La revolución emocional de los videojuegos

La actual generación marcó el inicio de las verdaderas experiencias emocionales


La séptima generación de consolas ha sido marcada por muchos factores que pasarán a la historia como propios del Xbox 360, el PlayStation 3 y el Wii: el financiamiento comunitario, el auge de la compraventa digital, también el de los juegos de disparos, y hasta el regreso de la polémica por la violencia. Pero hay uno quizá más importante que todos los anteriores, que desde nuestra perspectiva, abre un nuevo capítulo en esta forma de entretenimiento: la revolución emocional.

El rápido avance en las tecnologías de desarrollo de videojuegos ha permitido que estos maduren para llegar más allá de las fronteras de la diversión infantil e incursionar así en la esfera del entretenimiento para adultos, sin que con ello impliquemos necesariamente sexo o brutalidad.

Lejos quedaron los días cuando la apuesta emocional de un videojuego empezaba en un mundo lleno de plataformas y terminaba a las puertas de un castillo en cuyo interior estaba siempre una desprotegida princesa.

Gracias a tecnologías como MotionScan, se pueden tener actuaciones de corte Hollywood en los videojuegos
Gracias a tecnologías como MotionScan, se pueden tener actuaciones de corte Hollywood en los videojuegos

Si bien es verdad que hacia el final de esta generación se presentó un estancamiento creativo entre los estudios, que no supieron qué hacer con el tiempo extra que les ofrecieron estas consolas, también es cierto que títulos como Journey, The Walking Dead, Heavy Rain, L.A. Noire y otros demostraron un genuino interés por quitarse el estigma del videojuego como medio infantil, para entrar en terrenos hasta hace poco exclusivos de la cinematografía.

Hablamos del final del videojuego sólo como medio de diversión para convertirse en una forma integral de entretenimiento que va más allá de la búsqueda de competencia y distracción.

Bajo este nuevo modelo de diseño, en los últimos 7 años encontramos situaciones que realmente nos hicieron sentir algo en lo profundo del estómago, como la primera vez que tuvimos que elegir entre rescatar a una Little Sister en BioShock o matarla para obtener de ella ADAM, o el asesinato de la novia de Niko Bellic en GTA IV, justo cuando parecía que el protagonista finalmente encontraba el camino a la redención; incluso Gears of War 2 tuvo una buena dosis de emotividad cuando luego de buscarla incansablemente, Dom dio con su esposa demacrada y absolutamente catatónica tras meses o quizás años de esclavitud, obligándolo a matarla, no sin antes pensar en dispararse él mismo.

En unos pocos minutos, el Demo técnico Kara relataba la conmovedora historia de un androide que cobraba consciencia
En unos pocos minutos, el Demo técnico Kara relataba la conmovedora historia de un androide que cobraba consciencia

Por supuesto, ya hemos visto uno que otro ejemplo antes, como el caso de Shadow of the Colossus, pero no fue sino hasta la séptima generación que empezamos a ser testigos de un interés continuo en contar este tipo de historias matizadas con más emotividad. Aún prevalecen importantes obstáculos a superar antes de poder hablar de una completa madurez emocional, siendo el más importante el de la jugabilidad.

Ver películas es una experiencia pasiva, lo que permite a los directores ciertas libertades aún poco entendibles en el espacio virtual de los videojuegos. Así las cosas, una cinta puede tomarse varios minutos para ilustrar situaciones cotidianas de los personajes a fin de que el espectador comprenda la relación entre ellos y cómo es el mundo en el que viven. En los videojuegos no solamente se trata de “contemplar” sino de tomar parte, y como se vio durante el primer tercio de Heavy Rain, participar en acciones que parecen poco relevantes para la interactividad, como hacer un dibujo, lavarse los dientes o beber leche, es interpretado como trivial, cuando en realidad se trataba de un genuino esfuerzo de David Cage y su equipo por crear un contexto al más puro estilo cinematográfico.

La dramática historia de Dom y María fue lo más emotivo que tuvo toda la serie Gears of War
La dramática historia de Dom y María fue lo más emotivo que tuvo toda la serie Gears of War

Con todo y sus innumerables premios, The Walking Dead llegó a ser tachado de monótono por sus detractores, quienes encontraron en la falta de acción constante y sus gráficos caricaturescos pecados imperdonables en el contexto de una industria abundante en experiencias más visuales y desechables, sin tomar en cuenta que las elecciones de vida o muerte que Telltale Games obligaba a tomar a todos los jugadores, tenían mayor impacto que miles de soldados anónimos abatidos en los campos de batalla de Call of Duty o Battlefield.

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