una estrategia fallida, encontrándose en 2026 con un mercado donde el presupuesto planificado ya no sea suficiente para cubrir las necesidades tecnológicas básicas.
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