Filosofando con Schutze

El arte del gaming Vol. 1


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El estudio de muchas cuestiones puede demostrar
algunos de los misterios de cómo vivir mejor, trabajar más eficientemente e incluso
elevar tu nivel de juego.

Hace mucho tiempo, Sun Tzu inició lo que
ahora es mundialmente conocido como “El arte de la guerra”, un texto con
todas las estrategias militares que una persona debe conocer. A diferencia de lo que
muchos pueden pensar, este conjunto de estrategias no está destinado solamente a
épocas de guerra, incluso muchas partes de esta obra literaria están enfocadas en la paz  y sus enseñanzas pueden ser
utilizadas en muchos ámbitos.

Dada la naturaleza competitiva de muchos
juegos, “El arte de la guerra” puede ser aplicado fácilmente a este estilo de
vida que tanto amamos.

Explicar cada uno de los pasajes nos
tomaría una eternidad, así que hablemos solamente de los conceptos básicos de cada
capítulo para saber en qué forma pueden ser aplicadas sus enseñanzas.

Planeación
estratégica y análisis racional

Aquellos que no se preparan, están
destinados al fracaso; esto es algo verdadero en casi cualquier competencia,
negocio y la vida en general, pues sería ridículo entrar en un torneo de buen
nivel y participar en un juego que nunca has tocado en la vida. Generalmente, la
persona que gana una partida es aquella que conoce el juego, no la que lo
haya jugado más, sino quien se ha preparado de la mejor forma antes
del enfrentamiento.

La
importancia  y selección de la
información

Conocer el juego es sólo una parte de la
batalla y su preparación, gran parte de la información que se puede recopilar
gracias a las ventajas de nuestra era puede llegar a ser falsa o vieja. Esas mismas características de la época provocan que los juegos
reciban actualizaciones y expansiones que pueden hacer que la armadura del
caballero que solía convertirlo en todopoderoso, ya no sea más que un pedazo de chatarra.

El
conocimiento, la sabiduría y el entendimiento

Conocer un juego no sólo implica saber sus
reglas, ventajas y cada uno de sus escondrijos, también implica estar al tanto
de cómo reaccionan los oponentes ante ciertas circunstancias, tanto para
prevenir ataques y otros movimientos como para saber de qué forma atacarlos. El conocimiento también debe de aplicarse a uno mismo, según el arte de la
guerra: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no necesitas temer los
resultados de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no a tu enemigo, por
cada victoria ganada también sufrirás una derrota. Si no te conoces a ti mismo ni
a tu enemigo, sucumbirás en cada batalla”.

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