Acusan a Activision-Blizzard de plagio y el juez regaña al abogado demandante por no jugar videojuegos

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La industria de los videojuegos ya no son “un juego de niños” y es tomada no solo como un negocio importante mundialmente, sino que además de forma seria de entretenimiento.

Algo que se puede ver reflejado en cómo se aborda este mercado desde medios de comunicación, hasta incluso tribunales de justicia. Esto último ha quedado demostrado en un juicio entre Brooks Entertainment contra Activision-Blizzard, llevado a cabo en Estados Unidos.

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Como indica el sitio especializado en Call of Duty Charlie Intel (vía Level Up), la empresa dedicada al sector del entretenimiento Brooks Entertainment, demandó a Activision-Blizzard por plagio.

Según sus alegatos, el Sargento Sean Brooks de Call of Duty: Infinite Warfare es una copia de Shon Brooks, un personaje de uno de los videojuegos de Brooks Entertainment. Esto ya que indican: “Shon Brooks y Sean Brooks tenían recursos y misiles ilimitados; llevan a los ladrones ante la justicia; viajaron a Marte, y ambos juegos tenían escenas de batallas escritas que tenían lugar en un centro comercial de alta costura”.

Algo que el abogado de Activision debatió mostrando algunos clips del juego, recalcando que “muchas (si no prácticamente todas) de las alegaciones fácticas de la Demanda no eran precisas". Entre los puntos entregados, dijo que Sean Brooks no es el protagonista de Infinite Warfare y ni se parece al otro personaje, como alegó Brooks Entertainment.

Pruebas que el juez del juicio no solo tomó como aclaratorias, sino que regañó al abogado del demandante, diciendo que se podría haber dado cuenta de todo esto, si hubiera jugado unos minutos Call of Duty: Infinite Warfare. Declaración que hizo ya que como indicamos, el propio Tribunal se dio cuenta de que la demanda no tenía sentido y sin tener conocimiento de esta franquicia de videojuegos.

Juicio que no solo fue una pérdida de tiempo, ya que finalmente el juez ordenó al abogado del demandante que reembolsaran a Activision “los honorarios y costos razonables de los abogados en los que incurrió en el litigio”.