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Desde su lanzamiento en el año 2004 que World of Warcraft ha tenido cientos, si no es que miles de cambios en su jugabilidad, pero a 17 años de su estreno la guerra interminable entre la Alianza y la Horda sigue siendo el escenario principal del juego y una característica definitoria a la hora de crear un personaje para jugar. A pesar de que frecuentemente las dos facciones unen fuerzas para luchar contra un mal común en la historia general, los jugadores de la Horda y la Alianza nunca han podido agruparse para enfrentarse a mazmorras o incursiones juntos.
Esto podría ser algo irrelevante si las diferentes razas no tuvieran una habilidad única que pudiera dar a los jugadores una ventaja en las batallas. Por ejemplo los No muertos o Undead tienen la habilidad especial de tener inmunidad instantánea a los efectos de cualquier hechizo, sueño y miedo durante cinco segundos. En las peleas PvP una habilidad como esa les da a los jugadores de la Horda una ventaja bastante significativa, no por nada los No muertos siempre han sido la carrera PvP más popular.
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Sin embargo en WoW Classic (antes de la llegada de Burning Crusade Classic) esto no era un problema tan relevante, el PvP era caótico y se desarrollaba en gran medida en el mundo abierto, por lo que decenas de jugadores se enfrentaban entre sí de forma azarosa. Pequeñas ventajas de raza no te ayudarían frente a un equipo más grande o más coordinado. Según estimaciones de IronForge.Pro, antes de la llegada de Burning Crusade el equilibrio entre los jugadores de la Horda y la Alianza en los servidores PvP de Classic era casi uniforme, con la Horda siendo la favorita de solo el 53% de los jugadores.
Pero con la llegada de Burning Crusade todo cambio, ya que una de las características más importantes de la expansión es la introducción de las arenas PvP, donde equipos de dos o tres jugadores se enfrentan en peleas a pequeña escala, peleas donde pequeñas diferencias en habilidades y habilidades marcan una gran diferencia. Naturalmente los jugadores más competitivos querían la mayor ventaja posible, por lo que las diferencias raciales hicieron de La Horda la elección definitiva para los PvP en WoW.
Según estimaciones de IronForge.Pro la población de la Horda se disparó a un promedio del 61% de todos los jugadores en los servidores PvP, con servidores como Kirtonos y Skeram, siendo supuestamente 100% de La Horda.
Esto ha provocado un ciclo interminable en el que nadie gana, por un lado los jugadores de la Alianza que intentan subir de nivel son emboscados repetidamente por la abrumadora cantidad de jugadores aburridos de la Horda, por lo que progresar es exhaustivamente difícil y por el otro están los jugadores de la horda que como son mayoría, no encuentran suficientes grupos de Alliance PvP contra los que luchar, con algunos servidores sufriendo largas esperas de horas para encontrar una partida.
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