La intención de Nintendo de lanzar juegos de GameCube adaptados para controles con sensor de movimiento brindó a mucha gente la oportunidad de probar auténticos clásicos, y a los veteranos, de experimentarlos desde una perspectiva peculiarmente distinta. Mario Power Tennis formó parte de esta iniciativa, aunque a diferencia de otras propuestas, no se benefició del todo con las virtudes del Wii Remote, y pese a que es sumamente entretenido, carece de la precisión que caracteriza a las obras originales de Wii. Extrañamente, la Gran N tuvo a bien relanzar, una vez más, New Play Control! Mario Power Tennis bajo el sello de Nintendo Select, y aunque la readaptación original ya tiene tres años de añeja, es la perfecta ocasión para dedicarle un nuevo análisis.

Comencemos con una regresión. La aproximación de Mario Power Tennis al deporte de las raquetas es sumamente directa, pero fiel a la costumbre de Mario, aporta elementos caóticos para hacer más divertida la experiencia. Así, hay dos tipos de cancha: las convencionales, con pasto sintético sin imperfecciones y las que apuestan por lo contrario, basadas en escenarios extraídos de las franquicias del reino Champiñón, con todo y los peligros correspondientes. Entretanto, el juego ofrece dos tipos de partido: uno que apela a las reglas reales mientras el otro se basa en poderes y habilidades de fantasía. Por supuesto, incurrir en el tenis realista es encomiable, y aporta suficiente entretenimiento, pero la verdadera diversión está en lo fantástico de intentar pasar la pelota a través de anillos, o utilizar los powerups durante una sesión competitiva.

Sea la opción que elijas, dispones de un torneo que se lleva a cabo en rondas de tres partidos que puedes jugar a solas o en compañía de otro jugador. Conforme derrotes oponentes, tendrás acceso a los múltiples coprotagonistas de Mario, además de librar las diversas dificultades que desafían efectivamente tu destreza. Y como toda oferta en el universo del plomero bigotón, cuando terminas los partidos comunes, Mario Power Tennis brinda un amplio repertorio de minijuegos que rinden tributo a todos lo que hemos visto en la franquicia, desde Luigi’s Mansion hasta Mario Paint. Esta colección de actividades fugaces es menos estimulante de lo que esperaríamos, pero en general presenta ideas interesantes que al menos en inicio te ayudarán a pasar un buen rato, y sobre todo, a romper con la reiteración de partidos del torneo.

Cabe mencionar que los fundamentos de Mario Power Tennis se sustentan en un pedigrí que se extiende hasta las épocas del SNES, y de hecho, es una actualización bien ejecutada del clásico de Nintendo 64, Mario Tennis, en su momento una de las experiencias de tenis mejor diseñadas para cuatro personas. Como un comentario positivo, diremos que la atractiva estética, la mecánica bien diseñada que dota de vida al vaivén de la pelota y la inteligencia artificial que en cada nivel de reto se impone a tu habilidad, además de que cada personaje presenta su propio estilo de juego. Desde la versión original el título era una oferta de calidad, y la edición de Wii se mantiene casi intacta, con excepción del esquema de control, que pasó de ser sumamente responsivo en GameCube a inconsistente con el Wii Remote.

A diferencia de casos como Pikmin 2, cuya interfaz mejoró tremendamente bajo el esquema de control de Wii, Mario Sports Tennis no encaja del todo bien con el mando con sensor de movimiento. El problema reside en que se basa en acción frenética y hace falta un control acorde para dar botonazos o mover la palanca sin cesar. Es justo decir que Wii Remote ostenta suficiente precisión para registrar las posiciones de la raqueta (al grado de Wii Sports), pero no responde con la necesaria velocidad. Lo triste es que el nuevo lanzamiento no aprovecha las bondades de Wii Motion Plus y se queda relegado a la capacidad de un control convencional, tal vez en un intento por no segregar audiencias. Lo más lamentable es que la compatibilidad con el control de GameCube se eliminó completamente, lo que te impide cualquier posibilidad de disfrutar la experiencia original.

De cualquier manera, los movimientos con el Wii Remote se expresan naturales e intuitivos. Casi cualquier mímica que hagas se traduce con fidelidad en pantalla, por ejemplo, la dirección del golpe depende de la posición de tu personaje y de la dirección en que agites el mando. Fuera de la simulación fidedigna, no podían faltar los poderes emblemáticos de toda competencia que involucra al universo de Mario. Estos tiros, que se utilizan tanto para defender como atacar al contrincante, son resultado de los gestos efectuados con el control, y presionar A o B. En realidad son fáciles de ejecutar, pero si enfrentas complicaciones puedes activar una asistencia automática que hará el trabajo por ti, que implica usarlos en el momento adecuado y/o desplazar a tu deportista. Claro, sobra decir que tal característica resta algo de diversión.

Es lamentable que Nintendo no actualizara Mario Power Tennis para ser compatible con Wii Motion Plus, pues así habría pautado una experiencia más responsiva y por ende, de mayor entretenimiento. La oferta de contenido es satisfactoria, sin embargo, la diversión se limita al mínimo por el pésimo desempeño del control, que en teoría, por el tiempo que ha transcurrido, debió ser mejor que Wii Sports Resort. En todo caso, la compensación de las carencias de control se basan en un multiplayer –local–en extremo divertido, ahora sólo falta que consigas amigos o familiares para jugarlo.