La comunidad de desarrolladores de videojuegos en todo el mundo se vio sacudida por una controversia generada por Unity, la conocida plataforma de desarrollo de videojuegos. La discordia se originó cuando Unity anunció una nueva tarifa basada en la cantidad de instalaciones de juegos creados con su motor, lo que provocó una reacción negativa generalizada y obligó a la compañía a retractarse y revisar sus políticas iniciales.
En respuesta a la indignación de la comunidad, Unity emitió un comunicado en el que reconoció sus errores y lamentó no haber tenido en cuenta suficientemente los comentarios de los desarrolladores antes de anunciar sus políticas de monetización. El comunicado comenzaba con un sincero "lo siento" y continuaba expresando arrepentimiento directamente hacia los desarrolladores, admitiendo: "Deberíamos haber hablado con ustedes e incorporado más de sus comentarios antes de anunciar nuestras políticas de monetización".
Las nuevas políticas de monetización de Unity siguen un enfoque más convencional en comparación con los planes originales y que causaron las protestas. Los desarrolladores independientes podrán utilizar el motor Unity de forma gratuita siempre que sus ingresos brutos no superen los $200,000 dólares (anteriormente, el límite era de $100,000 dólares). Además, ya no estarán obligados a mostrar la pantalla de "Hecho en Unity" a los usuarios que abran el juego. En caso de superar este umbral de ingresos brutos, los desarrolladores deberán optar por Unity Pro o Unity Enterprise, las versiones de pago que conllevan un costo anual por cada miembro del equipo con acceso al proyecto. Además, los miembros de estos planes que generen más de un millón de dólares en ingresos brutos en un mes deberán pagar "un 2,5% de los ingresos totales o una cantidad calculada en función de las nuevas instalaciones del juego". Unity también ha asegurado que toda reinstalación no será considerada como interacción y solo contarán la primera vez que el usuario instale el título
La compañía también anunció que las nuevas políticas no se aplicarán de forma retroactiva. Esto significa que si un juego comienza a desarrollarse en una versión específica del motor, las políticas de monetización aplicables a ese juego serán las de esa versión, a menos que se actualice a una versión más reciente. A pesar de que esta cláusula se presenta como una novedad en el comunicado, ya estaba incluida en los antiguos términos y condiciones de servicio, lo que ha generado cierta controversia y preguntas sobre posibles problemas legales si Unity hubiera seguido adelante con sus políticas iniciales.
Como sea, luego de esta polémica, la Imagen de Unity ha quedado manchada para siempre y además, estas declaraciones se podrían ver como aspectos positivos para los desarrolladores, como las modificaciones en el plan gratuito, otros pueden resultar desfavorables, como la eliminación de planes de pago más asequibles, lo que podría aumentar significativamente los costos para las empresas.
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