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La pesadez y la toxicidad es algo que cansa y de verdad muchos esperamos, algo ilusamente, que deje de existir en este mundo. Y digo ilusamente ya que internet es el mejor sitio donde, bajo un avatar y nombre inventado, las personas pueden llegar a hacer sentir muy mal a otros.
Tan mal, que los llevan a tener que tomar decisiones, como las de poner ciertas barreras, limitar algún tipo de comunicación o dejar de entregar actualizaciones de, en este caso, el desarrollo de un videojuego.
Es lo que le está sucediendo al equipo detrás del anunciado God of War Ragnarök, el cual ha generado tal expectativa, que muchos fans han llegado al límite de acosar a los desarrolladores, esperando que estos entregaran alguna fecha definitiva de lanzamiento.
Es por esto que Cory Barlog exigió respeto hacia los equipos de desarrollo, indicándolo en su cuenta de Twitter.

Pedido que tuvo respuesta y apoyo de varias personalidades de la industria, como Phil Spencer, actual jefe de la marca Xbox, respaldando a Barlog.

Muestras de apoyo que siguieron llegando de parte de por ejemplo, el director de Naughty Dog, Neil Druckman, el propio estudio creador de juegos como The Last of Us, al igual que Santa Monica Studio, quienes además limitaron las respuestas de su publicación, justamente para impedir el acoso.



Una situación que muestra la peor cara de las comunidades gamers, que junto a lo sucedido a Ron Gilbert, creador de Monkey Island, quien debió cerrar los comentarios en su mítico blog por el acoso y las críticas, crean barreras en vez de puentes entre los jugadores y quienes gracias a su talento y trabajo, nos entregan nuestros queridos videojuegos.
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