Goldman Sachs alerta que los precios de memorias DRAM y SSD subirán drásticamente durante 2026 debido a que la demanda impulsada por la IA supera la capacidad de producción actual, y se prevé que esta escasez mantenga los costos elevados y priorice al sector empresarial sobre el consumidor general hasta, posiblemente, 2027.
El mercado de componentes informáticos se enfrenta a una nueva tormenta perfecta y según un reciente análisis de Goldman Sachs, una de las instituciones financieras más grandes e influyentes del mundo, la industria tecnológica debe prepararse para un encarecimiento significativo en los módulos de memoria y almacenamiento durante el próximo año.
Los datos sugieren que la cadena de suministro global está siendo incapaz de seguir el ritmo de una demanda voraz, impulsada principalmente por el auge de la inteligencia artificial, dejando al consumidor final y al sector del gaming en una posición vulnerable frente a la inminente escasez.
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La hegemonía de la Inteligencia Artificial asfixia el mercado de DRAM
El informe, desglosado en su cuenta de X por el analista de investigación de Citrini, Jukan, pinta un panorama complejo para la memoria convencional y la conclusión central es inequívoca, donde la demanda tanto de memoria de gran ancho de banda (HBM) como de DRAM tradicional continúa superando con creces la capacidad de producción actual.
Lo que resulta más alarmante para el mercado es que las negociaciones de precios y volumen para la HBM de todo el año 2026 ya parecen estar concluidas para la mayoría de los proveedores. Esto significa que la capacidad de fabricación ya está comprometida, dejando poco margen de maniobra para otros sectores y debido a estos desajustes persistentes entre la oferta y la demanda, los proveedores anticipan un escenario inflacionario agresivo.
Se estima que los precios de la memoria DRAM convencional podrían experimentar aumentos porcentuales de dos dígitos cada trimestre (QoQ) a lo largo de 2026. La raíz del problema radica en que la HBM acaparará la mayor parte de la producción para alimentar los servidores de inteligencia artificial, que son actualmente el motor económico de la industria.
Jukan subraya un detalle crítico, ya que no existen planes aparentes entre los grandes fabricantes para convertir las líneas de producción de HBM de vuelta a DRAM convencional, ni para reutilizar las líneas de NAND en favor de la DRAM. Esto sirve como un recordatorio contundente de que el mercado de consumo general, incluidos los entusiastas de los videojuegos, ha dejado de ser la prioridad estratégica.
El gran capital y la demanda masiva residen ahora en la infraestructura para IA, lo que inevitablemente derivará en un costo mayor para el usuario final. Ante esto, el panorama no es más alentador cuando se analiza el sector del almacenamiento, ya que los datos de Goldman Sachs sobre el mercado de SSD (NAND) muestran una brecha estructural preocupante.

Según las estimaciones del analista, se proyecta que el crecimiento de la oferta de bits se sitúe en un rango medio del 10%, mientras que el crecimiento de la demanda de bits escalará hasta un rango de entre los “altos adolescentes” y el 20%. En términos sencillos, aunque las fábricas produzcan más NAND que este año, el incremento será insuficiente para cubrir el aumento de la demanda.
Proyecciones para el mercado NAND
Esta disparidad matemática tiene una consecuencia directa: precios elevados y sostenidos. Jukan explica que se espera que la escasez de suministro persista durante, al menos, los próximos trimestres, extendiéndose potencialmente hasta el año 2027. Los análisis sugieren también que al igual que ocurre con la memoria RAM, esto conducirá a aumentos secuenciales de precios trimestre tras trimestre.
La industria se encuentra, por tanto, ante un escenario donde la recuperación del stock no es una cuestión de meses, sino de años.

Si bien los gráficos compartidos por el analista ofrecen un atisbo de esperanza, sugiriendo que la relación entre oferta y demanda podría comenzar a mejorar en 2027 tras el pico de precios de 2026, el futuro inmediato sigue siendo incierto. El diferencial en DRAM podría retornar a los niveles actuales para entonces, y aunque la situación del NAND mejoraría respecto al año próximo, seguirá siendo más tensa que en la actualidad.
Para cerrar, aunque algunos expertos advierten sobre ciclos de escasez de tres a cuatro años, lo único seguro por ahora es que el mercado entra en una fase de “esperar y ver”, con el bolsillo del consumidor como principal afectado.
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