La obsesión de PlayStation por lanzamientos taquilleros ha llevado a un Nuevo Orden interno

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Un informe de Bloomberg ha dado a conocer el tenso ambiente que se ha vivido este último tiempo en las oficinas de Sony, debido al afán de la empresa nipona por no dar cabida a los estudios pequeños que son parte de PlayStation, y privilegiando a los más grandes a la hora de desarrollar proyectos.

Esta historia tendría su origen de la mano de Michael Mumbauer, quien asume la dirección del grupo de servicios de artes visuales, el cual habría reclutado de forma interina a 30 desarrolladores, para crear una nueva unidad especializada en desarrollo para la empresa, trabajando así en la extensión de franquicias taquilleras de la compañía, como el caso de The Last of Us de 2013, que confirma en estos días una versión para PS5, un trabajo que según señala el Bloomberg no ha sido reconocido.

"Sony nunca reconoció por completo la existencia del equipo ni les dio la financiación y el apoyo necesarios para tener éxito en el mercado altamente competitivo de los videojuegos".

Por otro lado Sony terminó trasladando este trabajo a Naughty Dog, lo cual no sentó bien para el grupo de Mumbauer, disolviendo el equipo y abandonando la empresa.

Otro afectado sin duda es Sony Bend, desarrolladores tras Days Gone quienes han sido afectados por la obsesión de la empresa de origen nipón, por sus lanzamientos taquilleros, destinando fondos exclusivamente a estos, y dejando a los estudios más pequeños como soporte. Olvidando la posibilidad de una continuación para Days Gone, causando de igual manera disgusto entre los cabecillas del estudio, los cuales abandonaron la casa creadora.

Y esto no acaba aquí, ya que Sony ha cerrado las puertas de Japan Studio, conocido por títulos como Shadow of The Colossus, Ape Escape y Gravity Rush, añadiendo que no quiere producir juegos de poco éxito enfocados en el público japones.

Todo indicaría que Sony hará uso de sus recursos exclusivamente desarrollando entregas con estudios grandes como Naughty dog con sede en Santa Mónica, California y Guerrillas Games con sede en Ámsterdam. Buscando hacer frente a Microsoft y su exitoso Xbox Game Pass.

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