Pete Hines, quien abandonó Bethesda en 2023, compartió su opinión sobre Xbox Game Pass y otros servicios de suscripción. Según explica, ese tipo de iniciativas son inútiles sin el apoyo a los estudios que producen el contenido, además de que pueden perjudicar a los desarrolladores si no les compensa adecuadamente.
Xbox Game Pass es irresistible: la idea de acceder a un catálogo inmenso a cambio de una cuota mensual bastante modesta es, en pocas palabras, un sueño hecho realidad. No resulta extraño que Sony siguiera ese formato con PlayStation Plus y que otras compañías también lanzaran sus propios servicios, como Ubisoft y Electronic Arts.
Es fácil ver por qué los jugadores están felices con ese tipo de iniciativas, pero el debate recae en si los programas de pago resultan rentables para las compañías y, más importante aún, los desarrolladores que hacen los juegos que nutren estos catálogos en constante crecimiento.
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El problema de los servicios de suscripción
Pete Hines, quien se desempeñó como exvicepresidente sénior de marketing y comunicaciones globales de Bethesda Softworks antes de abandonar la compañía en 2023, brindó su punto de vista sobre Xbox Game Pass y otros servicios de suscripción en una entrevista reciente con Kirk McKeand de DBLTAP. Y lamentablemente, algunos de sus temores ya se materializaron.
El exdirectivo de Bethesda confiesa que fue testigo de las consecuencias de “decisiones cortoplacistas” que se tomaron algunos años. También sugiere que los desarrolladores, quienes en teoría son la pieza más importante de este rompecabezas debido a que proveen los juegos que alimentan los programas de suscripción, podrían llevarse la peor parte debido a que las compañías se enfocan en los servicios.
“Cuando hablas de un servicio de suscripción que depende del contenido, si no encuentras cómo equilibrar las necesidades del servicio con las de quienes proveen ese contenido, entonces tienes un problema real”.

Pete Hines incluso afirma que programas como Xbox Game Pass son inútiles y carecen de valor sin el apoyo de los desarrolladores. También señala que la necesidad de nutrir un servicio de suscripción permanente añade una enorme presión sobre los estudios y perjudica a los desarrolladores, quienes a menudo no son compensados por su trabajo.
“Necesitas reconocer, compensar y valorar adecuadamente lo que implica crear ese contenido y no solo hacer un juego, sino un producto. Esa tensión lastima a mucha gente, incluidos los propios creadores, porque forman parte de un ecosistema que no los valora ni recompensa por lo que hacen”.
La rentabilidad de Xbox Game Pass
El atractivo de Xbox Game Pass y demás servicios es evidente, pero la industria de los videojuegos ya mostró cierta resistencia ante ese modelo de negocio. Desde el lanzamiento del programa de Microsoft en 2017, estudios y desarrolladores han discutido sobre su viabilidad como estrategia económica.
Anteriormente, Raphael Colantonio, fundador de Arkane, afirmó que Xbox Game Pass es insostenible ya que ese servicio no puede coexistir con otros modelos de negocio. Sus declaraciones llegaron en medio de una oleada de cierres de estudios y despidos masivos, que afectaron a los responsables de Redfall y Hi-Fi Rush.
Otro problema es que Microsoft y otros titulares de programas de paga nunca han sido totalmente transparente sobre la forma en que estos servicios de suscripción apoyan a los desarrolladores detrás de los lanzamientos de día 1 y demás títulos que se unen a los catálogos

Pese a las dudas y críticas, Microsoft seguirá adelante. En julio, el gigante de la tecnología presumió que Xbox Game Pass generó $5000 millones de dólares en ingresos en los últimos 12 meses. ¿El problema? Esta buena noticia llegó poco después de que la compañía despidió a cientos de empleados.
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