La división de semiconductores de Samsung rechazó asegurar el suministro anual a su unidad móvil para priorizar sus beneficios, obligando a renegociaciones trimestrales y amenaza con aumentar el precio final de la futura serie Galaxy S26.
El aumento de precios de la RAM de la que hemos sido testigos durante las últimas semanas, ha generado una grieta inusual en la estructura verticalmente integrada de Samsung Electronics, ya que para priorizar los márgenes de beneficio, la división de semiconductores del gigante surcoreano ha rechazado una solicitud de su división hermana de Experiencia Móvil (MX).
Esto, según indican los reportes, para asegurar un suministro de chips DRAM superior a un año y, ante la escalada vertiginosa de los precios de la memoria en el mercado global, la rama de semiconductores ha optado por capitalizar la demanda externa, dejando a la división encargada de los teléfonos Galaxy en una posición precaria frente al próximo lanzamiento del Galaxy S26.
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El fin de la estabilidad interna ante la escalada de precios
Fuentes de la industria citadas por medios locales como Sedaily (vía Wccftech), indican que el conflicto interno ha escalado hasta el punto de requerir la intervención de altos ejecutivos de la compañía, ya que históricamente, la división móvil de Samsung gozaba de la seguridad de contratos anuales que garantizaban el flujo de componentes vitales, pero la nueva realidad del mercado ha dinamitado este acuerdo.
En lugar de un suministro asegurado por más de 12 meses, la división MX se vería ahora obligada a sentarse a la mesa de negociación cada tres meses, sometiéndose a las fluctuaciones del mercado como cualquier otro cliente externo. A pesar de las intensas conversaciones para mitigar el impacto, la división móvil solo logró asegurar el suministro de chips necesario para cubrir el cuarto trimestre hasta el final del presente año, dejando el futuro inmediato en la incertidumbre.
La raíz de esta decisión drástica yace en las cifras puras del mercado de componentes, ya que como hemos mencionado en otras notas, el precio de la memoria RAM LPDDR5X de 12GB ha sufrido una inflación dramática, pasando de costar unos 33 dólares a principios de año a alcanzar la cifra de 70 dólares en noviembre; un aumento que supera el doble del valor original.
Ante este escenario, la división DS ha ejercido su derecho a rechazar las solicitudes internas para desviar su enfoque hacia la escasez de memoria global, buscando maximizar sus ingresos mediante contratos más lucrativos con terceros, en lugar de subsidiar implícitamente a su división hermana.
Junto a todo lo anterior, varios analistas advierten que las repercusiones de esta disputa interna se sentirán más allá de las oficinas de Seúl, afectando directamente a los usuarios y especialmente, a los fieles seguidores de la marca.
Riesgos para el consumidor y la estrategia hacia 2027
Los expertos indican que el efecto dominó más inmediato es el riesgo financiero que se cierne sobre la serie Galaxy S26, cuyo lanzamiento está previsto para febrero de 2026. Sin la protección de precios de componentes a largo plazo, Samsung corre el riesgo real de tener que trasladar el aumento de los costos de producción al precio final de venta, lo que podría afectar negativamente las ventas iniciales en un mercado de smartphones ya saturado.
Si bien es habitual que estos “buques insignia” de la compañía reciban descuentos meses después de su lanzamiento, el precio de salida es crucial para el posicionamiento de la marca frente a competidores como Apple.
No obstante, esta maniobra responde a una hoja de ruta financiera ambiciosa, y ya se proyecta que el beneficio operativo del gigante tecnológico podría alcanzar los $69.000 millones de dólares en 2026, impulsado precisamente por el aumento de precios en las memorias DRAM y NAND flash, sumado a la mejora en el rendimiento de sus procesos de fabricación de 2nm GAA.
Para cerrar, Samsung se ha propuesto que su negocio de fundición sea rentable para 2027 y, para cumplir con ese plan estratégico, la compañía parece dispuesta a tomar decisiones difíciles, incluso si eso significa sacrificar la estabilidad de su división móvil en favor de la rentabilidad bruta de su negocio de componentes.
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