Un jugador compartió en Reddit una experiencia insólita y desafortunada: su gato orinó dentro de su PC mientras este dormía, dañando gravemente la tarjeta gráfica y causando que el sistema comenzara a fallar de manera constante días después.
Las mascotas suelen buscar lugares cálidos y confortables, y un PC en funcionamiento puede convertirse en el sitio perfecto para descansar, sin embargo, esta vez la curiosidad felina acabó en desastre. El usuario Amethyst_Crimson relató en Reddit que, mientras dormía y su computadora estaba en modo reposo, su gato decidió marcar territorio justo dentro del equipo.
El resultado fue inmediato: la orina cayó directamente sobre la tarjeta gráfica, lo que provocó que el sistema se encendiera de manera automática y quedara expuesto a un daño considerable.
Más de GPU
La batalla por salvar el PC
Tras descubrir lo ocurrido, el jugador desconectó el PC y lo llevó a un técnico especializado. El equipo fue desmontado y limpiado con alcohol isopropílico y productos para eliminar residuos de contacto. Al principio, parecía que la computadora había sobrevivido al incidente, ya que volvió a funcionar con normalidad.
No obstante, la esperanza duró poco. Luego de unos días, el PC comenzó a presentar problemas graves: se congelaba, se reiniciaba sin aviso y, especialmente, se volvía inestable al exigir rendimiento a la GPU. Ante esta situación, el usuario regresó a Reddit en busca de consejos de la comunidad, preguntando si aún era posible salvar el componente dañado.

Entre consejos y malas noticias
Las respuestas no tardaron en llegar. Algunos usuarios recomendaron métodos poco convencionales, como sumergir la tarjeta gráfica en agua destilada durante una hora y luego dejarla secar varios días con un ventilador, con la esperanza de eliminar los residuos corrosivos. Sin embargo, la mayoría coincidió en que el daño era probablemente irreversible.
El gran problema, según los comentarios, es que la orina de gato contiene compuestos muy agresivos para los circuitos electrónicos, y en este caso el PC estaba conectado cuando ocurrió el incidente, lo que multiplicó las probabilidades de un cortocircuito. Para muchos, la única salida real sería reemplazar la tarjeta gráfica por completo, aunque la broma más recurrente fue que el dueño devolviera el favor orinando sobre la mascota en busca de un “equilibrio cósmico”.
“Sí, la orina de gato es altamente corrosiva y conductora… Por eso modifiqué mis fundas para que mi gato no pueda sentarse en ellas”, afirmó el usuario tailslol.

Una lección inesperada para los jugadores
Más allá del humor que generó la publicación, el caso dejó una advertencia clara para la comunidad gamer: los PCs deben colocarse en lugares donde las mascotas no puedan alcanzarlos. Además de evitar accidentes eléctricos y costosos daños en la hardware, también se protege al propio animal de posibles lesiones.
Historias como esta muestran que la convivencia entre tecnología y mascotas puede ser más complicada de lo que parece. Si bien los felinos disfrutan del calor y la comodidad que brindan los equipos electrónicos, para los jugadores el precio de un descuido puede ser la pérdida completa de un componente vital como la GPU, que en modelos modernos alcanza costos elevados.
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