Tras 7.000 horas de juego, un jugador de Fallout 76 arruinó su monitor OLED provocando que la interfaz quedara marcada permanentemente en la pantalla, debido al efecto “burn-in”, una anécdota que resalta la vulnerabilidad de esta tecnología ante imágenes estáticas prolongadas, a diferencia de la mayor durabilidad de los paneles LCD.
Han transcurrido ya siete años desde el lanzamiento de Fallout 76, un título que, pese a un inicio turbulento marcado por la controversia técnica, ha logrado redimirse y consolidar una comunidad fiel y de hecho, actualmente, el juego mantiene una media saludable de más de 9.000 jugadores simultáneos diarios, una cifra que se vio reforzada notablemente en 2024 gracias al éxito de la adaptación televisiva producida por Amazon Prime Video.
Sin embargo, la pasión por el yermo postapocalíptico puede tener consecuencias físicas inesperadas en el hardware y es el caso de uno de esos 9 mil jugadores activos, quien tras invertir una cantidad de tiempo monumental en el juego de 7.000 horas, ha descubierto que su devoción ha dejado una marca permanente y fatal, al provocar un caso severo de “burn-in” (quemado de pantalla) en su panel OLED, dejando los menús y marcadores del juego impresos permanentemente.
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La huella imborrable de una dedicación (u obsesión) gamer
Todos los aficionados a los videojuegos atesoran ese título especial que define su trayectoria, capaz de ofrecer miles de horas de entretenimiento, ya que lo que comienza como una campaña estándar puede transformarse, para algunos, en un ciclo infinito de exploración, construcción y conquista en el ámbito multijugador.
De todas maneras, y es algo que puede ocurrir con cualquier título popular, cuando la afición cruza la frontera hacia la obsesión, los daños colaterales pueden ser tangibles. Para el jugador de nick overcompensk8 en Reddit, Fallout 76 no ha sido solo un pasatiempo, sino una constante vital durante años, dejando en claro que para fans como él, el RPG de acción de Bethesda Softworks, precuela de la aclamada saga, exige muchas horas para dominar sus mecánicas y recorrer su vasto mapa.
Pero acumular 7.000 horas es una hazaña que pocos logran y que el monitor de este jugador no ha podido soportar, lo que se puede apreciar a través de una publicación en el foro r/Fallout de Reddit, donde el jugador compartió una imagen que vale más que mil palabras, en la cual se ve su pantalla mostrando un fondo gris neutro donde, fantasmalmente, se puede leer con claridad la interfaz de usuario (IU) del juego.
La barra de salud, la brújula y los menús están tan marcados que incluso es posible distinguir el nombre de usuario del jugador “quemado” en los píxeles, demostrando que la inmersión en el juego fue tan profunda que se convirtió, literalmente, en parte del hardware.
La tecnología OLED y la fatiga de los píxeles
Este incidente pone de relieve una de las desventajas críticas de la tecnología OLED (Diodo Orgánico de Emisión de Luz) frente a sus competidores, como recuerdan en el medio JeuxVideo, ya que a diferencia de los paneles LCD o LED tradicionales, que utilizan una fuente de luz trasera uniforme, los paneles OLED funcionan mediante la iluminación individual de cada píxel.
Esto permite obtener negros puros y un contraste infinito, características muy valoradas por los entusiastas de la imagen. Sin embargo, esta virtud es también su talón de Aquiles: el desgaste orgánico y cuando un píxel en un panel OLED debe mostrar el mismo color y brillo (como los elementos estáticos de una interfaz de videojuego: mapas, barras de vida, inventarios) durante miles de horas, ese diodo específico envejece a un ritmo mucho más acelerado que los píxeles circundantes que muestran imágenes cambiantes.
Para terminar, el resultado es el temido efecto “burn-in” o quemado y en el caso de overcompensk8, los píxeles encargados de mostrar la interfaz de Fallout 76 se han degradado hasta el punto de perder su capacidad lumínica original, dejando una sombra perpetua en la pantalla, siendo además una advertencia para el consumidor moderno y en especial los gamers que dedican incontables horas a sus títulos favoritos.
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