Cuando todos pensaban que la saga de Virtua Fighter estaba muerta, aparece la segunda versión de la quinta entrega de la serie, titulada Final Showdown, para complacer a los amantes de los juegos de pelea de la vieja escuela e introducir a las nuevas generaciones de videojugadores a la forma más pura y compleja de combate desde la comodidad de su Xbox 360 o PlayStation 3.

Los gráficos de Virtua Fighter 5 Final Showdown lucen bastante bien, aun cuando se trata de un juego descargable; los modelos de los personajes muestran detalles muy elaborados pero las características de algunos pueden llegar a lucir extrañas. Lo mismo ocurre con los escenarios: a primera vista son deslumbrantes, pero tienen elementos que los hacen parecer de la generación anterior. Si hacemos a un lado estos desperfectos, encontrarás agradable el entorno donde la acción se desarrolla.

Usarás tres botones para pelear, pero no hay que dejarse engañar, las combinaciones de golpe, patada, guardia y movimientos del stick forman una lista sumamente extensa que varía con cada personaje, pero la complejidad es sólo aparente y no debe ahuyentar a los más novatos, pues Virtua Fighter 5 Final Showdown tiene un modo de entrenamiento que te lleva de la mano para hacer desde un simple golpe hasta los combos más elaborados. Y sí, como esperamos de cualquier juego de pelea, la experiencia está más orientada al uso del Arcade Joystick.

Cada personaje se especializa en un arte marcial particular que va desde el conocido karate hasta la más exótica variación del jiu jitsu, además de que veremos al tradicional anciano que practica kung-fu bajo los efectos del alcohol o al mexicano que se dedica a la lucha libre. En total son 19 personajes sin contar a Dural, la jefa final del modo arcade y sólo la puedes utilizar en modo de práctica y multiplayer offline. Uno de los puntos negativos más importantes de Final Showdown es su DLC, ya que tienes que pagar por los paquetes de personalización para cada personaje. El único desbloqueable del juego es la letal Dural, que ya mencionamos.

A pesar de la variedad de estilos de pelea, el balance de los personajes impide que haya ventajas injustas, por lo que todo dependerá de tu habilidad. El máximo de 99 segundos para cada pelea es suficiente, pues las configuraciones por defecto hacen que los golpes causen daño considerable y si logras hacer un buen combo vencerás a tu rival en un par de segundos, sin olvidar el hecho de que puedes sacarlo del ring para hacerlo perder automáticamente.

El reto es considerable y el multiplayer es competitivo, casi puedo asegurarte que gritarás de emoción cuando estés frente a frente en una batalla contra el mejor de tus amigos. En cuanto a la experiencia para un jugador, no hay una campaña que muestre más que un viaje a través de un puñado de oponentes controlados por la computadora, pues como es costumbre en cualquier Virtua Fighter, ninguno de sus modos contiene una historia para cada personaje, todo se centra en la acción… nada más. Existe un nuevo modo llamado License Mode; en él tienes que completar retos de cinco fases en las que debes cumplir ciertos requisitos como hacer combos, bloquear cierta cantidad de ataques o simplemente vencer a tu contrincante. Sé cauteloso, pues si fallas una de las fases tendrás que repetir el reto desde cero.

Virtua Fighter 5 Final Showdown es un juego de peleas puro, por ello -a pesar de la extensa variedad de combos- no hay barra de energía y mucho menos ataques fantasiosos; todo el esquema de pelea busca ser más apegado a la realidad a través del uso del cuerpo sin armas, lo cual resta dinamismo, si lo comparamos con otros.

En resumen, Virtua Fighter 5 Final Showdown marca el poco escandaloso regreso de la saga que seguramente complacerá a los fanáticos de los títulos de pelea, especialmente a aquellos de la vieja escuela que buscan un verdadero reto para su destreza. Los 1.92GB que lo componen pueden ser descargados en Xbox LIVE Arcade por 1200 MS Points o en la PlayStation Network por $15 USD. Un dato curioso es que este título está disponible en las arcadias niponas desde 2010.