Escritora deja BioWare tras recibir amenazas de muerte

Jennifer Hepler estaba trabajando en Dragon Age: Inquisition

Escritora deja BioWare tras recibir amenazas de muerte

Jennifer Hepler estaba trabajando en Dragon Age: Inquisition

UPDATE:

Jennifer Hepler aclaró recientemente que dejará BioWare por motivos principalmente familiares y personales. La escritora prepara actualmente un libro de texto sobre narrativa en medios interactivos.

Nota original:

La escritora y guionista de videojuegos Jennifer Hepler renunció a la connotada compañía BioWare tras recibir amenazas de muerte contra ella y su familia mediante Internet y por vía telefónica. Hepler ayudó a desarrollar el guión de Dragon Age: Origins, Dragon Age II, Dragon Age: Inquisition y Star Wars: The Old Republic.

Parece ser que el principal motivo del acoso y el bullying contra Hepler se debió a su participación en Dragon Age II, juego que no fue bien recibido por los fans. Asimismo, Hepler se convirtió en el centro de una reacción desproporcionada cuando, hace 6 años, admitió que en realidad no le gustaba demasiado jugar videojuegos, lo que exasperó a la comunidad de manera desproporcionada.

En dicha ocasión, Hepler declaró: "Lo que menos me gusta de trabajar en la industria es jugar los títulos. Probablemente, es terrible decir eso, pero vengo de la escritura y no tanto del amor a los videojuegos... Soy terrible en muchas cosas que los juegos usan incesantemente: coordinación ojo-mano, tácticas, pelear, inventarios o leer un mapa". La escritora también aseguró que para llegar a más audiencias, ella pondría un botón para saltarse los combates de los juegos de la misma forma en que hay un botón para saltarse los diálogos.

El bullying y el acoso contra Hepler sobrepasó todo límite cuando la escritora recibió amenazas gráficas contra su familia y sus hijos en línea y por teléfono. Sin duda, la ira de los gamers resulta absolutamente desproporcionada (y rompe los límites de lo legal) en muchas ocasiones. Esperemos que la comunidad muestre más moderación y sensibilidad ante el trabajo de los desarrolladores quienes, independientemente de nuestro gusto o animadversión por ellos y de nuestro derecho a criticarlos, son seres humanos con derechos.

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